CAPITULO 2

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Hola chicas ¿cómo están?, quiero pedirles una disculpa por no haber publicado ayer ya que tuve que ayudarle a mi retoño a hacer una maqueta para un proyecto que tenían que entregar, pero ya estoy de vuelta con la  segunda parte de esta historia, esperando que les guste y lo disfruten, les mando un abrazo grande.

Nota: Este es un Terryfic yaoi, para quienes no conocen el termino de la palabra quiere decir que es romance, sexo, relación entre hombre x hombre, este fic tiene escenas de contenido erótico sugestivo, esta clasificado para 18+, así que si tu eres sensible a este tipo de lectura sera mejor que no continúes leyendo para no herir susceptibilidades. 

Gracias por darme la oportunidad de leerme.

PARTE 2

No hay duda que los demonios se aparecen frente a ti de la manera más aterradora posible y cuando menos lo esperas. Terry estaba recargado en la barra del bar que visitaba habitualmente, tomo el vaso de Tanqueray con hielos y lo paso por su frente para refrescar su piel ardiente con el vapor condensado en el exterior del vaso, se sentía algo embrutecido por el alcohol que había entrado en su cuerpo, una joven y sensual mujer se acercó a él al darse cuenta de que era un buen prospecto de cliente el cual seguramente le podría dejar una muy buena propina por sus servicios.

- Quieres compañía – dijo la hermosa chica de ojos azules.

- Si quisiera compañía ya me habría ido con alguien más experimentada, ¿no crees? – respondió Terry al darse cuenta de que esa chica era nueva en dicho lugar.

- ¿Puedo aprender contigo? - no desistirá de su intento de seducir al atractivo joven – además no creas que no tengo experiencia – la chica se acercó a él, comenzó a subir y bajar su mano por la pierna del chico.

- Eres interesante – Terry sujeto la mano de la joven para detener el recorrido hacia su entrepierna – pero no eres lo que estoy buscando – la soltó con brusquedad.

- Lo que tienes ahí – señalo con la mirada la pelvis del joven – debe ser tan pequeño que te da pena mostrarlo – dijo de manera más agresiva para ver si podía provocar una reacción en él.

- Lo que tengo aquí – dijo Terry llevando su mano al frente – tu nunca lo disfrutaras – sonrió con malicia – es solo para personas especiales - tomo una sugerente postura para hacer gala de su masculinidad – así que no lo probaras – dejo muy en claro que quería estar solo, la chica apretó los labios de coraje y se fue con una pose muy digna por el rechazo que había recibido, Terry volvió a su antigua postura tomo el vaso de nueva cuenta y dio un sorbo a su ginebra que al contacto con su garganta hizo que esta ardiera - ¿Qué diablos me pasa? – se mordió el labio inferior, se recargo el barra llevando su mano con el vaso cerca de sus labios y miro la contra barra donde estaban exhibidas las botellas, sus ojos aguamarina se clavaron en una botella de cristal color verde y como un destello de luz vino a su mente lo ocurrido cuando la directora del internado entro al salón de clases con "esa persona" – ¿de tantos internados que hay en Londres tenía que venir precisamente a este? – se cuestionó para sus adentros. De eso ya había pasado una semana y durante esos días no volvió a ver a "esa persona" hasta ese día el cual era su cumpleaños, como todos los años su padre solo le enviaba una caja de finos chocolates y una jugosa cantidad de dinero, no tenía ganas de estar encerrado en su habitación así que decidió ir al bosque a esa pequeña colina desde donde se podía apreciar la vista de la ciudad, llevo consigo la caja de chocolates y el sobre, se sentó bajo la sombra de un árbol – veamos duque en cuanto está valorada su compañía el día de mi cumpleaños – dijo socarrón mientras abría el sobre - ¡fiuuu! – silbo al ver la cantidad de billetes que había dentro y luego en su rostro se dibujó una sonrisa de oreja a oreja – que generoso – abrió la caja de chocolates – espero al menos tengan un poco de licor – observo cada uno de los bombones y acto seguido saco una cigarrera de plata maciza tenía las orillas redondeadas, finamente cincelada y en el centro un hermoso sello correspondiente a la empresa que la fabrico, la abrió y saco un cigarrillo, luego la cerro saco el encendedor y lo prendió, dio una gran fumada para que sus pulmones se llenaran de esa sustancia que le producía una sensación de bienestar y satisfacción, tomo un chocolate y se lo llevo a la boca – al menos tienen licor – se dejó caer sobre el césped – iré a celebrar mi cumpleaños como lo merezco – dio otra fumada segundos después expulso el humo por sus labios, estaba tan aburrido que lo único que se le ocurrió fue hacer círculos con el humo, era algo que había aprendido en los bares de esos barrios bajos a los cuales acudía – con esto iré a un lugar de categoría – ya estaba planeando a donde ir gastar el dinero que le había enviado el duque – tengo tanta fogosidad guardada – pensó mientras cerraba los ojos y volvía a fumar pero esta ocasión la absorción del cigarro fue profunda y cuando expulsó el humo este salió en gran cantidad, en ese momento escucho una voz gritar.

UN EXTRAÑO Y LOCO AMOR...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora