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Odiaba llorar.

Él podía reír, gritar, gruñir, suspirar, jadear... Podía expresar cómo se sentía de mil maneras distintas.

Pero llorar no, él no se permitía llorar.

–Los niños fuertes no lloran, Tae, los niños felices solo ríen y disfrutan. Y tú eres un niño fuerte y feliz, y siempre lo serás. Es todo lo que deseo para mi mayor tesoro.

–Jamás lloramos, mamá. Nunca.

Taehyung sonreía con ojos brillantes a su madre, ella estaba en cama y sonriendo débilmente, con la mirada anhelante sobre su  hijo menor, sobre su mayor tesoro. Y deseó con todas sus fuerzas poder permanecer más tiempo a su lado, ¿quién le aseguraba a ella que su pequeño sería feliz? ¿Haría amigos en la escuela? ¿Se encontraría con una linda chica que lo amara tanto como ella lo hacía? ¿Qué pasaría si lo lastimaban?

Su mayor tesoro le miraba con adoración, ¿podrían sus ojos seguir brillantes? ¿O serían opacados por las horrendas lágrimas?

Sólo pensarlo le hacía doler aún más su corazón, pero no podía llorar, porque debía estar feliz para su hijo. Debía sonreír y ser fuerte. Porque una sola lágrima daría paso a una cascada de ellas y su pequeño no podía verla así.

SooMin apretó la mano de su hijo y sonrió conciente de esa promesa silenciosa con su hijo, que le miraba cómplice.

Ella podía irse tranquila. Taehyung sería fuerte.

Taehyung sería feliz.

Taehyung no derramaría lágrimas jamás.

Lágrimas De Miel || (Vkook) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora