Un chico de cabellos negros miraba por su ventana en el segundo piso. Sus pies estaban descalzos y su pijama se sentía cálida en su piel. La brisa que entraba en su recamara había hecho que su nariz estuviera fría y levemente roja.
No podía apartar la mirada de un punto específico en la calle. El suelo se veía barrido, las marcas de las llantas de su bicicleta eran visibles. ¿El chico estaría bien?
Maldición. Ni siquiera había sido culpa suya, él gritó al tonto que se había quedado parado en la entrada de SU casa.
No había sido culpa suya no haber podido frenar a tiempo la bicicleta, no había tenido un buen día y solo quería llegar a casa.
Frustrado se revolvió el cabello, no quería pensar en el tipo de antes, pero ahora resultaba que no había podido sacarlo de su mente en toda la tarde. Vaya sentimiento de culpa más asqueroso. Un sonrojo se formó en sus mejillas y la frustración sólo aumentó, había quedado como un cobarde al huir del lugar como un delincuente que se pasó un alto.
No había sido su culpa. No.
Pero... ¿El chico estaría bien?
Su padre había mencionado que había llegado a vivir a la casa en Ginnel, así que era seguro que lo vería de nuevo.Qué horror.
Por un momento se quedó perdido con la vista en el cielo nocturno. Las estrellas no podían verse hoy por las nubes de lluvia. El aroma a tierra mojada seguía presente y él no dudaba que en la noche llovería otro poco. La noche era agradable. Hasta que se encontró pensando en cabellos caramelo contra el suelo. Quería llorar de la frustración.
Debía disculparse.
Su padre lo había dejado claro, no era adecuado dejar a un chico tirado y luego huir. Realmente el regaño había durado mucho. Le fastidiaban esas charlas y reclamos.
Molesto y con un puchero en sus labios cerró la ventana y puso las cortinas, dispuesto a bajar a la cocina para ayudar a su padre a preparar la cena, apagó las luces de su habitación y se dirigió a las escaleras.
—Pensé que no saldrías de tu habitación— Jungkook sonrió ligeramente, apenas había pisado el primer escalón y su padre ya lo había notado, ¿qué diablos le pasaba al hombre? ¿Era adivino? ¿O es que él era tan predecible? — estabas demasiado molesto hace rato, fue tu culpa y aún así te haces el ofendido.
Jeon Jihoon estaba en la cocina cortando zanahorias cuando su hijo entró.
—Sabes que no fue mi culpa, el chico se quedó parado frente a la casa y no pude frenar a tiempo.
—¿Y por eso saliste corriendo despavorido? — la sonrisa en la cara del hombre mayor se intensificó cuando escuchó a su hijo bufar — Jungkook, ya hablamos de esto, no seguiré diciendo que te equivocaste cuando tú lo sabes bien. Ahora, ¿puedes decirme por qué venías llorando?
El peli negro se tenso frente al fregadero, un segundo después abrió la llave para lavar sus manos antes de preparar la cena. Podía sentir la mirada de su padre y el sonido del cuchillo sobre la tabla se había detenido. Odiaba que su padre preguntara esas cosas, él debería saberlo mejor que nadie, ¿a quién quería engañar?
—Debiste haber visto mal, papá, tus ojos de viejo te engañan. Además, si me alejé cuando escuché la puerta fue porque entré en pánico, a veces te alternas por nada.
—¡¿Ojos de viejo?! — Jungkook pudo sonreír y soltar un poco del aire que había contenido, a veces era tan fácil distraer a su padre — te estás volviendo muy desconsiderado. Sólo por eso tú terminarás de preparar la cena— el muchacho sólo pudo reír por el drama que hacía su padre al salir de la cocina.
Lentamente eliminó el jabón en su piel y secó sus manos. Su sonrisa desapareciendo. No podía entenderse ni a él mismo ni a su padre. Era como si ambos quisieran ignorar lo obvio.
Estaba bien para él. Llevaban meses de esa manera, y parecía ser lo mejor para ambos.
Terminó de preparar la cena y puso la mesa. Miró fijamente el lugar extra que había puesto inconscientemente. Sus manos picaron y se dirigieron casi de manera automática a su costado izquierdo, justo abajo de sus costillas.
Los pasos de su padre bajando las escaleras lo sacaron de sus pensamientos y rápido quitó el lugar extra.
Se tenían el uno al otro.
Con mentiras bien intencionadas, pero se tenían el uno al otro.
🌫️
—No lo puedo creer Tae, ¿cómo es que no viste que te iban a pasar encima con una bicicleta?
La señora SooHye era una mujer inteligente. Sus ojos tenían cierto brillo de travesura, aún pese a los años. Sus ojos eran grises y cálidos, su nieto no conocía a alguien que transmitiera tanto a través de su mirada como lo hacía su abuela.
Justo ahora transmitía preocupación y un deje de molestia. Su nieto a veces era un tonto.
—Solo me distraje un momento, abuela— dijo mientras sentía como las firmes manos masajeaban su espalda y un aroma a mil hierbas entraba por sus fosas nasales— además, no duele realmente.
Se arrepintió de decir eso.
La mujer presionó con más fuerza de la debida la espalda baja causando que el chico diera un respingo y un pequeño grito saliera de su boca.
—Sigues sin ser muy inteligente, Tae— una risa acompañó las palabras del abuelo Taeyong, y su nieto solo pudo soltar un quejido ahogado — no deberías decir cosas como esas cuando tu abuela te tiene tan vulnerable. Creí que tantos años te habían enseñado como evitar los problemas innecesarios.
Taehyung sintió la cama hundirse donde su abuelo se había sentado. Sonrió sin darse cuenta, no recordaba la última vez que había tenido a ambos adultos en su habitación.
Su abuela puso un parche en su espalda y bajó su camiseta acomodándola en su lugar. Dio dos pequeños golpes en el hombro de su nieto, dando a entender que podía levantarse.
—Y a todo esto, ¿quién fue el que casi te mata, hijo? — el hombre mayor le miraba con burla, realmente se burlaba de su desgracia —¿deberíamos demandarlo por conducir irresponsablemente una bicicleta?
Tae se sentía torturado y traicionado. Su propia familia burlándose de él.
—Un tal Kook, abuelo. Y ya les dije que fue mi culpa, no me atormentes más. — odiaba poner una cara de cachorro, pero realmente funcionaba para que su abuelo dejara de molestarlo, al menos por un tiempo.
Taeyong sólo sonrió y palmeando sus piernas dio por finalizado el tema. Molestar a su nieto era divertido, pero ahora le interesaba saber más sobre ese tal Kook.
No se consideraba un padre sobreprotector, o en este caso, un abuelo, pero tampoco le fascinaba la idea de un maníaco en bicicleta.
Apretó un poco el hombro de su casi hijo y, tomando la mano de su esposa, salieron de la habitación, deseando lindos sueños al muchacho.
Taehyung se volteó a la ventana para correr un poco las cortinas y mirar el cielo, que aunque sin estrellas, le parecía hermoso.
Esperaba poder ver pronto esos cabellos negros y alborotados.
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Lágrimas De Miel || (Vkook)
FanfictionTaehyung tenía a sus abuelos y a su hermana. Jungkook tenía a su papá. Taehyung jamás lloraba. Jungkook lloraba a escondidas. Taehyung era feliz. Jungkook quería serlo. Taehyung era feliz... ¿Cierto?