Realmente era fan de los días como ese.
Podía escuchar el crujir de las hojas bajo sus pasos y el aroma a humedad entraba por sus fosas nasales. Las nubes cubrían el sol, de modo que no tenía que preocuparse porque la luz exagerada le lastimara la vista.
El paraguas en su mochila era sólo un "por si acaso", pero realmente le gustaba pensar que lo usaría, hacía mucho que no sentía la lluvia en su piel y solo lo anhelaba en ese momento.
Una brisa de aire fresco se hizo presente, e inevitablemente detuvo sus pasos, inclinando la cabeza hacia arriba. Sus ojos estaba cerrados, y no podía concentrarse en otra cosa que no fuera la suave brisa fría que le acariciaba la cara y movía levemente su suéter holgado y su cabello caramelo.
Estaba tan concentrado que no escuchó los gritos tras él, tampoco el sonido de las llantas en el suelo de piedras.
Lo último que supo que fue que el piso estaba besándole, no de manera dulce, y que odiaba el sonido de una llanta de bicicleta girar a la deriva.
Lo último que vio fueron unos ojos asustados y el cabello negro ligeramente despeinado.
Era una linda imagen, ¿pero por qué el hermoso chico lucía preocupado? ¿Por qué sus ojos se notaban tan tristes?
Se supone que los chicos felices no lloran, ¿cómo podía un chico tan hermoso no ser feliz?
....
–Muchacho levántate, maldición.
Tae escuchó una voz a lo lejos. La cabeza le palpitaba y sentía un fuerte dolor en su espalda y en su pierna derecha. Soltó un quejido cuando sintió un piquete en su mejilla y luego otro. Lentamente abrió los ojos para encontrarse con un hombre de cabello negro, quien suspiró aliviado cuando le vio reaccionar.
El sujeto aparentaba unos cuarenta y más, sus ojos eran negros, cálidos. Tenía una piel muy clara, marcada por una pequeña cicatriz en su mejilla derecha.
—¿Qué pasó?– lentamente se incorporó hasta quedar sentado y apoyado con su mano derecha, mientras su mano izquierda masajeaba su sien —¿quien es usted?
—Hmm, debes ser de los que se mudaron recién a la vieja casa en Ginnel. Levántate muchacho, ese fue un buen golpe.
El hombre se puso de pie y extendió su mano para ayudar al chico en el suelo, quien, susurrando un gracias, tomó su mano y se levantó con un ligero tambaleo. Su cabeza realmente estaba palpitando.
Confundido miró hacia la dirección que veía el hombre, notando, a lo lejos, a un chico con una bicicleta roja y cabello negro azabache, medio escondido detrás de un árbol.
—Uh, gracias señor...
—Jeon.— dijo el hombre sin apartar la vista del chico "escondido" tras el árbol. —será mejor que vayas a casa, muchacho. Parece que lloverá pronto y que tu cabeza no está muy bien, lamento lo que Kook te hizo, ya me encargaré de él — susurro las últimas palabras, de modo que Tae no estaba seguro de haber escuchado correctamente ¿Kook?
Taehyung dejó de mirar al muchacho escondido y miró al hombre a su lado. El señor Jeon no se veía de buen humor. Sintió miedo por el lindo chico de ojos negros y cabello alborotado.
—Es muy amable, señor Jeon. Sin embargo no creo que él tenga la culpa, — sonrió hacia el hombre y acomodó su mochila sobre su hombro— a veces me pierdo en mis pensamientos y resulto ajeno a lo demás. Es bueno saber que nuestros nuevos vecinos son personas tan amables y que se preocupan por los demás. Confío en que será indulgente con el chico.
El señor Jeon lo miró fijamente por unos segundos antes de sonreír ligeramente. Sonrisa que el castaño dudó haber visto por lo fugaz que fue.
—Me alegra saber que no fue todo culpa de mi hijo—dijo el mayor volteando de nuevo a su izquierda —sólo escuché el golpe desde dentro, pero no vi toda la escena. Entenderás que no es de todos los días tener a un adolescente tirado en mi jardín— sus ojos regresaron a Taehyung y sonrió un poco —lamento todo esto. No tienes que preocuparte por él. Tú fuiste el herido en esta ocasión. Parece que estás bien, pero si no es así puedo llevarte a tu casa.
—Creo que puedo llegar por mi cuenta, hasta luego— el castaño estando más tranquilo sonrió y dio la vuelta tras ver al mayor asentir. Caminó unos cuantos pasos hasta que escuchó la puerta cerrarse.
Se quedó mirando la puerta un momento, recordando las palabras que el hombre había pronunciado minutos atrás. Kook.
Suspirando giró en dirección al árbol escondite, dispuesto a hablar con su extraño agresor, sin embargo ya no había nadie allí. Confundido miro a todos lados, pero no había rastro de una bicicleta o cabellos azabaches.
Maldijo en voz baja y comenzó a caminar de regreso a casa, su pierna aún dolía y su espalda le incomodaba un poco.
No quería ni pensar en la cara de preocupación que pondría su abuela.
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Lágrimas De Miel || (Vkook)
FanfictionTaehyung tenía a sus abuelos y a su hermana. Jungkook tenía a su papá. Taehyung jamás lloraba. Jungkook lloraba a escondidas. Taehyung era feliz. Jungkook quería serlo. Taehyung era feliz... ¿Cierto?