[𝟎𝟎] 𝐋𝐨𝐯𝐞𝐫.

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Gruñí esquivando un segundo golpe por su parte, pasando a hacer movimientos de las alas con fuerza esquivando las estalactitas y estalagmitas lugar donde varios ignoraban nuestros movimientos. Tuve cuidado de no descuidarme del más grande, gruñiéndole de nuevo a lo que recibí un gruñido devuelta que pareció resonar, pero eso no detuvo el vuelo de ninguno de los dos.

Bajé con agilidad, pero sin perder la velocidad que llevaba hasta entonces llegando a rozar el agua con mis patas cuando vi un claro sin piedras que me hiciera imposible volar a tan baja altura. Pronto una figura sobre mí me hizo sombra, figura que venía persiguiéndome hace tiempo y que no dejé estar ahí durante mucho tiempo al detenerme. Él paró en seco con dificultad debido a su tamaño, luchando para detenerse por completo y girando hacia mí, ambos nos miramos hasta que yo alcé mi mirada a la cascada que se cernía casi sobre nosotros. Voló hacia mí, pero demasiado tarde para cuando yo volví a continuar el vuelo, esta vez hacia arriba. Un gruñido tras de mí resonó mientras que yo solo aumentaba cada vez más mi velocidad. Solo se oía la cascada que parecía abrazarnos, ya ninguno de los demás parecía ser importante además del ruido que provenía del movimiento de las alas de ambos, siendo los dos capaces de cortar el aire gracias a la velocidad que alcanzamos.

Un último gruñido resonó por mi parte, llegando a la luz que me cegó por completo, pero eso no hizo que parara hasta salir de aquel gran círculo compuesto por cascadas, el fin del mundo. Otro gruñido y otro, y otro más, y un mar sin fin que nos rodeó a ambos. Mis alas, mis escamas, la grandeza de mi cuerpo, todo desapareció con rapidez, evaporándose mientras que mi cuerpo continuaba alzándose gracias al anterior impulso de mis alas, perdiendo cada vez más velocidad a cada momento.

El aire era lo que cubría mi cuerpo que comenzó a descender al vacío, algo que no duró cuando fui recogido por la dureza de otro cuerpo, otro gruñido se escuchó y yo sostuve mis manos en las protuberancias de las escamas del otro cuerpo, frotando una de mis mejillas contra su cuerpo aún sintiendo el sonido del aire al ser cortado, brisas frías que pegaban contra ambos cuerpos.

Todo se detuvo poco a poco, llevando un ritmo cada vez más lento, aprovechó un momento para echar una mirada a mi cuerpo viendo que estaba allí, que no había ni pretendía desaparecer.

Su atención volvió al vuelo, aumentando y reduciendo su velocidad hasta que su cuerpo fue cayendo. Sentí como sus escamas se fueron reduciendo, sus alas desaparecieron y ambos cuerpos caímos sobre la arena, rodando, uno alejado del otro. El golpe había sido fuerte, pero no oculté mi risa. Giré sobre la arena queriendo estar de cara al chico.

Ambos reímos una vez más, ambos desnudos, ambos sin quitar la vista del otro hasta que él se levantó acercándose a mi cuerpo, despacio, sin prisa alguna comparada a la llevada antes. Sus ojos brillaron y se dilataron, había fuego que se movía en ellos. Me senté, pero él no tardó en arrodillarse tomando mis mejillas, besándome como si hubiera esperado para aquello toda una vida. Le correspondí y oí a su dragón pedir volver a volar junto al mío, volver a volar de nuevo hasta el fin del mundo en un juego de movimientos en los que ambos participáramos con gracia.

Mis manos mantuvieron su espalda incapaces de hacer algo que no fuera sostener su cuerpo contra el mío mientras que la boca de uno llamaba a la contraria cada vez que nos separábamos y el fuego brillaba, moviéndose en los ojos contrarios. Un juego de toques empezó entre los dos, juego que ninguno quería ni pretendía acabar mientras que la luz que nos iluminaba se iba yendo, quedando a oscuras, pareciendo que lo único que nos iluminaba era el cuerpo contrario que era marcado por el otro.

𝐒𝐜𝐚𝐥𝐞𝐬. [𝐉𝐢𝐦𝐒𝐮]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora