Unos cabellos azules se asomaban por la entrada del templo de Acuario, entro sin hacer mucho ruido no había que ser un genio para saber que el dueño del lugar se encontraba leyendo.
Se le acerco por la espalda listo para saltarle encima.
- Ni lo pienses Kardia.
Como siempre era descubierto.
- Que malo eres.- lo abrazo por los hombros para quitarle el libro de las manos- Dégelsito bello de mi corazón...
- ¿Que quieres?
- Ay, no seas amargado... ¿Me haces un favor? Compre algo para el pelo y quiero probarlo en el tuyo.
- ¿Y por qué no lo pruebas en el tuyo?- levanto una ceja.
La ultima vez que uno de los favores de Kardia incluía su cabello casi queda con menos de la mitad de su largo, solo porque el escorpión se las queria dar de peluquero.
- Dégel, por favor, mi pelo es un nido de pájaros comparado con el tuyo que si lo cuidas, ademas no será como la ultima vez, serán unas trenzas y ya. Por favor.
Suspiro derrotado, si no le decía que si seguiría insistiendo el resto del día. Las manos de Kardia comenzaron a tomar mechones de su cabello con una delicadeza que no lo creía capaz, lo sentía moverse pero no sabia con exactitud que estaba haciendo, con el paso de los minutos comenzó a relajarse de más, y cuando su amado griego se dio cuanta de ello jugo más con su pelo hasta que cayó dormido.
Kardia sonrió sacando de su bolsillo un pequeño pinche con un adorno de manzana encima, lo coloco en la union de ambas trenzas para sostenerla. Besandole una mejilla hizo despertar a su pareja.
- Termine.
- ¿Que hiciste?
- Veelo por ti mismo.
Se miro a un espejo, viendo dos pequeñas trenzas que se unian atrás de su cabeza, se veían incluso delicadas ¿Desde cuando Kardia era tan bueno para peinar?
Paso el resto del día con ellas, con esa diminuta manzana en el pelo que decía desde lejos.
"Propiedad de Kardia"
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El bicho mimando a su cubito lector<3 Dibujo hecho por mi.
