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| Camisa arriba |



Una vez más, ese sonido de platos siendo estrellados bruscamente contra el piso; hacían que mi pulso se acelerara.
Me levanté de mi cama y corrí a la puerta a ponerle seguro, regresé y me senté en la esquina de mi habitación, junto a mi mesita de noche, abracé mis piernas y escondí mi cabeza en ellas, mientras soltaba sollozos.


—¡Lalisa, abre la maldita puerta! — Comenzó a golpear mi puerta, estaba desesperada. Otra vez.


—Mamá, por favor... —Solloce y mis lágrimas bajaron de mis mejillas hasta mi mentón.


—¡Si no abres la maldita puerta te irá muy mal! — Me levanté, sorbí mi nariz y seque mis lágrimas con el dorso de mi mano; a pasos inseguros me acerqué a la puerta y le quite el seguro.


La puerta se abrió bruscamente, mi mamá entro y me empujó, haciendo que cayera de espaldas al suelo, hice una mueca de dolor. Ella se colocó arriba de mí, y golpeó mi rostro con su puño y anillo que traía en esa mano. Sentí mi mejilla arder y algo escurrir por ella.
Ella siguió golpeandome, no servía de nada tratar de cubrirme con mis brazos; se levantó y pateó mi costilla izquierda, gemí de dolor ante su acción.


—¡Te odio, por tu maldita culpa tu padre nos abandonó! — Y sin decir más, salió de mi habitación cerrando la puerta fuertemente.


Me hice un ovillo en el suelo, mi costilla dolía horrores, toque mi mejilla y me asuste al ver saangre en ella. Comencé a llorar, y me odie por eso y por no poder ser valiente y enfrentar a mi madre, después de todo yo nunca he echo nada que vaya en su contra, o nada para perjudicar su matrimonio con mi padre; el cual siempre me daba dinero y a ella no...tal vez sea eso.


El día se me fue rápido, no había asistido a clases varios días, ni pensaba hacerlo.

—Papá, por favor... — Solloce una vez más, mientras hablaba con mi padre por teléfono.


—Sólo sé paciente, tu madre mejorará...es una caprichosa — Se excusó.

—Papá, ella me golpeó...estoy muy mal en estos momentos — Lloré con más fuerza.


—No te preocupes hija, ah, por cierto; te depositare en unos momentos tu dinero — Y sin más me colgó.

Arrojé mi teléfono al suelo bruscamente, tomé mi cabello y la apreté con mis manos. Mi madre había ido al Bar que siempre va, dejándome sola.


Unos toques en la puerta interrumpieron mis sollozos.
Me levanté y camine muy adolorida, mi costilla lastimada tenía un color verdoso con morado; y dolia mucho.


—¿Q-Quién es? — Pregunté al llegar a la puerta.

—Lisa, soy Yoongi, abre la puerta — Mis ojos se abrieron de la sorpresa, mis ojos picaban, gracias a las nuevas lágrimas que querían salir...tomé aire y conteste.


—¿Q-Qué haces a-aquí? — Me regañe un par de veces.


—Vine a verte, no has ido al instituto dos días, eso no es lo tuyo...¿Me abrirás la puerta, o me dejarás aquí afuera? — Cubrí mi boca, no quiero que me vea así, golpeada.


—M-Mi mamá n-no está...y-y se llevó las llaves — Tomé aire para no dejar escapar ningún sollozo.


—¿Estás bien? Lisa, abre la puerta — Exigió, negué con la cabeza mientras la pegaba a la puerta.


—Estoy bien...a-ahora, vete — No me gusta tratar mal a las personas, pero era necesario.

—No, no me iré hasta que me abras la puerta y vea que estas bien — Mis lágrimas no resistieron y salieron, solloce.


—¡Largate Yoongi, vete, fuera! — Grité, y me odié más por eso.

No se escuchó nada, ni siquiera pasos de que estaba alejándose; lloré y entre gemidos de dolor, camine a la sala, pero antes de llegar, la puerta se abrió bruscamente.

Y ahí estaba él, mirándome asustado y preocupado por mi situación.

—¡¿Qué te pasó?! — Se acercó corriendo hasta a mí. —¿Quién te hizo esto?¿Eh?¡Dímelo! — Sus manos tomaron mis hombros y me sacudieron un poco, hice una mueca de dolor.

Lloré, lloré por mis errores, lloré por no poder ser valiente y enfrentar a mi madre, por no poder ser una buena hija, por no ser yo, por no amarme a mi misma.



—No te muevas...listo — Término de limpiar mi pómulo el cual estaba ensangretado.

—Gracias, Yoongi Oppa — Tiró el algodón y me miró.

Hace una hora le había contado a Yoongi sobre lo que sucedió; él optó por llevarme a su departamento, y quedarme con él.

—¿Tocas el piano? — Señalé el instrumento que estaba en la esquina de su habitación.

—Algo así...Lisa, ¿Porqué dejas que tu madre sea así contigo? ¿Porqué no te defiendes? — Fruncí los labios y miré hacia otro punto de la habitación.

—¿Esa computadora es tuya? — Traté de ignorar sus preguntas.

—Sí, Lisa, no trates de evadir mis preguntas...responde — Exigió.


—Yoongi, ella es mi madre, no podría si quiera ponerle una mano encima, ella me odia...y yo la odio a ella ahora — Miré mis manos.

—Entiendo...¿Quieres darte una ducha? — Asentí.

Me levanté e hice una mueca de dolor.

—¿Qué tienes? — Solté un suspiro.


—Ella...ella lastimó mi costilla — Agaché la cabeza.

—Déjame ver — Se levantó.

Mis mejillas ardieron y un calor se apoderó de mí, ¿Ver mi abdomen? ¿Él?

—Sólo veré un poco, ¿De acuerdo? — Asentí, guarde mi vergüenza para otro momento, levanté mi camisa negra y por un momento pensé que se desmayaria. —Santo dios...




—LaOmmaChida💜💜✨✨✨

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