¿Que diablos hace un maniqui aqui?.
Esa pregunta daba vueltas en mi cabeza pero sinceramente no encontraba una sola respuesta.
Asi que lo primero que se me ocurrio fue caminar hasta a el.
Me posicione frente al maniqui y lo comenze a ver fijamente.
Es claro que es una chica, sus ojos son azules y..alto.
¿Como se puede apreciar el color de sus ojos si es un maniqui?.
Normalmente estos no tienen rostro ¿o si?.
Es realmente confuso.
En serio parecia un humano, hasta parpadeo...un momento.
¡Parpadeo!.
-¡Wow! - hable algo sorprendido mientras me alejaba rapidamente de esa cosa con mis ojos como platos.
Esta bien, Reed calmate..esto debe ser una alucinacion de tu parte ¿cierto?.
-ese maniqui nunca parpadeo - comenze a hablar solo en voz alta tratando de convencerme de aquello.
El sonido de la cerradura tratando de ser abierta me saco de mis pensamientos.
Rapidamente camine hasta la salida de la habitacion.
Baje de esa misma manera las escalerillas y las deje denuevo como estaban.
Comenze a correr por los pasillos de la casa tratando de llegar hasta mi habitacion.
Entre a ella jadeando por haber corrido.
Me sente en mi cama inhalando y exhalando rapidamente.
Volvi a levantarme solo para tomar un libro de mi maleta a medio terminar.
Me sente en mi cama y abri el libro en las hojas de en medio para que creyeran que lo leia.
Escuche el crujir de las escaleras avisando que alguien venia hacia aca.
Dos golpes en mi puerta bastaron para ponerme mas nervioso de lo que ya estaba.
Antes de que sea quien sea entre en mi habitacion debo comentarles que soy pesimo para mentir.
Ya que algunas veces comienzo a reir o tartamudeo como un verdadero idiota.
"Pase". Fue lo que dije.
La perilla de la puerta giro y lentamente abrio esta.
Observe como la tia Samantha se quedaba quieta en el marco de la puerta viendome cruzada de brasos.
-hola - le sonrei.
-hola, Reed - me contesto en un modo muy extraño. Como llamandome la atencion.
Se formo un profundo silencio algo incomodo para mi gusto.
Volvi mi vista al libro tratando de esconder mi rostro en el para que no se diera cuenta de lo tan terriblemente nervioso que me encontraba.
Esto era algo incomodo.
Ya algo harto por la situacion mi mirada regreso a ella.
-¿sucede algo?.
-¿por que estas aqui encerrado?. El dia es muy lindo y son vacaciones, tu tendrias que estar aunque sea en el jardin.
-oh, lo lamento - fue lo unico que se me ocurrio decir.
