Las dos caras de la moneda

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Anochecía mientras Noémi caminaba tras de Erendira y un grupo de soldados que escoltaban a Elouan, el cual tenia las manos amarradas, Murata los alcanzo a la mitad del campamento.

-¿ Ella es la pequeña Noémi? – dijo acercando su rostro a Noémi.

-Déjala Murata, que tendremos que lidiar con el problema en poco tiempo, Y Misha ¿Dónde esta? – pregunto sin voltear a ver a Murata, cuando paso junto al fuego principal del campamento, se aparejaron dos hombres mas, uno usando una cogulla, cuya capucha le cubría parte del rostro, el otro usaba una armadura plateada, distinta a la de Murata, la espada bastarda que portaba tenia un mango dorado y con una efigie de un fénix en su empuñadura , y una pequeña daga con el mismo símbolo.

-Disculpe, Erendira, me parece que su actuar salió completamente fuera de los planes – esto hizo que Erendira se detuviera, volteo a su interlocutor y una señora se acerco corriendo a darle un vaso a ella – Murata – volteo a ver al guerrero japones, - Lleva a Noémi con Misha, el sabra como arreglar su situación – dijo mientras con la mano se negaba a tomar el vaso que se le ofrecía, a lo que insistía la dama vestida de lana -Me parece que no,- le contesto Murata, -linda cálmate, Helden y Shusay se pueden hacer cargo de Noémi y la llevaran con Misha- dijo al tiempo que con la mano ordenaba que continuaran el camino, Noémi alcanzo a escuchar el nombre del guerrero – Mangit, debes de entender que la situación cambio en el acto -, - Erendira no debió de separarse del hechicero -, a lo que la interpelada volteo y tomo el pomo de su espada, una estoque con el mismo fénix en su empuñadura para ser mas exactos, - ¿no debí?, viste como el hechicero incendio las puertas, ¿Quién crees que hubiera sido la primera en morir, ¿Crees que eso no hubiera llevado a una batalla de nuevo? – le grito, - Me he contenido por que ustedes me lo pidieron, pero no me pidan que obedezca ciegamente – miro a los ojos a Mangit, Murata también tomo el pomo de su espada, la cual tenia labrada en su mango un pez nadando, con símbolos de agua, el portaba una Katana y una Wakisashi, aunque su armadura tenia un estilo similar a la del ejército, con el símbolo del pez y los glifos de agua, diferenciándose de los demás guerreros por el uso de la capa de seda purpura, el hechicero se interpuso entre ambos y un ligero temblor cimbro a ambos contendientes.

-Dejemos esta discusión aquí – dijo solemnemente Murata, - Mangit, creo que tu rey te espera en la tienda, al igual que a tu hechicero –, Mangit solto el pomo de su espada, al igual que Eréndira, quien hizo un movimiento con su mano, que fue detenido por Murata, Mangit dio la vuelta y camino hacia el otro lado del campamento, el hechicero se quedo en ese lugar un momento, hizo una reverencia y acompaño a Mangit.

-¿Quieres iniciar una guerra? Calmate y toma tu bebida, te hará bien, en algo tiene razón, aunque no estoy en desacuerdo con tu comportamiento, pero debiste de haberme avisado a mi o a Misha de Noémi y no haber ido tu, ¿Qué pasaría si hubieras sido herida? -, -No paso, no te preocupes – contesto molesta dándole unos sorbos al vaso que le habían dado - ¿Podrias repetirme por que apoyamos a Piro, era solo un mercado de esclavos, pude haber acabado con ellos yo sola, era mi territorio, era mi deber protegerlo – dijo bajando la cabeza, Murata no contesto, caminaron un rato mas hasta llegar a la tienda principal, dentro estaba Cesar gritando a todo mundo, Noémi estaba horrorizada de la ira de su hermano, un hombre de unos 28 años, estaba sentado en los cojines comiendo unas uvas, tenia una gran sonrisa.

-Murata, me podrías explicar ¿Por qué no se me informo de esto? –

-Por que yo di la orden, de haberte enterado estando a la mitad de la carga, hubieras estallado, y si estoy molesta por la masacre en la puerta de los esclavistas, estaría fúrica si en esa masacre hubieras participado, no tenia por que morir gente inocente, no debimos haber planeado un ataque a distancia y menos con algo tan peligroso como el fuego –

Viaje efímeroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora