Anomalías (2/2)

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DL: *Publica un nuevo cap del fic luego de meses de muerto*

Todos:

El atardecer dio paso a la noche, nuevamente, la luna estaba en su punto máximo. La oscuridad estaba presente donde no había luz, sin embargo, todo marchaba con tranquilidad. Y en la casa de los Dupain-Cheng no era la excepción, en la panadería aún habían unos cuantos clientes, y claro, Sabine los atendía gustosamente, acompañada de la señora Emma y su hija Penny quienes, junto con Flint, habían ido a la panadería para que el señor Marko hablase con Tom, sin embargo, luego de una charla, el señor Dupain tuvo que salir a comprar mas harina y otros ingredientes, Flint lo acompañó para que así la charla pudiese seguir.
Por otro lado, en la habitación de la hija, Marinette estaba recostada boca abajo mientras oía un poco de música, a la vez que pensaba en lo que había sucedido ese día.

Tikki: ¿Aún piensas en ese chico araña? —la kwami de color rojo y con antenas comía unas galletas, estaba sentada a un lado de su portadora.

Marinette: Sí Tikki, pero no precisamente en él, sino en todo lo que pasó hoy. Éste no fue un día como cualquier otro —cambió la canción a una mas relajante, con un estilo "chill" combinado con Lo-Fi.

Tikki: Es verdad. Normalmente el día pasa con tranquilidad, luego aparece un akuma, tú y Chatnoir lo vencen, y todo vuelve a la normalidad —le da una mordida a su galleta, y con la boca llena dijo lo siguiente—. ¿Y si ese chico es un súper héroe como tú?

Marinette: Ese cuento de que haya mas súper héroes aparte de nosotros ya no me lo creo. La última vez que pasó algo así fue con Volpina, y mira lo que sucedió.

Tikki: ¿Ya olvidaste a los demás héroes? ¿Queen Bee, Caparace y Rena Rouge? —estas preguntas hicieron que la azabache se levantara de su cama, se dirigió a donde estaba su ventana y miró hacia el exterior a través de ella.

Marinette: Tú sabes bien que ellos ya no lo son. Desde que la invasión de akumatizados se dio en la ciudad y... Casi no lo logramos, decidí que nunca los volvería a poner en peligro —se quitó sus audífonos y visualizó la luna—. Esta no es su batalla... Es de nosotros.

Tikki: Sabes que va a llegar un día en el que se volverá a necesitar la ayuda de otra persona —esta vez la adolescente decidió no responder, cosa que dio que pensar a Tikki—. Y, ¿ya supiste quién era ese chico? *muerde su galleta*

Marinette: Claro que no Tikki. Es imposible saberlo si lleva puesta una máscara como esa, además, su acento francés no era auténtico, era como si tratara de imitarlo —se dio la vuelta para ver a su kwami, esta la veía con la ceja arqueada—. ¿Qué? ¿Por qué me miras así?

Tikki: Yo me refería al chico de tu sueño —Marinette se sonrojó y se volteó con tal de que la pequeña hada catarina no se diera cuenta.

Marinette: Ah... Yo... No. Aún no lo sé, ni he tenido tiempo de pensar en ello. Con todo lo que estuvo pasando hoy debí dejar eso a un lado —Tikki dejó su galleta en la cama y voló hacía Marinette para luego sentarse en su hombro.

Tikki: ¿Has pensado en Luka? —esto tomó por sorpresa a la chica de las dos coletas. Pensó en todos los que conocía, pero nunca recordó al chico que venía tras de ella; comenzó a jugar con las yemas de sus dedos.

Marinette: Ahora que lo dices... Tal vez puede ser él, aunque tengo mis dudas. La última vez que lo vi fue cuando Hawk Moth lo akumatizó y... *suspira* ya ni sé en qué pensar —la conversación se volvió tensa hasta este punto, tenía tantas cosas en la cabeza en estos momentos que le costaba concentrarse en alguna de ellas. Al menos quedaba la tranquilidad en el ambiente, no obstante, esta fue repentinamente interrumpida por unos ruidos bastante fuertes los cuales provenían de abajo, de la panadería. Sin chistar, sin decir algo o aunque sea avisarle a Tikki, Marinette se quitó sus auriculares de encima y los arrojó a su cama.

Tikki: ¡Marinette! ¡¿A dónde... ?! —la pequeña hada con temática de catarina quedó flotando en medio de la habitación viendo como su portadora bajaba por la trampilla a toda velocidad.

Marinette: *En su mente* ¡¿Por qué hay tanto ruido?! ¡¿Qué pasó?! —bajaba escalón por escalón hasta llegar al piso de abajo. Cuando por fin llegó, se encontró con una escena bastante shockeante. Los clientes ya no estaban, los que se encontraban en el sitio eran Sabine, el señor Flint Marko, su esposa Emma, su hija Penny y Tom pero éste tenía a un chico en brazos. Marinette no podía creer lo que estaba viendo—. ¡¿Qué sucedió?! ¿Quién es ese chico y por qué está inconsciente? —la expresión de su cara era de preocupación, estaba preocupada por el chico, aunque no lo conocía, pero mas por su padre, quien se veía asustado.

Tom: Fue un accidente... Todo pasó tan rápido.

Sabine: ¿Y está vivo? —esa pregunta le heló la sangre a todos en la habitación. Marinette no pensaba claro en ese momento, por alguna razón quería que ese chico estuviese bien, le importaba mucho. Tom no perdió tiempo y lo colocó encima de una mesa; puso su oído en el pecho del muchacho, para su alivio, el corazón aun latía normalmente.

Tom: Su corazón sigue latiendo —un suspiro de alivio se oyó por parte de la azabache.

Emma: Déjame revisarlo adecuadamente —la mujer se acercó y tomó la muñeca del adolescente que yacía desmayado en la mesa, colocó sus dedos en ella para sentir el pulso con la intención de verificarlo—. Su pulso es normal, pero seguirá desmayado un rato.

Sabine: Wow Emma, no sabía que supieras de estos temas —la mujer asiática estaba algo sorprendida por lo sucedido. Emma solo sonrió y respondió.

Emma: Sólo lo básico, ya sabes, por si algo ocurría —acarició el cabello de su hija quien estaba a su lado con la cabeza apoyada en la cintura de su madre.

Flint: Por suerte no ha sucedido nada así.

Penny: ¿Y qué le ocurrió a ese chico? —preguntó la pequeña con un dejo de inocencia, no parecía comprender del todo bien la situación.

Tom: Flint y yo les contaremos lo que pasó, pero primero llevemos al muchacho arriba —esta vez el que llevó en brazos al muchacho fue Flint, todos iban hacia el piso de arriba con destino a la sala de estar. Depositaron al muchacho en el sofá mas grande y lo arroparon con una sábana, ya estando todos ahí, Flint comenzó a contarles lo que pasó.

Flint: Ya veníamos para acá, Tom y yo estábamos hablando sobre lo que pasó hoy. Mi despido, el monstruo de arena y sobre ese nuevo héroe. Además de ver si había una posibilidad de que Emma trabaje en la panadería con Sabine en lo que yo busco un nuevo empleo, y entonces algo cayó de arriba golpeando el cofre del auto —Tom siguió la historia.

Tom: Creímos que había sido algún gato que cayó del techo o algo así, frené y aquello se cayó del cofre. Nos bajamos para ver qué era y, era un muchacho... —señaló al chico en el sofá —. fue éste muchacho —Marinette se le quedó viendo con los ojos entrecerrados, esa cabellera le resultaba familiar.

Sabine: Entonces ¿este jovencito cayó del cielo? —dijo de forma maternal, como si se tratara de su hijo.

Flint: No creo que eso sea posible, tal vez cayó de algún techo por accidente, o quizás quiso suicidarse, no estamos seguros.

Emma: Si trataba de suicidarse escogió un edificio muy bajo para hacerlo, esa caída sólo le hubiera causado fracturas —la señora Marko agregó éste comentario.

Marinette: ¿Y cómo sabemos que no las tiene? —preguntó, luego de estar en silencio un buen rato, pero ella no sería la única persona en pronunciarse luego de haber estado en silencio.

¿?: No me... Siento bien —aquel muchacho exclamó débilmente mientras se retorcía un poco entre aquellas sábanas que le cobijaban, además de seguir dormido, o bueno con los ojos cerrados. Esto hizo que los presentes voltearan a verlo repentinamente.

Sabine: ¿Acaso él... Habló? —Emma se acercó hacia él para verlo mas de cerca y saber qué le pasaba.

Flint: Eso parece, pero ¿por qué está retorciéndose? —la confusión, junto con el asombro, no se hicieron esperar por parte de todos los presentes en la sala. Pero eso no iba a ser todo lo que sucedería. De repente, la expresión del muchacho fue una de miedo, como si tuviese una pesadilla.

¿?: No me quiero ir, por favor señor.

Emma: ¿De qué hablas niño? ¿A qué te refieres? —la señora lo sacudió un poco de los hombros con la esperanza de que despertase, sin embargo, no ocurrió.

¿?: No me quiero ir, no me quiero ir, no me quiero... Ir —hasta este punto, de los ojos del joven brotaron lágrimas y unos leves sollozos de pudieron oír.

Tom: Debe estar teniendo una pesadilla —teorizó el panadero.

Marinette: No lo sé papá, nunca antes vi que alguien llorara por una pesadilla mientras duerme —contestó la azabache. Creían que esto duraría un buen rato, pero estaban equivocados.

¿?: Lo siento... —esta fue la última oración que dijo antes de callar y quedar nuevamente dormido.

Marinette: ¿Por qué te estás disculpando? —se acercó a él y acarició suavemente su frente—. ¿Qué está sucediendo?

Sabine: ¿Está inconsciente? —se mostró dudosa ante el estado del joven.

Emma: No, sólo está dormido, y creo que es mejor que de quede así. Aunque sería buena idea que lo acuesten en una cama.

(....)

El castaño estaba en un profundo sueño, dormía como si estuviera en coma, parecía que ni el sonido de una explosión lo despertaría. Todo se sentía normal, hasta que... Despertó.

Peter: *Agitado* ¡Ah eh! —miró a su alrededor, todo estaba oscuro, el suave y relajante sonido de la lluvia lo calmó un poco y se dio cuenta de que estaba en una cama, una suave y cómoda cama, cosa que tranquilizó aún más a Parker—. *Suspiro* Que bien, todo fue un sueño, un raro y bizarro sueño.

¿?: Veo que despertaste —una voz femenina se oyó de la nada, en medio de la penumbra que invadía la habitación. Peter se asustó un poco, pero luego pensó que se podía tratar de su tía May—. Tranquilo, no te asustes.

Peter: Perdón, es que, no esperaba que estuvieses aquí —contestó aún estando recostado, arropado por blandas cobijas—. *Suspiro* Es que, tuve un sueño de lo mas extraño, pero me alegra que haya sido eso, un sueño. Ahora me siento mucho mejor —el alivio que sentía se notaba en su hablar.

¿?: Bueno, que bien que ya sientas mejor. Y no te preocupes, ya no estás en ese raro sueño, ahora estás aquí, en la bella ciudad de París —los ojos del castaño se abrieron como platos, ese diálogo hizo que su corazón comenzase a latir fuertemente. No estaba en su habitación como el pensaba.

Peter: ¿París? ¡¿París?! —un relámpago se escuchó, la poca iluminación que provocó éste entró por la ventana dejando ver el color de las paredes, el cual era rosa, además de notarse varios posters de un chico con cabello rubio pegados alrededor de la habitación. Una lámpara se encendió a su lado derecho, Peter se dio vuelta rápidamente al oír el interruptor, la luz amarillenta permitió visualizar a una jovencita que estaba sentada a su lado, justo en el borde de la cama y ésta tenía su mirada centrada en él.

¿?: Disculpa si te asusté, quería asegurarme de que estuvieras bien —alejó la vista de él, se sentía apenada por lo que hacía, quedarse viéndolo hasta que despertase no es algo que haría ella.

Peter: Sólo me sorprendiste, eso es todo —hizo una sonrisa gentil—. ¿Podrías decirme en dónde estoy? Y también, ¿quién eres?

¿?: Estás en mi casa, mi padre y su amigo te trajeron aquí después de que caíste en su auto. Y —le extiende su mano tímidamente—. Soy Marinette —le brindó al chico una amigable sonrisa, señal de que no tenía nada que temer.

Peter: Oh, sí —correspondió el saludo—. Yo soy Peter, un gusto en conocerte —el castaño la miró y pensó que, a juzgar por su actitud, podía confiar en ella, pero no a tal grado de revelarle su secreto ni tampoco lo que le ocurrió.

Marinette: ¿Te sientes mejor? —soltó su mano y se mostró preocupada—. Debió dolerte cuando caíste el cielo.

Peter: ¿Perdón? —sonrió por el comentario pero estaba confundido por las palabras de la chica. Ésta se sonrojó y trató de justificar la frase, sin embargo...

Marinette: *Nerviosa* Ah, eh, me refiero a la caída que tuviste. Sí, eso, no pienses que creo que eres un ángel... Digo, sé que eso lo dicen como cumplido, pero yo lo dije porque así pasó —toda esa palabrería vino acompañada de varios tartamudeos por parte de la chica de cabello color azabache, quién cubrió su rostro en un intento de esconderse.

Peter: *Ríe* Descuida, no tienes nada que aclarar. Es sólo que no sabía a lo que te estabas refiriendo, pero ya lo recordé —se levantó un poco para recargar su espalda en la cabecera de la cama—. Sí dolió, pero ya estoy mejor, gracias por preocuparte.

Marinette: Me da gusto saberlo —acomodó su cabello. Peter miró a su alrededor y miró mas a detalle las paredes, y claro, los posters—. ¿Y cómo pasó? Lo de la caída.

Peter: Eehh... —lucía como si no supiera nada al respecto, algo no muy lógico para Marinette, quien se mostró extrañada—. Ah, eehh... *suspira* es algo difícil de explicar —hablaba consigo mismo en su mente— Mierda, y ahora ¿qué hago? No sé que inventarle, no le puedo decir la verdad. Si tan sólo esa tal Ladybug no hubiese destruido mi lanzatelarañas, es increíble que el otro se haya quedado sin líquido y no me diera tiempo de ponerle otra cápsula —dejó de pensar, en su rostro se veía dibujada una cara de desesperación —. Mira, te contaré la verdad.

Marinette: No es necesario, creo saber lo que pasó —en ese momento, Parker sintió el verdadero terror. ¿Será acaso que ella descubrió su secreto? No lo sabía con certeza, pero a juzgar por cómo lo veía la adolescente, era algo seguro. Esta se acercó poco a poco al castaño, extendió sus brazos y lo rodeo entre éstos, sujetó su cabeza con una de sus manos, la reposó en su hombro y acarició su cabello—. Puede que tu situación sea difícil, pero el suicidio no es la respuesta.

Peter: ¿Suicidio? —este comentario hizo que su miedo se disipara, sin embargo, la confusión tomó su lugar.

Marinette: Sé que no es fácil de confesar —vociferó suavemente al oído del chico. El chico estuvo a punto de declinar esa acusación, pero se detuvo a pensarlo mejor, de tener que inventar otra excusa o confesarle la verdad a aceptar algo que no es cierto pero que sirve como una tapadera para todo lo ocurrido, pues lo segundo se oía mas fácil.

Peter: Pues sí, me descubriste —habló con voz melancólica—. Últimamente me he sentido muy sólo, mis amigos no están y... —él sabía muy bien que su “suicidio” era una mentira, pero las razones que daba no lo eran del todo—. la vida no ha sido muy justa conmigo.

Marinette: Descuida, ya no estás solo —acarició la espalda del muchacho, éste no pudo evitar que su piel se erizara por los suaves y delicados toqueteos. Por su parte, él correspondió al abrazo, ambos sentían el calor uno del otro, aquella sensación era inexplicable, Peter nunca se sintió así cuando estuvo enamorado de Liz, ni que se diga de Marinette, era la primera vez que estaba tan cerca de un chico, bueno, de esta forma, pero eso no le quitaba lo especial.

(...)

*Riiiiiiiing... Riiiiiiiing... Riiiiiiiing...*

El sol salió, eran aproximadamente las 9:00am. Una adormecida Marinette se levantaba de su cama, se sentó en el borde y se estiró un poco, Tikki fue la primera en darle los buenos días.

Tikki: Buenos días, Marinette —dijo con su característico buen humor, luego le dio un abrazo en su mejilla.

Marinette: Buenos días a ti también, Tikki —la tomó con sus manos y le devolvió el cálido abrazo que le dio antes. Se levantó y fue directo a asearse como acostumbraba todas las mañanas; no tardó mucho en acabar y, envuelta en una toalla color rosa y el cabello goteándole, salió del sanitario con el objetivo de vestirse.

Tikki: Debo de admitir que me sorprendiste esta mañana —flotaba cerca de su portadora.

Marinette: ¿De qué hablas? —se ponía su ropa interior a la vez que, curiosa, cuestionó lo que hablaba la kwami.

Tikki: Te levantaste temprano sin que yo tuviera que gritarte —levitaba cerca de la azabache—. Eso es un avance.

Marinette: Lo dices como si nunca me levantase temprano —la pequeña hada rodó los ojos por la tremenda ironía que había soltado su portadora—. Como sea, al menos hoy sí llegaré temprano a la escuela —terminó de vestirse para posteriormente peinar su sedoso y oscuro cabello. Todo normal, pero, había algo que Marinette pasaba por alto. Tenía la vista en su espejo, luego, se giró sobre sus talones y miró alrededor de su alcoba, algo faltaba, mejor dicho, alguien.

Tikki: ¿Pasa algo? —notó el repentino comportamiento de ella, así que la pregunta no se hizo esperar, pero esta quedaría en el aire, ya que Mari no respondió a dicha cuestión, se concentró mas en buscarlo, en buscar a Peter.

Marinette: Estaba aquí anoche, no pudo haberse ido. Es más, ¿dónde durmió? ¿Cómo es que terminé en mi cama? ¿Qué pasó? —lanzó estas preguntas con la esperanza de encontrarle respuesta aunque sea a una de ellas. La kwami se veía confundida, hasta que recordó lo de anoche, sabía lo que pasó; estando a punto de contestarle, la azabache salió volando por la trampilla en dirección al último piso, dejando a Tikki con la palabra en la boca. Bajó a toda velocidad por las escaleras hasta llegar a la panadería, aún era muy tempano, por lo tanto no había ni un cliente, no obstante, unas voces se lograban percibir por el camino, y cuando llegó se dio cuenta de lo que pasaba.

Sabine: Buenos días, Marinette —la mamá saludó cálidamente a su hija, pero no sería la única.

Tom: Buenos días hija —le siguió el padre de familia, éste se hallaba sentado en la mesa, frente a él yacía una taza de café sobre un plato; luego, una tercera persona saludó.

¿?: Ho-hola Marinette, buenos días —se trataba de nada más ni nada menos que...

Marinette: ¡Peter! Por un momento creí que se había ido —pensó—. Buenos días a todos —les regaló una cálida sonrisa.

Tom: Veo que hoy te levantaste temprano —ojeaba su periódico a la par que hablaba con la chica, se sentía sorprendido.

Sabine: ¿Hay algo especial que tengas planeado para hoy acaso? —bromeó la señora y el castaño sólo hizo una pequeña risa.

Marinette: Nada mamá, tal vez es cosa de un día, aunque me gustaría que fuese mas normal —se oía bastante aliviada, comparada a como estaba el día anterior. Se sentó junto a Peter, el cual comía el desayuno que le había cocinado la mujer asiática.

Sabine: ¿Y cómo te sientes Peter?

Peter: Muy bien señora Sabine, y por cierto, gracias por el desayuno, está delicioso —luego de haber dado las gracias, llevó un poco del tocino que tenía en su plato directo a su boca.

Sabine: Gracias, aunque me refería a lo que ocurrió anoche —el chico dejó el tenedor a la par de su plato tras oír la pregunta, mientras que la señora Cheng dejó la comida de su hija y su esposo en la mesa.

Peter: Mejor que ayer, gracias —le dio un trago a su jugo de naranja.

Sabine: Pues me es difícil creer que no te hayas roto nada tras haber resbalado del techo de tu casa —Marinette no pudo evitar mirar a Peter confundida después de haber oído lo que su madre dijo, él la vio también, queriendo dar a entender algo. El señor Dupain dejó el periódico en la mesa para desayunar también, no sin antes hacerle una pregunta a Peter.

Tom: Entonces Peter, ¿cuánto tiempo llevas aquí? Nunca te he visto en la ciudad —comenzó a ingerir su comida.

Peter: Emm, no mucho, una semana, mas o menos.

Marinette: Me imagino que vives con tus padres, ¿verdad?

Peter: No, vivo solo. Mis padres... —no pudo evitar pensar en que le mentía a personas que le ayudaron, pero no tenía otra opción, era eso o contarles sobre su pequeña aventura de súper héroes —. Ellos están en casa, en mi casa, pero en otra ciudad.

Tom: ¿Y viniste aquí para estudiar? —el hombre se mostró curioso.

Peter: Vine a buscar trabajo, las cosas en mi hogar no están muy bien, económicamente hablando —y así estuvieron conversando durante el desayuno, en ningún momento hubo algo fuera de lo normal. El castaño terminó su comida y dejó su plato en el lavadero, pues debía retirarse del sitio.

Sabine: Hubieras dejado el plato en la mesa, Peter —dijo al ver lo que hizo el chico.

Peter: Descuide, no es ninguna molestia, además es una forma de agradecer la comida.

Sabine: Insisto, además, tengo que lavarlos para tener tiempo de limpiar aquí en la panadería —subió hacía la cocina.

Tom: Y yo debo ir por la harina, no me tardaré —el adulto se retiró dejando solos al castaño y la azabache, ambos se vieron al mismo tiempo pero dirigieron su mirada a otro lado.

Marinette: Y, ¿dormiste bien? —trató de sacar un tema de conversación para evitarse un silencio incómodo.

Peter: Sí, descansé muy cómodamente —rascó su nuca—. ¿Qué hay de ti?

Marinette: Igualmente, aunque no recuerdo haberme acostado en mi cama.

Peter: Si, sobre eso…

Marinette: No me digas que ambos dormimos en mi cama —no pudo evitar sonrojarse por tan solo pensar en eso, hasta se cubrió el rostro con las manos.

Peter: No no no no, claro que no —dijo rápidamente a la evz que negaba con la cabeza y las manos—. Es que cuando nos dio sueño, insististe en que durmiera en tu cama y que tú lo harías en tu sofá —Mari suspiró del alivio—. Así que esperé a que cerraras los ojos, te cargué y te llevé a tu cama —frotó su cuello—. El que durmió en el sofá fui yo.

Marinette: Oh, no sé qué decir —le dio un suave golpe en el brazo—. Pero debiste quedarte en mi cama.

Peter: Oye tranquila —hizo una pequeña risa.

Marinette: Y —jugaba con su cabello—. ¿Por qué le mentiste a mis papás sobre…? Eso.

Peter: No lo sé, tal vez no quería que se preocuparan por mí, es todo —miró a través del escaparate de la tienda, el día era muy bonito y tranquilo, nada que ver con su transitada metrópolis. Los padres de la chica francesa bajaron al último piso, iban a comenzar con sus actividades laborales ahí.

Sabine: Marinette ¿sigues aquí? Creí que ya te habías ido a la escuela.

Marinette: Rayos, es verdad *Mira su celular* Aun es temprano, pero ya debo irme —se levantó de la silla y tomó su mochila.

Peter: Creo que también me iré, tengo muchas cosas que hacer en mi casa —se dirigió a la puerta principal y giró su cabeza para despedirse de sus anfitriones—. Gracias por todo señor y señora Dupain-Cheng, y a ti, Marinette —les dedicó una sonrisa en forma de agradecimiento.

Sabine: Ojalá y nos veamos pronto, Peter.

Tom: Cuídate mucho, y recuerda, estamos para lo que necesites —ambos padres fueron los únicos que le dijeron algo al chico, exceptuando a la hija, quien se limitó a sonreírle nada mas y despedirlo con la mano.

Peter: Muchas gracias a los tres —y sin mas, se fue; caminó normalmente, pero no duró mucho tiempo, pues corrió hacia un callejón para luego, accionando su lanzador, el traje del Iron-Spider cubriese todo su cuerpo—. Maldición Parker, ¿qué haces? —comenzó a trepar uno de los muros para llegar a lo mas alto y poder balancearse—. No viniste a hacer amigos, ni siquiera viniste por cuenta propia. Nada de esto debió haber pasado en primer lugar, lo único que harás será provocar problemas.

(…)

El camino a la escuela fue bastante corto para nuestra protagonista, pues viviendo a escasas cuadras de la misma ¿cómo nos serlo? Entró al salón como si nada, miró a su alrededor, se percató de que faltaba la mitad de los estudiantes, eso sí, su amiga estaba presente.

Alya: Mira nada más, ¿quién eres tú y qué le hiciste a Marinette? —expresó con un dejo de sarcasmo.

Marinette: Que graciosa eres Alya —le contestó de la misma manera, para luego saludarse con un afectuoso abrazo de amigas, después tomaron su lugar y platicaron en lo que restaba del tiempo precio a clases.

Alya: ¡Rayos! Tenía algo que decir pero se me olvidó, bueno, supongo que mas tarde lo recordaré.

Marinette: Y se supone que la distraída soy yo —hizo una pequeña risa.

Alya: Cambiando de tema, ¿ya descubriste quién era el chico de tu sueño? —la azabache había dejado eso a un lado, pues su encuentro con Peter nubló por completo sus demás pendientes.

Marinette: Amm no, o bueno, sí, pero no del todo, sólo tengo una idea de quién podría tratarse.

Alya: ¿Y qué esperas? —le golpea suavemente las costillas con su codo—. Suelta la bomba, amiga.

Marinette: Tal vez sea Luka —miró apenada hacia otro lado.

Alya: ¿Estás segura Marinette? —dudó un poco, pues hacía mucho que no se veían.

Marinette: No lo sé... Te dije no era del todo seguro —lucía un poco distraída, cosa que Alya notó, pero supuso que tenía sueño o algo así, era lo mas obvio, o eso pensaba—. Adrian no ha llegado, ¿verdad?

Alya: No, ni siquiera Nino, eso es raro.

Marinette: Tienes razón, normalmente ellos son los primeros en llegar al salón. ¿Y qué hay de las chicas?

Alya: Bueno, Mylene y Alix aún no llegan, Rosa y Julekka fueron al baño —Marinette escuchaba cada palabra que salía de la boca de su mejor amiga, sin embargo, su mente se hallaba en otro universo, pues sólo pensaba en Peter. “¿Qué hacía?”, “¿Cómo estaba?”, “¿Realmente se sentía mejor?”, “¿Por qué mentirle sus padres?” Esas eran algunas de las preguntas que se hacía. Además, había otra cosa que se debatía... Si hablarle sobre Peter a Alya o no. Si bien no era para tanto, ella le daba una seriedad al asunto completamente preocupante.

Marinette: *Suspiro* Alya, debo de contarte acerca de algo —coincidentemente la Señorita Bustier llegó justo a tiempo para comenzar su clase, interrumpiendo el momento perfecto para platicarle lo que le pasó la noche del día anterior—. Supongo que será mas tarde.

Alya: Sí, recuerda lo que nos pasó la última vez que nos escuchó platicar —llegaron los estudiantes que faltaban y, sin mas demora, las clases comenzaron.

Srta Bustier: Buenos días jóvenes, lamento el retraso, el tráfico se hizo largo debido a que la policía perseguía al chico araña y obstruyeron la calle durante un buen rato.

Alix: ¿El que estuvo aquí en la escuela? —preguntó la joven.

Srta. Bustier: ¿Estuvo aquí? —debido a su ausencia el día anterior, la profesora no sabía sobre el acontecimiento en el laboratorio.

Nathaniel: Claro Señorita Bustier, entramos al laboratorio y estaba ahí, lanzando esas telarañas.

Julekka: Se veía tan genial.

Rosa: Se veía tan aterrador.

Srta. Bustier: Al menos nadie salió herido, ¿verdad?

Marinette: No, todos salimos de ahí antes de que él intentara algo.

Nino: Vamos, no creo que haya querido hacernos daño, es más, ayudó a Ladybug y Chatnoir en la pelea contra El Arenero, ¿no es así, Adrian?

Adrian: Claro, a mí tampoco me parece una amenaza.

Max: Posiblemente es un ser que venga de otra dimensión, haya sido mandado aquí por culpa de algún mal y quiera ayudar a Ladybug y Chatnoir hasta poder hallar la forma de volver a su tierra —este comentario por parte del chico inteligente capturó ferozmente la atención de todos los presentes —. ¿Qué? Sólo es una hipótesis.

Srta. Bustier: Hipótesis o no lo podrán seguir discutiendo en la hora del receso, por ahora, empecemos con la clase —todos sacaron sus libretas y respectivos útiles, mientras que Chloe sacó su celular—. Hoy veremos un tema complejo, algo que forma parte de todos nosotros y tiene suma importancia en nuestra personalidad... La autoestima.

(...)

Nuestro amigable vecino (y forastero) se hallaba por las alturas de la ciudad francesa, sin nada que hacer mas que columpiarse, era todo lo que podía hacer.

Hombre Araña: ¡Mierda! Ya pasó un día y sigo aquí. Siento como si hubiese sido un mes —se detuvo frente a un establecimiento en la acera—. Debo encontrar la manera de salir de aquí, pero ¿cómo? Si tan sólo estuviera aquí el señor Strange, tal vez con sus portales podríamos ir de vuelta a Nueva York.

¿?: Hey tú, ¿acaso eres el chico araña robot que salió en las noticias? —una voz femenina le habló.

Hombre Araña: No lo soy, bueno sí, pero no me llamo "Chico Araña Robot", soy El Hombre Araña y si vas a gritarme que soy peligroso y debería estar en la cárcel pues pierdes tu tiempo —desde el día anterior, luego de la búsqueda que la policía perpetró en contra de nuestro arácnido favorito, ahora todos lo veían como un peligro, una amenaza para la ciudad. Estando a punto de irse fue detenido por la chica.

¿?: ¡Espera! No he venido a decirte eso, de hecho, ni lo pienso —Spidey estaba confundido—. Te vi y quise agradecerte por lo que hiciste ayer.

Hombre Araña: Emm... No es nada, soy un héroe y ese es mi trabajo —realmente no se esperaba ese comentario, pero lo siguiente fue aun mejor.

¿?: No digas eso, significó mucho para mí... —sacó su celular y abrió la galería de fotos, seleccionó una para mostrársela al héroe— él es mi papa, se llama Andrew, el era...

Hombre Araña: *Interrumpiendo* Era uno de los policías que iban en el camión blindado.

¿?: Si no hubiera sido por ti, no sé que le habría pasado, y por eso estoy muy agradecida contigo —le dio un abrazo al trepamuros, este correspondió lentamente a este, ese sentimiento cálido de emoción y satisfacción al reconocido como el autor de una buena acción no tuvo precio.

Hombre Araña: N-no tienes nada que agradecer... E-en serio —le gustaba esa sensación, pero le ponía nervioso, era la primera vez que lo reconocían como un verdadero héroe, claro que esto había sucedido luego del altercado con El Buitre, pero el que alguien ajeno a él le agradeciera se sentía mucho mejor; la soltó y se alejó un poco, ella también —. Bueno, tengo que irme, debo resolver unas cosas.

¿?: Lo entiendo, espero que la gente logre darse cuenta de como eres realmente, alguien diferente a lo que todos creen.

Hombre Araña: Gracias por los ánimos... —se detuvo un momento, pues no sabía cómo se llamaba—. Emm... ¿Cuál es tu nombre?

¿?: Emily, mi nombre es Emily.

Hombre Araña: Bueno Emily, fue un gusto —sin nada mas que decir, dio un gran salto y lanzó una telaraña, dejando a la chica contemplando su ida. Telaraña a telaraña, iba balanceándose mientras en su mente surgía un pensamiento; nuevamente volvió a detenerse, esta vez, quedó trepado en el muro de un edificio —. ¿Y si...? —miró a su alrededor—. ¿Y si me quedo un tiempo? Al menos, hasta saber como volver a mi mundo —vaya que habló muy en serio —. Digo, no es como si supiese regresar, pero veo que aquí están igual de mal que en Nueva York, o peor; supongo que puedo ser de gran ayuda en esta ciudad...

Karen: ¿Hablas en serio, Peter? —la I.A. habló, tenía mucho de no pronunciarse.

Hombre Araña: Por supuesto, sólo tengo que aclarar las cosas con Ladybug y Chatnoir—volvió a columpiarse, esta vez, con destino al colegio de la ciudad—. El problema es que no sé cómo encontrarlos.

Karen: Eso no es del todo cierto, Hombre Araña.

Hombre Araña: ¿Ah sí? —dudó el trepamuros.

Karen: Bueno, no sabemos dónde está, pero puedo investigar sobre ella en la red —Peter visualizó cada vídeo que Karen le ponía, la mayoría eran acerca de peleas que ella, junto con su compañero gatuno, tuvieron contra villanos de lo mas bizarros, como uno el cual era un bebé gigante; otros eran notas periodísticas de noticieros.

Hombre Araña: Entonces no son unos aficionados como yo creí —se detuvo en un edifico cercano a la escuela—. Desearía saber dónde puedo encontrarla.

Karen: No hay información sobre su paradero, sólo se sabe que ella junto con Chatnoir, aparecen cada vez que uno de esos Akumatizados hacen acto de presencia en la ciudad —agregó la mujer intangible —. Pero podemos pedirle ayuda a una persona para que nos pueda reunir con ella.

Hombre Araña: ¿De quién se trata y dónde la encuentro? —preguntó Spidey. En eso, Karen mostró una página web llamada “Ladyblog”.

Karen: Se trata de la autora de este blog —luego, la imagen de una chica morena, de cabello castaño y gafas se hizo presente en la visión del arácnido—. Su nombre es Alya Césaire, estudia en el colegio Françoise Dupont y... —en seguida mostró otra imagen de ella junto con una chica de cabello azabache—. Es la mejor amiga de...

Hombre Araña: Marinette —terminó la frase—. Creo que tengo una idea.

(…)

Las clases habían sido pausadas por el receso. Los alumnos se hallaban por todas partes, comiendo y charlando, todos hacían alguna actividad. Mientras tanto, Marinette conversaba con Alya acerca de los sucesos del día anterior.

Alya: ¿Puedes creerlo? Hay un nuevo súper héroe en París —su voz se oía con entusiasmo—. ¿Crees que también porte un Miraculous así como Ladybug y Chatnoir?

Marinette: No estoy segura —dio una mordida a su sándwich mientras pensaba—. Tal vez sea cierto, pero, no recuerdo haber visto ningún Miraculous de araña, además, cuando se necesita de un portador mas, el maestro Fu me entrega el Miraculous a mí para yo buscarlo —finalmente tragó el bocado con cierta satisfacción y habló en voz alta—. Pero, ¿en serio crees que sea de los buenos?

Alya: Amiga, ¿estamos hablando del mismo chico araña? Ayudó a Ladybug y Chatnoir a vencer al Arenero, pero claro que pienso que es de los buenos.

Marinette: Lo mismo sucedió hace tiempo.

Alya: No creo que pase otra vez, él se ve confiable.

Marinette: Pues no confío tanto en él —le dio un largo trago a su bebida, cuando de la nada y sin previo aviso.

¿?: Hola Marinette —la mencionada abrió los ojos como platos y escupió la gaseosa para luego toser, a lo que Alya le dio palmadas en su espalda.

Alya: Hola Adrian, disculpa a Marinette, es que estaba distraída.

Adrian: Oh, pues lo siento si llegué en mal momento —gentilmente se disculpó, cosa que enrojeció a Marinette.

Marinette: No, tú discúlpame a mí, es que soy muy imprudente, digo, imprudente —los nervios le ganaban, otra vez.

Alya: Oye, ¿y Nino? Creí que estaba contigo.

Adrian: En seguida viene, fue por sus libros ¿y de qué hablaban?

Marinette: Sobre el chico que ayudó a Ladybug y Chatnoir ayer, ya sabes, en la pelea con el hombre de arena.

Adrian: Aahh, ya veo, pero imagino que no piensan lo mismo que cree la mayoría, ¿o sí?

Alya: ¿Y qué piensa la mayoría?

Adrian: Que no es confiable, es un peligro y no debería estar aquí en París. Es raro.

Marinette: ¿A qué te refieres?

Adrian: Pues, el ayudó a Ladybug y Chatnoir a derrotar al akumatizado.

Marinette: Si te pones a pensarlo bien, es normal que la gente desconfíe de él —dijo seriamente.

¿?: Y saben, no los culpo si lo hacen… —una voz desconocida habló, venía de arriba de los tres chicos los cuales voltearon para ver de quién se trataba—. Yo también lo haría.

Adrian: Eres tú…

Alya: El chico araña —agregó la morena.

Hombre Araña: Emm… Hombre Araña, si no es mucha molestia—cae al suelo, quedando frente al trío de amigos.

Marinette: ¿Qué haces aquí? ¿Y cómo es que nadie te vio venir aquí? —la azabache era la más sorprendida de todos, Adrian veía con asombro y Alya lucía un poco emocionada.

Hombre Araña: No hay tiempo para explicaciones. He venido a buscarte a ti —señaló a Alya.

Alya: ¿A mí? —el enmascarado asintió.

Adrian: ¿Para qué necesitas a Alya?

Hombre Araña: Necesito que me ayude a contactar a Ladybug y Chatnoir, debo hablar con ellos —Marinette pensaba sobre lo que quería conversar con ella, o bueno, con Ladybug.

Alya: Pero ¿por qué crees que puedo ayudarte?

Hombre Araña: He visto tu blog y supongo que has hecho contacto directo con ella, y por eso necesito tu ayuda.

Marinette: ¿Y por qué quieres hablar con ella? ¿Qué intenciones tienes? ¿Qué tramas? —eran muchas preguntas.

Hombre Araña: Disculpe señorita, pero ese no es asunto suyo —el arácnido se limitó a responder eso—. Entonces ¿crees poder ayudarme con ello? —dirigiéndose a la morena de anteojos.

Alya: Oh, eehh… —se sonrojó— por supuesto, te ayudaré con ello.

Hombre Araña: Bien, diles que los estaré esperando en la torre Eiffel esta noche —increíblemente, hasta ahora fue cuando los estudiantes se dieron cuenta de la presencia de Spidey. Una considerable cantidad de alumnos se acercaron, algunos comenzaron a grabar al intrépido chico de traje azul y rojo; Marinette tapó su rostro con sus libros por la pena y Alya sólo los miró.

Adrian: Creo que debes irte amigo, no dudo que alguien ya habrá llamado a la policía.

Hombre Araña: Cierto, bueno, nos veremos luego —se despidió para luego dar un gran salto y disparar una red con la cual se columpió; Alya sacó su celular en ese instante.

Adrian: Bueno chicos, el arácnido se fue, pueden volver a lo suyo —le dijo a la multitud de estudiantes los cuales se retiraron al instante.

Marinette: Alya, ¿qué haces? —preguntó extrañada.

Alya: ¿Qué no es obvio? Publico un mensaje en mi blog para Ladybug y Chatnoir para que se reúnan con el Hombre Araña —se veía ansiosa, como si…

El timbre sonó repentinamente, haciendo que muchos fueran a sus respectivas clases, y nuestros tres personajes no fueron la excepción.

Adrian: Chicas debemos irnos a clase, ya es hora.

Marinette: Contigo iría incluso hasta el fin del mundo Oh, cla-claro, vamos —añadió—. Alya, ya vámonos.

Alya: De acuerdo, vamos.

Entre lecciones y manuscritos, el horario escolar se fue volando hasta llegar a su fin. Los alumnos salieron del edificio, de entre todos se destacaba el grupo de Marinette y sus amigas.

Alya: Yo digo que veamos la película que mencionaste Alix.

Alix: Ah, ¿la de Si Tuviera 30?

Rose: Se oye entretenida.

Julekka: Creo saber de qué trata, y me extraña que veas ese tipo de películas.

Alix: A veces es bueno salir se mi zona de confort —sonrió despreocupada—. ¿Vendrás con nosotros Mari?

Marinette: Emm, creo que esta vez no podré chicas, necesito ver a alguien —sujetó su mochila con su mano.

Mylene: ¿Es alguien que conozcamos? —todas la miraron con cara pícara.

Marinette: ¡Chicas! —sus mejillas se teñieron de un suave color rosa por la pena—. No es nada de eso, es sólo… ehh…

Alya: Tranquila, no tienes porqué explicarnos, has lo que tengas que hacer y mañana nos veremos.

Marinette: Gracias, les escribiré más tarde —tomó una ruta distinta a la del grupo, iba a un lugar en específico para ver a un viejo amigo.

Tikki: Marinette —la kwami salió de su bolso—. ¿Iremos a verlo?

Marinette: Sí Tikki, veremos al maestro Fu

Lo sé, han pasado 84 años, pero créanme que me ha costado escribir este capítulo :'3
Me ha pasado mucho en estos meses, pero el lado bueno es que la serie sigue en pie, aunque creo que no tendré las mismas lecturas que antes, eso es seguro.
En fin, espero que les haya gustado el capítulo, aunque puede que se les haga aburrido, pero tomen en cuenta que habrán caps en los que me centraré en lo normal, eso sí, créanme que más adelante se pondrá shidori uwur
Un saludito y hasta luego nwn/

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⏰ Última actualización: Jun 07, 2020 ⏰

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