II Parte.

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¡El escritor de tu vida sigue vivo!

     — De lo que me salvé — me dije escondiéndome detrás del escritor—.

     — Muy bonito... — dijo la voz de con gran exclamación —, ¿de quien te escondes, Nashel? —. dijo Micaela

     — Hola, Mica — le respondí con una sonrisa forzada —, no me escondía de nadie, estaba recogiendo esto que se me cayó —. le mostré un bolígrafo que me había sacado del bolsillo

     — ¡No mientas!, la verdad es que desde ayer me sentía culpable del regañón que te echó el profesor Wert, discúlpame, seguro fue vergonzoso para ti —. colocando su mano sobre la mía

     Me aparté rápidamente de donde estaba agachado

     — ¡No, Micaela! — le dije sin verla a los ojos — no eres culpable de nada, sólo que... no me sentía bien en ese momento, de verdad discúlpame por la actitud que tomé el día de ayer — la miré —, de verdad discúlpame, no fue mi intención responderte así.

     — Descuida, no fuiste tan duro — volviéndome a agarrar la mano —, pero ya está, de nuevo somos amigos —. se notó un brillo en sus ojos y su sonrisa fluyó rápidamente

     — No lo habíamos dejado de ser, Mica — le sonreí también —, y bueno, ¿estás estudiando para la prueba que tenemos con el profesor Wert?

     Y así seguimos hablando por un rato hasta que pasamos a clase y se hizo la hora de irnos a nuestros hogares, que extraño, no quitaba su mirada de mí, yo tan frío y ella tan tierna...

     Ya son las 7:34 p.m y estoy preparando mi cena, ya me daba un poco de flojera levantarme, y díganme ¿a quien no le provoca a estas horas unos sándwich?

     Son las 11:32 p.m y no he podido dormir... tomé mi guitarra y me puse a tocar sin parar, me da por componer muchas veces pero al escribir las primeras palabras se me van las ganas, quizá sea perder el tiempo y debería estar repasando lo que aprendí hoy.


     Estoy en clase de Melodía y no he visto a Micaela, ya son las 10:30 de la mañana y sólo falta una hora y media para culminar las clases por hoy, ya me parece extraño que no haya venido, ojalá esté bien... le pediré al Padre por ella.


     Ya han pasado dos días y no la he visto, desde el día de ayer que no la vi presentía algo, ni me dijo su número ni de donde venía, que tonto soy, debí preguntarle.

Domingo 9:52 p.m

     Estos días han sido eternos, siento una sensación tan extraña, quiero que los días pasen rápido.

     Se escucha el sonar del teléfono local.

     — Hey, ¿buenas?

     — ¡Nashel!, Hijo ¿cómo estás?, te habla tu mamá —. hablaba la voz dulce de mi madre

     — ¡Mamá!, ¡que sorpresa!, ¿cómo obtuviste este número?, enserio estaba anhelando escuchar tu voz — saltando mi corazón de alegría por este momento —, he estado muy bien, me hacen falta tus abrazos por las mañanas.

     — Te extraño hijo, me encanta saber que has estado bien, también me haces mucha falta, Nashel.. Cuéntame, ¿como vas en la academia?, ¿ya hiciste amigos?

     — La verdad me ha ido muy bien en ella, he aprendido mucho en estas dos semanas que han transcurrido. ¿Amigos?, no del todo, conocí a una chica, es la única persona que considero mi amiga.

     — ¿Una chica?, uy, cuéntame, ¿es linda? ¿te gusta? ¿que color es su cabello?

     — ¡Mamá! ¡no!, no vayas a comenzar — solté una risa leve —, sólo la considero mi amiga, y su cabello es hermoso, tiene una combinación entre castaño claro y un toque rubio, sus ojos marrones claros, casi amarillos, ella es trigueña, como un moreno dorado.

     — Según tu punto de vista es hermosa, perfecta, Nashel, pronto me darás más detalles, sé que es hermosa — respondió con un tono melancólico en su voz —, hijo, ya son las 10 de la noche, me encantó escuchar tu voz, hijo, te llamo luego, cuídate, descansa.

     — ¡Hey mamá!, cuéntame tú cómo has estado, no importa, no me pega el sueño a esta hora...

     — Te amo hijo, te cuento después, cuídate mucho, ¡besos! —. colgando.

     — ¡Mamá! — dije todavía con el celular en la mano —, te amo, te extraño.

     Se notó un tanto extraña, ojalá todo esté bien, desde que llegué al centro de la ciudad no había tenido tiempo para comunicarme con ella, se llama Sara y es muy hermosa, tiene unas arrugas en su rostro que demuestran su experiencia y humildad, es mi todo, a pesar de que yo soy un tanto frío en lo profundo de mi una parte quiere estar con ella... Quizá todas las madres del mundo son así, una maravilla de mujer. ¿El Padre las habrá dotado de dones especiales?

"Nadie puede matar tus sueños si el escritor de tu vida todavía está vivo"

     Esa frase me la decía mi madre desde pequeño, y no la entendí hasta ahora,

     El escritor de mi vida siempre ha sido el Padre.

Un día a la vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora