DÍA 25: El miedo

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El día de hoy me levanté a las siete de la mañana, me preparé el desayuno, me bañé y me cambié. Luego fui a dar una vuelta al parque, quería distraerme un poco. Hay momentos donde es justo y necesario estar en la plena soledad. Allí estaba yo, debajo de aquél árbol, mientras miraba a los niños jugar. Era una mañana linda, el día estaba claro, se oía a los pajaritos cantar, eso me animaba bastante.

Mientras estaba en el parque pensé, el miedo es una prisión que juega con el ser humano, porque nos puede volver fuertes o débiles, todo depende de quien lo padezca. Pero lo importante es que todos sufrimos de miedo, no conozco a la primera persona que me haya dicho no tengo miedo. Hay que tener miedo, más no rendirse, son dos cosas muy diferentes. Rendirse solo crea personas cobardes y eso es lo que no queremos para esta sociedad. Necesitamos personas valientes, que a pesar de la ocasión se arriesguen al todo por el todo, nadie creció siendo fuerte.

Recuerdo el día que desafié a mi madre, ese día tenía muchísimo miedo, pero era lo justo, no podía dejar que manipularan mi vida a su conveniencia. ¿Qué si tuvo consecuencias? Claro, ese día entendí dos cosas; la primera fue que nunca debí dejarme manipular por una persona en esta vida, y que tenía que cumplir mis sueños sin importar los obstáculos. Y la segunda cosa fue entender que mi madre había muerto para mí ese día. Sé que suena cruel, pero nadie entenderá por lo que he tenido que pasar para llegar donde estoy hoy. Lo más importante es que mi papá siempre ha estado a mi lado brindándome su apoyo.

Cuando iba caminado para mi casa me encontré a Diego, hablamos un rato. La conversación fue respecto al colegio, me dijo que le estaba yendo un poco mal y por eso sus padres estaban molestos con él. Yo le dije que pensara menos en salir y más en sacar mejores calificaciones para los exámenes, además Diego está en la edad de estudiar, no en pensar en salir y emborracharse. Palabras más, palabras menos, le dije que dejara de ser tan vago y que se preocupara por pasar por lo menos el grado, ya que está cursando grado once, y que pensara mejor que quería estudiar en la universidad, ya que estaba próximo para esta. Creo que lo aburrí y por eso decidió irse.

A eso de las cinco de la tarde llegué a mi casa, me hice una taza de café y comencé a ver la lluvia, era tan hermosa y nostálgica verla. Encendí un cigarrillo e inicié a escribir un poco, quería relajar la mente. Total era el día veinticinco del resto de mi vida. A las ocho de la noche decidí subir a mi habitación, coloqué una película hasta encontrar el sueño, debo decir que hoy el día ha sido bueno. Sin nada más que contar, así terminó mi día.

Lo que pasa por mi mente

Mis palabras se están ahogando

Y mi silencio se está perdiendo.

Como aquel que se marcha

Se marcha sin saber que está sucediendo.

La vida no está llena de justicia

La justicia no tiene hoy valor.

Así como los grandes fracasos

Que te hizo triunfar como es hoy.

Mi madre siempre mentía

Mentía sobre aquella situación.

La que un día me dejó sin mente

Sin las cosas que un día quise yo.

Lo fácil nunca es bueno

Ni lo bueno es lo mejor.

Mejor pierde la cordura

Y vive en un mundo de mera ilusión.

EL DIARIO DE VÍCTORDonde viven las historias. Descúbrelo ahora