¿En qué creer?

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Debo decir que el hueco dejado por mi gran temor a Dios después de no haber sido castigado fue rellenado ira, ira de dimensiones titánicas, ira hacia mi propia mente por vivir engañada tanto tiempo, otra parte de mi rabia fue dirigida a la entidad que había mermado mi persona durante gran parte de mi infancia y pubertad. Así que el castigo que decidí imponer a Dios, el castigo que mi percepción como víctima deicidio propinar al que había sido mi victimario por años fue hacerlo desaparecer. Pensé "Si Dios como ser supremo no tiene los cojones para castigarme como es debido solo hay dos opciones, o es cobarde o no existe." Yo preferí la segunda y enterré la idea de Dios en un denso ateísmo hasta los 17 años.

Existen diversos problemas cuando un ser humano abandona su fe. Caemos en una etapa que me gusta visualizar como Giordano Bruno levantando el velo del universo conocido. Si uno no confía cuestiona.

Un ejemplo simple de esta tendencia sería, por ejemplo:Imaginarnos como conductor de un auto, tenemos el nombre de la calle a la que queremos llegar, pero no sabemos qué camino seguir. Lo más común dada esta situación sería pedir indicaciones a cualquier transeúnte acerca de la trayectoria que debemos seguir. Ahora digamos, por ejemplo, que encontramos a un joven peatón y decidimos preguntar el camino hacia nuestro destino. Si la explicación que nos brinda el joven es convincente a nuestros oídos, daremos confianza a su palabra y seguiremos el camino descrito. En cambio de no ser así, de generar en nosotros desconfianza la explicación de aquel joven, probablemente, no siguiéramos el camino. Incluso podríamos pensar que su corta edad fuera un impedimento para darnos indicaciones acertadas.

Ahora si decidimos que el joven no parece tener la respuesta a nuestras preguntas lo prudente sería preguntar a alguien más. Digamos que a unos cuantos metros de distancia encontramos ahora a una señora de la tercera edad y hacemos la misma cuestión acerca de como llegar a la dirección que nos fue dada. La anciana responde y hay de nuevo dos opciones en cuanto la respuesta que nos brinde la anciana, podemos elegir hacerle caso teniendo confianza en que su experiencia producto de su edad avanzada nos hará llegar a nuestro destino de forma segura o podríamos pensar que aquella anciana es casi decrépita como para ayudarnos y no seguir las indicaciones

Ahora tomemos el mismo ejemplo para explicar el problema central del nihilismo y la razón por la cual me aleje de aquella ideología. Supongamos que somos un conductor nihilista, para empezar, no tendríamos indicaciones. Esto debido a que el destino de nuestro viaje no resulta relevante para el viaje en sí, ahora sin destino se cierra también la idea de abrir nuestros oídos y mente a las indicaciones, pues sin saber a donde ir poco importa lo que pueda aportar otra persona al cómo llegar. Gastamos entonces el combustible del automóvil dando vueltas sin fin por toda la ciudad y cuando no quedara una gota de gasolina, sería ese, el fin de nuestro viaje

Es esta idea de emprender un viaje sinsentido fue la que me llevó a cuestionar también el nihilismo en el que vivía, por lo cual me decidí a pedir indicaciones, no de como llegar sino de a donde ir.

Fue entonces que emprendí una investigación a fondo sobre quien ofrecía el mejor destino, investigación tan extensa que aún sigue en proceso y probablemente siga por mucho tiempo más. Leí un poco acerca de todas las religiones. Estudié también acerca de cuál era la visión de Dios de los principales filósofos que habían formado mi personalidad. Fue entonces que llegue a una pieza fundamental en mi búsqueda, el panteísmo de Spinoza.

Consecuencia de esta investigación se amalgamaron en mí diversas concepciones de Dios así como del destino del ser humano como fin último.Debo decir que hasta este momento introductorio, de este escrito, mi visión de Dios se encuentra amorfa dentro de mi cabeza, es esta la razón por la que escribo. Me parece que resulta un problema recurrente en la vida de las personas es decir; se que creo en Dios, pero no se que es Dios. El propósito de este ensayo no es convencer al lector de que comparta conmigo la visión singular que tengo de la entidad que en Palabras de Anselmo de Canterbury sería la más grande presencia imaginable por la mente humana. El propósito real es estructurar todo lo que he aprendido a lo largo de estos años definiendo mi creencia, para poder responder a la pregunta:

¿En qué creo?

Como ya dije el panteísmo de Baruch Spinoza es el pilar fundamental de mi creencia, esta visión de Dios a mi parecer puede explicarse, de forma básica, en dos conceptos principales que a continuación defino.

Natura Naturans

Esta frase latina puede traducirse de forma literal como "La naturaleza naturando" es decir la naturaleza haciendo lo que es propio de la naturaleza, la naturaleza creadora. La naturaleza que sigue activa. El concepto podría parecer a primera vista sumamente abstracto, llegando a la complejidad. Sin embargo para darnos una idea del significado del concepto no hace falta más que observar los más sutiles acontecimientos. Visualicemos, por ejemplo, la migración de las aves desde el norte hacia el sur en el invierno con el objetivo de aparearse, este acontecimiento es la naturaleza haciendo lo que la naturaleza dicta con el propósito de seguir creando, asi es como todos los seres vivos contribuyen al natura naturans siguiendo el impulso creador. Sin embargo no solo los objetos dotados de vida forman parte del natura naturans, pues el concepto también abarca a los objetos inanimados no creados por el hombre. Es decir los minerales, que en su conjunto conforman la tierra donde crece el árbol, son también natura naturans pues contribuyen a la creación desde su inerte utilidad.

Por lo tanto si concebimos a Dios desde la revelación judeo cristiana puede traducirse entonces el natura naturans como la acción del mismo. Dios dijo a Abraham cuando se presentó "Yo soy el que soy." En esta frase se oculta un trasfondo de autosuficiencia, la afirmación de no necesitar de otro, pues subsiste por sí mismo. La naturaleza en su acción de natural es autosuficiente, por lo cual podemos comprender que Dios haciendo lo que Dios hace, siendo el que es, es el natura naturans.

Natura Naturata

El segundo concepto de relevancia para comprender el panteísmo de Spinoza es el natura naturata. A diferencia de la sentencia anterior esta frase es conjugada pasado participio, es decir se traduce como "Naturaleza creada." Podríamos definirla, por el tiempo en el que está conjugada, como lo que ya está hecho. La naturaleza que ya es, pero no sigue creando, en pocas palabras naturaleza inerte. Aunque esta segunda frase es mucho más fácil de comprender no debe subestimarse su relevancia pues es el principal discrepante con el Dios de las religiones Abrahámicas.

Cuando hablamos de la creación de Dios siguiendo el canon de la biblia, la torá o el corán, caemos en la cuenta de que gran parte de las acciones de Yahvé dentro de los 7 días de creación son conjugadas en pretérito. "Dios dijo hágase la luz y se hizo." "Dios moldeó al hombre de barro y sopló." En un análisis corto concluimos que el Dios abrahamico creó, pero ya no crea, hizo pero ya no hace, lo que lo convierte en inerte. Si Dios es inerte no es Dios, lo cual nos lleva de nuevo al natura naturans y a la certeza de que, si Dios es, debe ser Natura Naturans

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⏰ Última actualización: May 22, 2019 ⏰

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