「El Pianista (summertime) ⋆ NoRen/JenRen」

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A pesar de que estaban en pleno verano, el cielo estaba nublado y el calor que se supone haría ese día no se sentía realmente. Era mitad de semana y recién eran algo así como las siete de la tarde, por lo que el bar no estaba realmente lleno, más bien había pocas personas lo que hacía que el ambiente no esté tan colapsado de murmullos. A RenJun le gustaba así, pero al mismo tiempo le deprimía, era como un dilema, porque RenJun odiaba ver demasiada gente en ese lugar, personas que lo miraban en menos y que mayoritariamente eran soberbios y presuntuosos, sin embargo, de ellos dependía cuánto iba a su bolsillo. Otra gran dilema era que RenJun amaba tocar el piano, le gustaba acompañarlo con su voz de vez en cuando, pero ese trabajo no lo hacía sentir feliz precisamente. Estar rodeado de tanta gente exitosa lo hacía sentir mal, y muchas veces sentía que era insignificante y nada de lo que hacía valía la pena.

Ese día, como no había tantas personas, quiso cantar un poco. Decidió tocar algo de Frank Sinatra y alzar su voz sobre las teclas. Le apenaba un poco, sabía que muchas de las personas que frecuentaban ese bar realmente no le ponían atención cuando tocaba, sin embargo, creía que al haber menos personas alguien le pondría un poco más de atención.

RenJun solo quería ser un poco apreciado por lo que hacía, para poder soportar el pesar de odiar hacer aquello que más amaba.

A veces, también, a RenJun le gustaba tocar algo más que solo canciones de artistas famosos. En los días que se sentía un poco mejor consigo mismo le gustaba pensar que su existencia en ese bar tenía algo de relevancia, así que tocaba sus composiciones. No eran demasiadas, pero las tenía, es solo que a veces carecía de inspiración.

Terminó de tocar y se levantó del asiento, hizo una reverencia con una media sonrisa que no le alcanzaba a llegar a los ojos mientras un par de personas aplaudían, y se fue a sentar a su taburete de siempre en la barra.

—¿Lo mismo de siempre? —Le preguntaría el Bartender limpiando un vaso con un paño mientras le regalaba una de sus sonrisas ladinas de siempre. RenJun no lo comprendía mucho, ChenLe parecía siempre calmado y dispuesto a ver lo positivo de las cosas, le parecía un buen sujeto. ChenLe había tenido un pasado parecido al suyo, cargaba con un gran talento, mas había tenido que renunciar a su sueño y terminar dedicándose a eso. La vida era injusta a sus ojos, pero al parecer Chenle ya se había rendido ante ella y solo aceptaba lo que sea que le tuviese preparado.

«Algún día alguien me va a escuchar cantar, y querrá darme una oportunidad, ya lo verás. Y quizás algún día alguien te escuche tocar y quiera darte una oportunidad a ti también» le decía a veces.

RenJun asintió con la cabeza sin muchas ganas, y rápidamente un vaso de ron fue deslizado hacia él. Dejó salir un suspiro y comenzó a beber lentamente, con la mirada apagada mirando a algún punto de la barra. La voz de ChenLe lo sobresaltó.

—¿Sabes? —Pronunció con gracia— siempre me dedico a observar a las personas de este lugar, y no pude evitar notar que a alguien, aparentemente, le ha gustado tu actuación.

No comprendía de qué hablaba, RenJun frunció el entrecejo y le dedicó una de sus muecas aburridas de siempre, aquellas que gritaban que se deje de tonterías porque no le causaba gracia (aunque la verdad a RenJun nada le causaba gracia). Pero ChenLe tenía una de sus cejas levantadas y le indicaba sigilosamente que dirija su mirada a cierta dirección. Le hizo caso, y se encontró con dos hombres algo jóvenes conversando un poco más allá en una de las mesas. El primero parecía inmerso en la conversación, pues continuaba parloteando y parloteando, de cuando en cuando arrugaría la nariz y dejaría salir una risita infantil. El otro, en cambio, se notaba distraído, RenJun no necesitaba estar incluido en esa conversación para notar que el otro muchacho no le estaba prestando atención y probablemente ni siquiera le interese el tópico, no, en cambio, aquel joven de facciones marcadas, ojos pequeños y brillante color negro, tenía su vista posada en su figura como si fuese lo más interesante del mundo ver a un pianista infeliz beber ron.