El primer encuentro

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Esmeralda es una chica de 17 años, es una apasionada por la lectura y los misterios debido a que sus padres se especializan en cada una de esas ramas; su madre es una reconocida novelista de romance y ciencia ficción mientras que su padre es un agente del FBI; desde que era pequeña le interesaba todo lo relacionado a la investigación, había demostrado una gran habilidad de deducción. Sus padres se enorgullecían de ella por lo que soñaban con el día en que su hija tuviera una carrera exitosa, siempre apostaban que se dedicaría a algo relacionado con la ciencia e incluso con la literatura, pero nunca creyeron que querría involucrarse en algo tan peligroso; a pesar de su gran habilidad deductiva ellos no aprobaban que quisiera dedicarse a la investigación o algo relacionado con la policía, tenían miedo de que ella se involucrara demasiado en un caso y pudiera resultar herida.

Esmeralda era fanática de programas de investigación como CSI: Miami, Mentes Criminales, The Mentalist, por lo que siempre ponía a prueba su capacidad para resolver misterios, un día por casualidad mientras buscaba algo en el extenso universo del internet encontró un anime que le llamó la atención, no era mucho de su estilo pero su curiosidad provocó que comenzará a verlo. Al principio no le encontraba la gracia, a sus ojos era la típica serie de comedia con un protagonista que pasa de ser nadie a ser importante, pero después empezó a interesarse ya que el protagonista era un mago, tratar de descubrir los trucos o averiguar cuál sería el siguiente movimiento que realizaría el mago para escapar de la policía la motivaba a seguir viendo. Se interesó tanto en el que comenzó a buscar todo lo relacionado con este, desde todo lo relacionado al protagonista como curiosidades o datos extra del personaje hasta quien era el creador de aquel anime y así fue como descubrió que existía otra serie del mismo autor, una que a veces se relacionaba con la que estaba viendo y que parecía ser más de su estilo, aunque era una serie de muchos capítulos, demasiadas películas que a veces ni siquiera seguían la trama original y que de hecho aún seguía en emisión, no le dió mucha importancia a ese detalle ya que trataba de un detective adolescente que por su curiosidad termina siendo convertido en un niño y resuelve casos para encontrar a la organización que le hizo aquello, definitivamente ese era el género que más le gustaba.

Después de un tiempo la chica estaba determinada a ser igual o incluso mejor que su personaje favorito. Quería resolver casos difíciles, ser reconocida por su gran habilidad deductiva y demostrarle a su padre que ella era capaz de ser una excelente detective.

-¡Papá voy a ser detective!- un señor castaño escupió la bebida que ingeria en ese momento, sin darle importancia a ese asunto la chica se sentó frente a su padre y extendió una hoja de papel frente al rostro del hombre- ¡Mira papá, una pequeña agencia de detectives independientes aceptó mi solicitud! ¡Empezaré a resolver casos pequeños y tal vez si me esfuerzo y demuestro ser una buena detective una agencia más grande o incluso el FBI me contraten!- fantasiaba la castaña- ¡Es mi oportunidad de ser una gran detective!

-¡No!- interrumpió el hombre con voz autoritaria- ¡No voy a permitir que te expongas a esos peligros! ¡Podrías morir!

-Por favor papá, tendré cuidado, sé que puedo hacerlo, desde que era una niña soñaba con ser detective o resolver casos como tú lo haces- expresaba la chica con ojos suplicantes- Además así te demostraré que soy capaz de hacerlo por mi cuenta.

- Déjala Frank, no importa cuanto lo intentes no lograrás que cambie de opinión- hablaba con calma la mujer mientras le daba un sorbo a su café- Sabíamos que tarde o temprano esto pasaría, es mejor que nuestra hija empiece a ver cómo es la vida de un detective ahora que es jóven y que es solo un pasatiempo- la mujer tomo la mano de su esposo para llamar su atención- tal vez está experiencia le sirva para pensar bien sobre su futuro ¿No lo crees así?- finalizó con una sonrisa.

- Pero es mi niña, no puedo permitir que se ponga en peligro de esa forma- seguía en desacuerdo.

- ¡Te prometo que tendré mucho cuidado!- expreso la chica.

Mi caso más difícilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora