Todo lo que un hombre hace y todo lo que deja de hacer esel resultado directo de sus propios pensamientos. En un universo perfectamente ordenado, donde la falta de equilibrio implicaría una destrucción completa, la responsabilidad individualtiene que ser absoluta. Cada uno es responsable de su propiadebilidad o energía, de su propia pureza o impureza, condiciones que se generan por acción propia y no ajena, como se suelepresumir, y que sólo 'pueden ser modificadas por el que las engendra. Toda condición es propia del que la posee; su felicidado su desgracia vienen de sí mismo. Como piensa, así es él: como siga pensando así seguirá siendo.El fuerte no puede ayudar al débil si éste no lo desea, y entodo caso el débil tiene que llegar a ser fuerte por sí mismo;por su propio esfuerzo tiene que desarrollar la energía que admira en otro. Nadie sino él puede modificar su condición.Ha sido costumbre pensar y decir: «Si muchos hombres sonesclavos es porque existe un opresor: odiémoslo». Hoy día, sinembargo, hay, entre un número creciente de personas, la tendencia a invertir este juicio y decir: «Existe un opresor porquemuchos son los esclavos: despreciemos a los esclavos». La verdad es que esclavos y opresor son cooperadores en la ignorancia,y que, aparentando atormentarse los unos al otro, en realidadsólo se atormentan a sí mismos. El Conocimiento perfecto constata la acción de la Ley en la debilidad del oprimido y en elmal aplicado poder del opresor. El amor perfecto, viendo elsufrimiento que ambas condiciones implican, no condena ni aluno ni al otro. La Compasión perfecta abraza tanto al opresorcomo al oprimido. COMO EL HOMBRE PIENSA, ASÍ ES ÉL 25El que ha vencido la debilidad y ha dejado a un ladotodo pensamiento egoísta, no pertenece ni a los opresores nia los oprimidos. Es libre.El hombre sólo puede levantarse, vencer y hacer obra,elevando sus pensamientos, y sólo negándose a ello puede permanecer débil, abyecto y miserable. Antes de que pueda llevaralgo a cabo, aunque sea lo más material, tiene que elevar supensamiento por sobre la esclavitud de sus satisfaccionesinferiores. Puede que no necesite renunciar a toda animalidady egoísmo para llegar al éxito, pero, en parte al menos, tendráque sacrificar estos goces de su baja naturaleza. Aquel cuyoprimer pensamiento es la satisfacción bestial, es incapaz depensar con claridad o de trazar un plan metódico; nada puededescubrir en sí, ni desarrollar sus recursos latentes, por estofracasa en cualquiera empresa. Si no ha empezado por controlarvaronilmente sus pensamientos, no está en situación de controlar negocios, ni de asumir serias responsabilidades; no estáapto tampoco, para actuar independientemente, ni valersesolo. Mas, estas limitaciones de su capacidad, sólo dependende los pensamientos que elija.No puede haber progreso ni obra sin sacrificio, y el éxitosiempre está en relación directa con la magnitud de aquél,o sea, con la cantidad sacrificada de pensamientos confusosde naturaleza animal, para fijarse, en cambio, la mente en eldesarrollo del plan elegido, fortificando así la resolución yla confianza en sí mismo. Mientras más se eleve el pensamiento,mientras más varonil, recto y noble se haga el hombre, mayorserá su éxito y más fructífera y duradera su obra.El universo no favorece a los codiciosos, a los fraudulentosni a los viciosos, aunque mirando solo la superficie de la vida,a veces, parece ser así. Ayuda a los honrados, a los magnánimos, a los virtuosos. Los grandes Maestros de todas las épocasasí lo han declarado en distintas formas, y para probarlo ysaberlo, sólo hay que empeñarse en hacerse más y más virtuoso, mediante la elevación del pensamiento.Los progresos intelectuales son el resultado de la idea 26 JAMES ALLENconsagrada a la investigación del conocimiento, de lo bello yde la verdad en la vida y en la naturaléza. Pueden estos progresos estar unidos a veces a la vanidad y a la ambición, perono son ellos el resultado de estas características, sino de largoy arduo esfuerzo y de pensamientos puros y generosos.Los progresos espirituales son la consumación de sagradasaspiraciones. El que vive constantemente en la concepciónde pensamientos nobles y elevados, que solaza su menteen la pureza y la generosidad, llegará a ser, con la misma certeza con que el sol llega a su zenit o la luna a su plenitud, noble y sabio en carácter, elevándose a una posición de influencia y de bien.La obra, de cualquier índole que sea, es siempre la coronación del esfuerzo, la diadema del pensamiento. Mediante laayuda del control de sí mismo, dé la resolución, de la pureza,de la rectitud y del pensamiento bien dirigido, el hombreasciende; bajo la influencia de la animalidad, de la indolencia,de la impureza, de la corrupción y de la confusión del pensamiento, el hombre desciende.Puede un hombre alcanzar un gran éxito en el mundoy aún llegar a elevadas alturas en el plan espiritual, y de nuevocaer en la debilidad y la miseria por dejar que lo posean pensamientos vanidosos, egoístas y corrompidos.Las victorias alcanzadas mediante el buen pensar, sólopueden mantenerse por la vigilancia. Muchos se descuidanuna vez asegurado el éxito, y rápidamente vuelven a caer enla falta.Toda obra, ya sea en el mundo material, en el intelectual,o en el espiritual, es el resultado del pensamiento dirigidohacia un fin determinado, está gobernada por una misma leyy sujeta a un mismo método; la única diferencia consiste sóloen la índole del fin que se Persigue. El que poco desea,poco tendrá que renunciar; el que a mucho aspira muchotendrá que sacrificar. A grandes alturas, grandes sacrificios
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Como un hombre piensa
SonstigesUna historia de James Allen, un filosofo britanico conocido por sus obas inspiradoras y poesia.