100.- ¡Venganza! (Milo x Camus)

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(Perteneciente a ¡Tortura!)

Una vez de vuelta en el Santuario, con la noticia de esas tres nuevas personitas en camino, creian que relativamente habían vuelto a la normalidad, pero no era así Milo solo pensaba en su venganza, le cobraría esos meses a Camus y las veces que se dejo ukear, ademas al fin tenia una oportubidad de ocupar "eso" que compro no hace mucho tiempo.

Camus ya se veia bajo ese griego sin escapatoria, lo conocía lo sufienciente como para imaginar que esa noche no dormiría, sumándole esa frase que le dijo en el templo de Nix:

"Hoy volveré a ser tu seme"

No se la dejaría facil, ¡claro que no!  Primero tendria que encontrarlo si queria tomarlo esta noche. Cuando estaba apunto de pedirle a Shaka que lo dejara esconderse en la Sala Gemela, se cruzo en su camino ese personaje que quería evitar.

En menos de lo que pensó ya volvía a estar de nuevo en la habitación principal del templo de Escorpión, en esa cama que  conocía muy bien y había sido testigo de muchas noches de entrega, hoy seria una más de ellas. Milo subio sobre él, inmovilizadole los brazos y las piernas al mismo tiempo que ataca su cuello con besos y lamidas, algo que ya lo estaba haciendo temblar un poco.

- Debo confesar que disfrute mucho las ultimas veces- dijo muy cerca de su oído casi rozandolo con sus labios- pero hoy yo te complacere a ti.

Todas las intenciones que tuvo de no dejarse tomar se fueron en ese momento, ese tono de voz que usaba le encantaba por completo. Se dejo acariciar, besar y desnudar al antojo de su amante, el que se quitaba la camisa de una forma lenta para su deleite. Quiso acariciar cada musculo y lo hubiera hecho de no ser que una mano más morena que la suya lo detuvo, esa misma mano fue besa con cariño hasta llegar a su boca, estaba tan concentrado en degustar esa boca intrusa que ni cuenta se dio cuando sus ojos fueron vendados, solo se percato cuando Milo se separo de él.

- ¿Para que...?

- No necesitas verme.

De nuevo atacaba su oreja, sabia que era su mayor punto débil, y como lo sabia lo aprovechaba lo mejor que podia.

A pesar de que no era la primera vez que lo hacian, seguía pareciéndose tan hermoso como la primera vez. Volvió a atacar su cuerpo con besos, cada rinco de piel que podia deleitándose con los bellos gemidos que su pareja dejaba salir sin remordimiento alguno, creia que ya había llegado el momento de su venganza, se separo de Camus unos segundos para buscar la sorpresa del día, saco dos botellitas del velador a su lado. Una de ellas era la que haría maravillas en el mayor de los dos.

Camus sintio caer un tipo de gel en su miembro, el que le pareció frio pero igual de exitante que un afrodisíaco. Jadeo cuando sintió la mano de Milo esparcir dicho gel por toda su virilidad.

- Ah... ¿Que... que eso, afrodisíaco?

- Estas muy lejos de la respuesta, mi bello francés. Es todo lo contrario a eso; es un retardante...- separo sus piernas sin nada de cuidado- Hoy te haré temblar.

A los pocos minutos se dio cuenta de que efecto tenia sobre él, sentía su miembro algo dormido, estaba pensado que no sentiría nada pero las manos inquietas de Milo estaban haciendo maravillas le sorprendió que aun así pudiera sentir tanto. Otro contacto frío llamo su atención, era un lubricante de efecto frío.

Debía estas acostumbrado a esa sensación, pero en griego sabia como volverlo loco y hacerlo rogar por más, ¡A la mierda su autocontrol! Esta noche disfrutaría como nunca antes en su vida.

Estuvo apunto de voltearse porque sabia que a Milo le gustaba mucho más esa posición, podia tener una mejor vista, pero esta fue el propio Escorpión quien lo detuvo.

- Hoy quiero hacértelo de frente, déjame disfritar del espectáculo.

No le dio tiempo a responder entro de un solo empujón en su interior, sacando al fin el gemido que tanto quería escuchar, uno mezcla de placer y dolor, el que podría escuchar mil veces sin cansarse si salia de él.

- Oh Dioses Camus... aprietas como no tienes idea.

- Callate... muevete más.

Sonrio a lo grande, su venganza a penas comenzaba y ya la estaba disfrutando. Acuario se retorcía bajo suyo, sudaba, babeaba y gemia como si la vida se le fuera en ello. Lo vio retorcer sus propios pezones por la exitacion, decidió castigarlo: con su propia camisa le ato las manos a respaldo de la cama.

- ¡Eres un... maldito animal!, no pares... no.

Lo veía, comenzaba a temblar. Podía sentirlo el orgasmo estaba cerca pero por más que sintiera, por más que tratara simplemente no salia, el retardante esta haciendo demasiado bien su trabajo. Milo subió sus piernas a sus hombros y aumento la fuerza de las embestidas, su espalda se arqueo como nunca antes, sintió una mordida en su pierna derecha, la venda en sus ojos se humedecio aún más.

- Sí, Así...así.

Milo fue el primero en terminar sintió su interior ser llenado por completo y esa sensación calida mezclarse con la fría. Dejo caer una de sus piernas para seguir atacando sin piedad, saco la venda de sus ojos solo para ver las gemas azules totalmente perdidas en un punto muerto, sumándole la boca babeante, el fuerte sonrojo de su rostro y el cuerpo saturado de espasmos y temblores le daba el mejor cuadro del placer en un una sola persona.

Finalmente el tan ansiado orgasmo llego a él, el mejor que había tenido en su vida. Le costo mucho tiempo calmarse su cuerpo aun tenia ligeros espasmos, miro apenas a Milo el que le devolvía una mirada triunfante.

- Eres de lo peor...

- Así me amas.

No recibió respuesta, negó y decidió ordenar un poco el desastre que habían hecho y solo así descansar a su lado por el resto de la noche.

🍎❄

¡Llegamos al capitulo 100! 😃

Y yo que creí que no pasaría de los 30 iniciales xD

Aquí esta la venganza del bicho por la ukeada que le dio Camus cuando fue mujer 😃

¡Voy a seguir con estas historias cortas hasta que Wattpad me diga que ya no puedo publicar más capítulos! 😄

Próximo especial a los 100k 😉

ScorpioNoMilo 💕

Golden Stories.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora