[𝟎𝟐] 𝐆𝐞𝐜𝐤𝐨.

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Eché con cuidado en el pequeño vaso, sosteniendo la tapa de la tetera con suma delicadeza para no hacerla caer. Mis manos abrazaron el vaso tras una leve reverencia y bebí de él con calma dando gracias por lo que aún tenía.

Lo dejé de nuevo junto a la tetera y soplé la pequeña vela en el centro de la mesa que daba luz al cubículo, pasando a estar completamente a oscuras, siendo iluminado ahora solo por la luz que se filtraba a través de las paredes de papel. Me levanté, pero pasos comenzaron a resonar en lo que supuse que era el pasillo.

Me oculté con rapidez a un lado de la puerta corredera con cuidado y suplicando para que quien sea que fuera pues no me diera problemas, pero la puerta se abrió y un cuerpo asomó por ella. Hice movimientos rápidos, sorprendiendo a la persona hasta que esta calló y con un jadeo quedó tumbada, mirándome ahora fijamente. Su pecho se movía eufórico a diferencia del mío y su rostro, aniñado, suplicaba clemencia.

- ¿Quién eres?

- HyoBin, HyoBin señor - tragó con fuerza sin aún atreverse a levantarse, ni siquiera a moverse mientras que yo solo ladeé mi cabeza -. De la familia Moon señor.

- Conozco a tu padre y creo que pusieron muchas esperanzas en ti con solo oír tu nombre - hablé con voz calmada, alejándome y dejando que se levantara aún sin estar seguro por completo del chico, aunque, aún así, le di la espalda y salí al patio central, el lugar más iluminado de la casa gracias a la luna, mientras que era seguido por los pasos del menor -. Debieron enseñarte que la manera en la que acabas de entrar a una casa ajena es la menos adecuada y mucho menos por la noche.

- Pero señor...

- Hay hombres que no conocen el respeto dentro de sus casas y no les hubiera importado reducirte de otras maneras.

- Mi padre me ha mandado a llamarle señor - mis ojos se tornaron blancos por un momento y giré hacia él.

- Deberías escuchar a tus mayores y pedir permiso antes de hablar Moon.

- Hay un dragón en el templo señor - y mis ojos se abrieron más de la cuenta sin creer aquello.

- No es cierto.

- Lo es - ¿y cómo podía serlo? -. Lo tomamos en la playa señor.

- Llévame hasta allí, hasta el templo - ordené en aquel momento al niño quien dudó, pero asintió sin más guiándome hasta donde supuso que era la salida de la casa, mientras que yo, tras él, cerraba cada puerta.

Mi cabello, largo, alcanzaba mi cintura y algunas de mis telas rozaban en demasía la tierra que normalmente era transitada por caballos, pero no alcanzó a importarme menos. Tal vez lograría aún más malas miradas de las que ya conseguía normalmente, pero esta vez por cómo me presentaría con ropajes normalmente usados para estar en casa, aunque en mi defensa no tardaría en alegar que el sol se había ocultado ya hace varios viajes.

Todo era tranquilo en el pueblo, al menos a aquellas horas donde todos dormían y solo resonaba el ruido de algún que otro animal al que se le había unido el de nuestros pasos: los del chico y los míos. El templo se encontraba cerca, lo suficiente para no cansarse a caballo, pero para un humano era diferente, cosa que fácilmente me decía que habían encontrado al supuesto dragón con la caída del sol, lo habían llevado a lo alto de la montaña y luego habían mandado al hijo de Moon a llamarme, probablemente el mensajero más rápido gracias a su juventud.

La familia Moon era conocida en el pueblo por ser los consejeros del emperador, el conocimiento que albergaban era tal que resultaba asombroso ver como este perduraba con el paso de las generaciones. En esta familia los padres y abuelos eran consejeros mientras que los hijos formaban parte de los mensajeros más importantes del reino, lucrándose de lo que se les permitía saber en supuesto secreto para luego estar capacitados para sus próximos puestos como asesores.

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⏰ Última actualización: Jun 06, 2019 ⏰

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𝐒𝐜𝐚𝐥𝐞𝐬. [𝐉𝐢𝐦𝐒𝐮]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora