Prólogo

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—Rayos, ahí viene..— Susurró.

—¡Silencio! ¿O quieres que te oiga?— Dijo el otro, temblando como un cachorro asustado.

El silencio reinó en el lugar por unos minutos, hasta que fue interrumpido por el sonido de unas pisadas.

Esas pisadas salidas del infierno, seguidas de una voz susurrando la canción.

—Nadie es hábil como él.. Nadie es ágil como él.. Nadie tiene un cuerpazo
como el de Gastón.. No hay hombre
en el pueblo tan macho.. No tiene comparación..— Y su risa, amargada y seca.

Y así, seguido del tosco sonido del acero y el líquido brotando, el pueblo se sintió un poco más solitario al siguiente amanecer.

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Bonjour

the beauty and her beast ; lipsoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora