El pasado, solo no puedo tratar de escribir esto sin mirar mi ventana, es cruel pero es algo que ya no debe preocuparnos, supongo que cada quien tiene algo que lo atormente. Creo que ya he sido lo suficientemente grande para entender la metodología de la vida, para nada me ha divertido aunque nadie dijo que lo seria.
Sé que he sido la persona que ha podido cometer todos los errores posibles, nadie está dispuesto a soportarlos, solo tal vez haya un día donde comprenda que no todo lo que se hizo fue tan bueno, solo ese día sabré que he madurado y dejado todas las cosas que corrompan mi integridad.
Mi pasado nunca fue bueno, yo siempre digo eso, es mejor solo no dar detalles de ello. Antes de iniciar este diario mi visión de la vida era un poco caótica, acomplejada para ser exactos. De cierta forma creí que el universo vivía en mi contra pero es estúpida esa concepción, algo tan grande no podría solo fijarse en mí, hay problemas muchísimos más grandes que la insigficante vida de un pobre joven español. Así que decidí darle vueltas a las tablas, sentir la vida como si fuera única, que de por sí, así es. Entonces una frívola mañana, sin ser planeado quise plasmar mi vida, darle sentido a lo que es real.
El primer día de este diario quizás fue uno de los más emotivos, lo digo porque me emocionaba la idea de escribir algo, era como una ventana abierta para dejar los medicamentos de lado. Sé que no he hablado de esto, me apena hacerlo, nunca se lo he comentado a nadie, ni incluso a Victoria. No es algo que se va contando por la calle. Es algo de mí que no me hace sentir orgulloso.
De niño fui muy inquieto, estoy hablando alrededor de mis catorce años, fue en diciembre si mal no recuerdo, no disfruto para nada escribir esto, pero me es necesario dejarlo plasmado en este pequeño cuaderno. Estaba en el parque y se me acercó un hombre para preguntarme algo, no sé qué me habrá dado él, era algo líquido, pero desde allí mi cerebro no funciona de manera normal. El médico psiquiatra me recetó unos medicamentos para contra restar los efectos de aquella droga que me habían dado, funcionó. Como consecuencia ahora soy dependiente de esos medicamentos, si no los consumo mi sistema nervioso solo colapsa.
Suena raro, pero por mi dependencia a los medicamentos es que soy distribuidor de estos mismos. Me apasiona mucho mi trabajo, me gusta bastante ayudar a las personas.
Ya falta poco para mi viaje a Galicia, estoy muy ansioso por ello. Debo admitir que no agrada la idea de dejar a mi papá solo unos cuantos días, quizás le pueda suceder algo malo. No sé qué hacer, ojalá no pase lo inevitable estando yo tan lejos de mi padre, pero de seguro mi hermana Ana María lo cuidará muy bien.
Mañana será la gran fiesta, espero que todos la pasemos muy bien.
Los dados
Lancemos los dados
Miremos que caerá
Si sale par, me quieres
O quizás me puedes amar
El problema es
Si no es así
Puede que te engañe
Pueda que no sea feliz
Lancemos tres veces
Vamos a ver quién ganará
Es un juego de suerte
Porque nadie sabe, que rol tocará.
Suerte del paseo
Dicha del tahúr
Así es como se juega
Busca un ataúd
Los dados ya cayeron
Y la cifra no te gustará
Uno cayó en dos
Y el otro un número impar
Ahora tienes la respuesta
Con qué suerte correrás
Ya lo he anunciado
Lamentablemente vivirás
Lo hemos acordado
Quedó escrito en el papel
Nadie te ha obligado
A seguirme y a obedecer
Porque así fue los resultados
Lo dejamos al azar
Nadie tuvo la influencia
De querer ganar
Te lo dije
Lo anuncié
Pero aun así quisiste
Volver a nacer.