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Era un día soleado pero fresco, un clima ciertamente agradable. Jinsol yacía plácidamente dormida en el húmedo pasto, probablemente soñando con algún tipo de pelea absurda o algún platillo exquisito proveniente de algún animal cazado por ella.

Jungeun pasaba suavemente las páginas de un libro mientras recorría las letras con su mirada y leía en voz baja, en un susurro casi inaudible pronunciaba cada una de las palabras que retumbaban dentro de su cabeza. La suave brisa movía cada uno de sus castaños cabellos, mientras ella aún leyendo estaba perdida en sus pensamientos; imaginando una vida que anhelaba lejos de su bestia, la cual no era tan fácil de alejar como uno podría pensar.

—¿Estás pensando en cómo escapar de mí?— Preguntó Jinsol provocando un pequeño respingo de sorpresa a Bella.

—No.— Contestó secamente, tratando de ocultar su incomodidad.

Jinsol no dijo nada más, pues sabía que había logrado lo que quería, perturbar los pensamientos de su Bella.

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Jungeun tenía un carácter pacífico, amable, leal, hasta tranquilizante. Su cortesía y modales no pasaban desapercibidos. Incluso poseía elegancia al caminar y su manera de hablar transmitía paz a quienes la escuchaban.

Por otro lado, Jinsol, a la mínima molestia se tornaba agresiva. Su físico, tosco e intimidante, no dejaba mucho que desear a sus enemigos. Era egoísta y vanidosa a más no poder, su complejo de superioridad era abrumador y si alguien estaba cerca de su nivel haría lo que fuera para destruirlo.

Y pensar que dos polos tan opuestos puedan estar tan juntos. ¿Es curioso, no?

Hasta parece que se necesitan.

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the beauty and her beast ; lipsoulDonde viven las historias. Descúbrelo ahora