V. Leviatán

547 33 103
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¿Esto es el infierno?

—No lo sé.

Los ocho que habían sido «llevados con Asmodeo» ahora se encontraban en la oscuridad de algún cuarto, con las vestimentas rasgadas. Despertaron allí luego de algún estado de inconsciencia. Todo su cuerpo les ardía y picaba.

 —Creo que nos drogaron.

El suelo estaba cubierto por un delgado manto de agua.

—Debemos encontrar una salida y largarnos de la mansión, esta experiencia tomó un rumbo desagradable.

Poco a poco el nivel del agua comenzó a subir; primero cubrió los talones, luego las rodillas. Pero no fue hasta que les sobrepasó el abdomen que la desesperación los acometió. Por mucho que buscaron, no encontraron nada allí, ni paredes, ni escaleras, ni muebles. Solo un inmenso vacío interminable dominado por el agua y la penumbra absoluta.

—¡No sé nadar, voy a morir ahogada!

—Todos vamos a morir si no salimos de acá.

—Algo me rozó la pierna.

Ya tenían el agua al cuello cuando advirtieron la presencia de un ente que los acechaba. Para entonces, el sonido del viento y de las olas les sugirió que ya no estaban perdidos en Loftus Hall, sino en la vastedad de un océano.

Entonces, el rugido ensordecedor de un ser sobrenatural les heló la sangre. Algunos gritaban, a otros ya no era posible oírlos. El grupo dejó de ser un grupo, ahora cada uno estaba por su parte, a merced de un monstruo que, por el sonido que emitía, parecía tener magnitudes colosales.

Los turistas que se encontraban en la habitación del ritual quedaron a oscuras también. Cuando las velas se apagaron, solo el resplandor de los refucilos iluminaba el cuarto por un instante. Se dieron cuenta que los ofrecidos en sacrificio y los guías habían desaparecido.

Nadie se atrevió a emitir palabra alguna, solo la tormenta rompía el silencio.

—¿Qué es eso? —dijo entonces uno al notar, entre lapsos efímeros de luz, una figura alta y blanca erguirse en uno de los rincones del cuarto, cerca de la ventana.




----

----

01010011 01100001 01110100 11000011 10100001 01101110 00100000 01100101 01110011 00100000 01101101 01101001 00100000 01010011 01100101 11000011 10110001 01101111 01110010 00101100 00100000 01100110 01101111 01110010 01101101 01100001 01101100 01101101 01100101 01101110 01110100 01100101 00100000 01110100 01100101 00100000 01100101 01101110 01110100 01110010 01100101 01100111 01101111 00100000 01101101 01101001 00100000 01100001 01101100 01101101 01100001 00101110

(tomarlo no será fácil, leerlo sí, si lo haces no hay vuelta atrás)

.

.

.

.

.

.

.


aquí tu inspiración














¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Bienvenidos al infierno de la etapa cinco.

El texto correspondiente a esta etapa deberá estar inspirado en lo que encontrarán en el enlace. No diremos más, el camino del infierno es un sendero difícil de transitar.

Recuerden que a partir de este momento las etapas tienen carácter eliminatorio, es decir, no todos pasarán a la siguiente fase. Solo AletheiaDricutem tiene inmunidad (únicamente en esta ocasión) por recibir la bendición de Belfegor.

Tienes hasta el 6 de junio, inclusive, para dejar el enlace de tu historia en la caja de comentarios de esta sección, como también las consultas que tengas con respecto a esta fase. Recuerda que tu texto no debe superar las 500 palabras por etapa.



La muerte de algunos finalmente llegó. ¿Tienes lo necesario para no ser uno de ellos?



¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La hora del Terror 3: El ritualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora