Prólogo.
Un día a la vez... Es uno de mis lemas favoritos, la verdad es que no me afano por nada.
Cómo joven no muy común me a gustado mantenerme, lejos de lo que siempre es costumbre.
Mi nombre es Nashel; Mi apellido Paez, no muy comunes, lo cual me agrada y me hace sentir a gusto. Siempre he estado preguntándome si la persona la cual me tocará como esposa va a ser como mis pensamientos han anhelado o bruscamente diferente a mis expectativas.
Me gusta la música, me fascina la guitarra, un instrumento del cual puedo admirar su dulce y melódico sonar.
Hace una semana me inscribí a una academia de música llamada Artmusic, hasta los momentos ha sido muy buena, en ella me han estado hablando de un Padre al cual le tengo que agradecer, la verdad no había oído nunca de eso, pensé: "¿Padre?, pff's, hace mucho no escucho de él". Pero la verdad me llevé un golpe muy fuerte, en realidad el Padre del que hablaban era uno Celestial, uno el cual dicen que Creo el cielo y la tierra, en verdad me ha estado interesando porque me parece confuso, y ya día a día que asisto me van aclarando ciertas dudas que han estado rondando en mi pequeña cabeza.
Ya hoy es Lunes son las 5:00 a.m, siempre me levanto a esta hora, la verdad ni idea la razón de por qué se me quita el sueño, aprovecho para ensayar un poco y estudiar unos puntos que me encargaron aprenderme, tengo que asistir a la academia a las 8:00 a.m todos los días, el sitio no queda tan lejos de mi casa, me fascina el hecho de vivir en el centro de la ciudad, tengo facilidad de muchas cosas.
Son las 7:56 a.m espero que nos den el aviso de que ya podemos ingresar.
— Adelante chicos, pueden pasar — dijo un hombre que vestía de negro con botas de seguridad— , es tiempo de aprender — Concluyó con una sonrisa que transmitía confianza...
Muy buenos días —dijo la directora del lugar con voz suave—. Este día va a ser un tanto diferente, estaremos estudiando más sobre el Padre que les hemos estado comentando.
— De nuevo el fulano Padre — susurró el chico que estaba a mi lado— .
— Baja la voz te oirán —le dije con voz titubeante—.
— Ya supongo que les ha estado confundiendo —continuó la Directora—.
Él ha sido muy bueno con todos ustedes y... bueno quiero aclarar sus dudas del por qué...
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Un día a la vez.
Random"Un día a la vez" te llenará de satisfacción, curiosidad y te hará entender una de las cosas que un joven no muy comun puede vivir.