3. Soy débil y no me importa.

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Soy débil y no me importa.

Cuando estuve dentro de MY-Entertainment, diez minutos después de haber tomado un bus que me dejó frente el gran edificio, YoonGi ni siquiera había llegado.

La rubia se encontraba detrás del escritorio de caoba, acomodaba sus cosas con parsimonia dentro de una caja de cartón. Desde mi lugar en medio del pasillo, y por la posición en la que se encontraba, podía ver una panzita de no más de tres meses, que apenas y se podía ver.

Al sentir mi presencia y mi mirada en su persona, la chica se volteo con una sonrisa agradable -¡Tú debes de ser el nuevo ayudante de Yonnie!.

Trate de que ninguna emoción, aparte de alegría, apareciera en mi rostro, después de haber escuchado el apodo sentí un pequeño remolino que comenzaba en mi estómago y terminaba revolviendo mis emociones. Sin entender mi reacción y sin tomarla en cuenta me acerque a la chica.

-Estas en lo correcto- La chica se volteo y puso dentro de la caja un pañuelo. -¿Te ayudó en algo?.

La vi dudar con respecto al pedazo de tela ya dentro. -Eh...- ella lo volvió a tomar y se volteo, extendió el pañuelo gris hacia mi direccion, todavía con duda -¿Se lo podrías dar a YoonGi?.

Mi ceño se frunció pero asentí. Tenía curiosidad del porqué ella tenía un pañuelo con las iniciales de Min. Quise rodar mis ojos ante mi actitud, YoonGi hacía lo que quería con su vida. Tome el pañuelo y asentí -Claro, ¿quieres que le diga algo?.- Ella negó y se alejó para meter el último cuadro de un paisaje que se encontraba sobre la mesa, cerró la caja y la tomo entre sus brazos. -¡Espera!, no lo cargues, te vas a lastimar.

Me precipite hasta ella con mi corazón latiendo con preocupación. -No es nada- ella soltó una risita armoniosa y movió la caja de un lado a otro sin esfuerzo -No pesa.

Ella camino hasta estar a mi lado y tomando con una sola mano la caja, me dió una palmada en mi hombro -YoonGi, a pesar de todo, supo escoger a un buen hombre- ella volvió a sonreír.

La duda creció en mi cuando la vi alejarse con una sonrisa.

¿Se refiere a mi?.

Me encogí de hombros.
Pase del otro lado del escritorio. Una silla negra giratoria, y la computadora era lo único que me esperaba en el reducido espacio. Al sentarme en la silla un olor a flores me llegó a mis fosas nasales y lo inspire con fuerza, ese aroma me hizo recordar a mi madre, la cual por las mañanas y en las noches se ponía una loción con el mismo aroma, que según decía, la ayudaba a calmar todo el estrés acumulado. La melancolía me absorbió por unos minutos, hasta escuchar de nuevo pasos en el ancho pasillo.

Me levanté y camine de nuevo al otro lado para encontrarme cara a cara con YoonGi, el cual me vio con extrañeza. -¿Dónde esta SolJi?.

-¿Quién?.

Lo vi comenzar a apretar sus puños en señal de desesperación. Suspiro antes de contestarme -Mi secretaria, ¿dónde está?.

-Se acaba de ir- fruncí mis labios tratando de hacer una rápida cuenta de cuánto tiempo había pasado. -Hace como quince minutos.

El cerro los ojos y se dió la vuelta, corriendo hacia el elevador y dejándome con una extraña sensación en la boca del estómago.

La escena se me hacía muy parecida a cuando estábamos en la universidad. Durante el primer semestre YoonGi era mi amigo, con el pasaba de clase en clase, ya que ambos estudiábamos Administración de empresas. Durante los recesos nos juntamos en el patio trasero junto con Chanyeol y JungKook.

JungKook, durante los últimos días del semestre nos preguntaba si no nos cansabamos de estar todo el día pegados en uno al otro y nuestra respuesta siempre fue la misma: no.

Para mitad del segundo semestre, le había pedido a YoonGi que fuera mi novio, el se había reído; pensaba que era una broma, cuando vio mi cara sería se dió cuenta de lo que pasaba era verdad. El simplemente se dió la vuelta y se fue.

Al día siguiente, cuando le hable llegando a la escuela, el rumor de que era hijo de una prostituta y solo había logrado entrar a la universidad por una beca de buenas calificaciones se había esparcido por toda la institución. Ese día lo busqué por todas partes, hasta encontrarlo en el baño, recuerdo haberme acercado a él y tratar de hablarle. Las únicas palabras que salieron ese día de su boca fueron que si había visto a ChungHa, cuando mi respuesta fue negativa, el había cerrado los ojos, voltearse y correr a la salida. En ese momento mi corazón se rompió, al igual que mis esperanzas y deje de tratar de hablarle.

Me recargue en el escritorio cuando me di cuenta que ya había pasado mucho tiempo y sin nada más que hacer volví a sentarme en la silla giratoria, para esperar que YoonGi regresará.

Mis piernas se movían sin llegar a tocar el piso y saqué mi teléfono de mi pantalón negro de vestir. Un mensaje del hospital había llegado por la mañana, informándome la cantidad que les tenía que pagar. Suspiré y abrí el segundo mensaje, este, era uno de Chanyeol, en donde me preguntaba en que lugar nos veíamos.

Cuando estaba a punto de responder, YoonGi ya estaba frente a mi, su peinado, que en un principio había sido echo con lo que suponía era mucho esfuerzo estaba desecho, cabellos caían sobre su frente, respiraba forzosamente por la boca y sus manos apretaban el escritorio.
Sentí a mi corazón comenzar a martillar contra mi pecho.

-¿Qué pasó?.

Mi vista seguía pegada a su rostro. Tenía un mal presentimiento de la situación, pero simplemente me resigne y no seguí preguntando al ver que su silencio se prolongaba. Me levanté de la silla y me adentre a un cuarto que decía "Cafetería", el espacio era reducido y había una cafetera, un pequeño horno y un lavamanos pequeño.

Me apresure a calentar un poco de café en la cafetera y cuando estuvo listo lo vertí en una taza.

Salí del cuarto cuando acabe, YoonGi seguía en la misma posición y aunque ya no respiraba con dificultad parecía igual de acelerado que cuando llegó. Le pase la taza y volví a sentarme en la silla.

-No pude pedirle perdón, JiMin.- Me mordí mis labios y comencé a jugar con mis manos. No quería decir nada por miedo a que dejará de hablar, gran parte de mi se quería enterar de la situación. -Ella acepto que la juzgarán sin decir nada por mi.

Fruncí mi ceño -¿Que quieres decir?.

El río sin una pizca de diversión, sus ojos se encontraron con los míos. -La acusaron de meterse en mi cama, no solo eso, sino también pude escuchar muchos insultos hacia su hijo y... yo- Lágrimas comenzaron a bajar por sus ojos -No hice nada para detenerlo aunque me hacía sentir tan mal.

Entendí que se había sentido como uno de los idiotas que lo habían juzgado por su pasado sin conocerlo, quería decirle que él no era igual, pero las palabras no salieron nunca de mi boca. La única opción que tome sin dudar fue abrazarlo con fuerza y dejar que llorara, dejar que se deshiciera de esos sentimientos tan negativos. Porque a pesar de todo me gustaba más el YoonGi juguetón, el que me hacía enojar y me recordaba al YoonGi del que me enamore en el pasado.

Si no llegamos a las 500 lecturas no subo el capítulo que sigue >:c


Secretario Park || PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora