Capítulo 2

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Y se besaron.
Primero fue un beso tímido; luego otro más atrevido; al final se les
pasaron los tragos mientras se besaban apasionadamente y se tocaban por encima
de la ropa.
Esa noche, mientras iba en el subway para su casa, ya con los
síntomas de la resaca, Marcela recordaba con incredulidad lo que le acababa de
suceder. Nunca antes en su vida se había sentido atraída por una mujer. No se
explicaba cómo había dejado que las cosas llegaran hasta ese punto.
Llegó a su casa confundida y comenzó a buscar testimonios de lesbianas
en Internet. En su búsqueda, encontró un par de páginas de Lesbianas en
Facebook. Abrió un perfil falso y a través de él contó en dichas páginas lo que
le había sucedido, pidió consejos u opiniones. Se acostó a dormir y al día
siguiente tenía en su buzón más de cien respuestas y peticiones de contacto de
otras chicas. Entre muchas propuestas de sexo virtual, le llamaron la atención
varias chicas que la entendían y le contaban experiencias parecidas a las de
ella. Comenzó una sincera amistad con ellas en la que compartían sus
inseguridades, temores y deseos más secretos y profundos. Pasaba horas y horas
chateando con cada una de ellas, preguntándose si lo que le había sucedido sería solamente un desliz de tragos, o si por el contrario, sería una manifestación
de sus tendencias homosexuales.
Se hicieron amigas y crearon un grupo cerrado en el que compartían
todas con todas permanentemente. Chateaban a diario y opinaban sobre todo; sobre
el amor y el desamor; sobre los hombres y las mujeres; había desde la que
defendía a capa y espada a los hombres y decía que no podía vivir sin ellos,
hasta la que decía que lo mejor era tener un hombre y una mujer al mismo
tiempo, o la que defendía a las mujeres por su ternura y suavidad.

En total, contando a Marcela, eran un grupito de cuatro; como se
compenetraron tanto entre todas, llegaron a compartir  sus nombres verdaderos, fotografías y
direcciones de correo electrónico.

Los padres de Marcela se inquietaron, pues de repente ella comenzó a
pasar más tiempo encerrada en su habitación. Pensaron que era debido al desamor
y decidieron no intervenir.

Mientras tanto, Marcela seguía pasando horas y horas chateando y
compartiendo su vida con las nuevas amigas. En la universidad evitaba a Linda,
pues aunque habían hecho una bonita amistad, se sentía avergonzada de lo que
había sucedido entre las dos. Además, con sus amigas virtuales estaba llenando
el vacío que antes llenaba con Linda, y sin temor a que las cosas se fueran a
salir de control; en cualquier momento podría dejar de entrar a su perfil falso
y no volvería a saber nada de ellas, ni de ese mundo.

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