🦋El Arenero🦋

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La mañana estaba tomando el lugar de una noche de luna llena, los rayos del sol nunca habían sido tan radiantes, y más en una ciudad como lo es París, la capital de Francia, reconocido por ser el país del Glamour y la moda, además de ser el lugar de nacimiento de varios de los más famosos diseñadores. Sin embargo, la capital era la que más destacaba, pues además de ser reconocida por todo lo anterior dicho, también tenía el mérito de ser protegida por un par de justicieros cuyos rostros eran tapados por antifaces, portaban armas las cuales eran muy poderosas, además de poseer habilidades increíbles, tanto para el combate físico como para arreglarlo todo en un santiamén. Uno de los héroes era una chica vestida con un traje ajustado de color rojo con motas negras por todo este, usaba un yoyo como arma y medio de transporte, además de tener un par de pendientes los cuales eran la fuente de todo su poder. El otro era un chico, de cabello rubio, un antifaz negro, así como todo su vestuario, y claro, con un par de orejas de gato; un bastón era utilizado por el como instrumento de ataque y defensa, portaba un anillo el cual le brindaba sus poderes. Ellos eran los defensores de parís, eran... Ladybug y Chatnoir.

De entre todas las casas que conformaban aquella villa, una se destacaba del montón por ser, además, una de las panaderías más famosas de la ciudad. En el hogar vivía una pequeña familia conformada por un hombre, una mujer, quienes eran los que se hacían cargo del negocio; y claro, no podía faltar su hija, su bella y única hija.

La habitación que quedaba en lo más alto de la casa era el cuarto de esa chica. Era como cualquier otro dormitorio de una adolescente de su edad, color rosa, posters aquí, posters allá, dibujos, diseños, fotos de un chico atractivo con cabello rubio. Si, era como cualquier otra alcoba de chica.

En una de las esquinas de la habitación había una cama con cobijas rosas, ahí se encontraba una adolescente durmiendo plácidamente, se veía como si fuese una chica haciendo un comercial de almohadas, pues dormía sin tener la boca abierta, estaba bien acomodada y arropada, hasta parecía sonreír un poco, al parecer estaba soñando de lo más lindo con algo, o alguien.

¿?: *Durmiendo* Aww...

En eso, un ruido comenzó a sonar en un volumen muy alto, era el despertador, quien estaba cumpliendo con su propósito de hacer todo el escándalo posible para que la chica pudiese despertar, sin embargo, aquel aparato electrodoméstico fracasó miserablemente, pues aquella somnolienta chica no despertó. O no quería hacerlo, o su sueño era demasiado pesado; pasaron más de quince segundos y ella aún no se levantaba, a lo mejor no quería despertar de aquel sueño que parecía estar disfrutando tener. De repente, una especie de hada color roja con antenas se levantó de golpe, hasta gritó del susto que le causó el molesto ruido del despertador; se talló los ojos mientras bostezaba con mucho sueño, después se dispuso a darle los buenos días a la dormida adolescente.

¿?: Buenos días Marinette.

La tal Marinette no respondió, al parecer, no podía contestarle devolviéndola los "Buenos Días" pero si podía estar hablando dormida. Aquella hada estaba desesperándose al ver que la chica de cabello azabache no se levantaba, y más porque era día de escuela y tenía que irse antes para no llegar tarde, como hacía de costumbre. No le quedó de otra más que hablar un poco más fuerte que antes.

¿?: Vamos Marinette, tienes que despertar ya. *Moviéndola para que se despierte* ¡Llegarás tarde a la escuela, otra vez!

Marinette: Es tu culpa... *Se reacomoda* ara...

Este último comentario que hizo la ojiazul, la cual seguía en manos de Morfeo, hizo que un leve sentimiento de confusión se hiciera presente en el pequeño ser flotante el cual espectaba todo. El hada estilizada de Catarina, con lo que dijo y con el hecho de que Marinette no se levantaba todavía, estaba molestándose cada vez más, creía que ya nada podía colmar su paciencia, hasta que la chica de las trenzas pequeñas dijo lo siguiente.

Un Chasquido... Y Ahora Estoy Aquí🐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora