Un día a la vez.

Parte III.

La ví...

     Me preocupa Mica,necesito saber si dejo la academia, iré a preguntar a la secretaría si saben algo de ella.

8:07 a.m

     De nuevo a clases, la verdad no he estudiado nada para la evaluación de mañana con el profesor Wert, dentro de un rato repasaré antes de que llegue la directora a dar su discurso semanal.

     ... De pronto la vi entrando, bella, con su mirada dulce, pero la noté un poco extraña, tenía un brillo en sus ojos que no había visto, aseguro que le estaba pasando algo.

     — Hey, Mica, ¿cómo estás?

     — Hola..., Nashel, estoy bien, ¿y tú? —. me respondió con un toque de indiferencia

     — No Micaela, no estás bien, ¿que tienes?, ¿que te pasa? —. dejé mi orgullo y la tomé de la mano

     Me abrazó y me dijo:

     — Te cuento luego —. y me soltó

     Vi que corría una lágrima sobre su mejilla sonrojada.

     Intenté seguirla pero al ponerme en pié para impulsarme para detenerla la directora estaba llegando al salón de clase y cerrando la puerta dijo:

     — Buenos días chicos —siento que ella es un Ángel enviado por el Padre para calmar todo en absoluto —, espero que estén bien, bueno, les quiero mencionar en esta mañana sobre un regalo el cual el Padre nos dio...

     Les contaré una pequeña historia

     ... Existía una aldea donde había un grupo de personas las siempre estaban felices, los niños jugando y corretiando de un lugar a otro. Cómo todo los aldeanos tenía un hombre que los lideraba él era robusto y de cabello muy largo y liso, era muy querido por los aldeanos le colocaron por nombre Caddo, del significado verdadero jefe o líder.

     Caddo en esos días estaba muy pensativo.

     Él sabía que las personas que lideraba estaban muy agradecidas con él por su gran empeño en que todo esté bien, que marche bien, pero al entrar en razón de que la realidad era que no eran libres sino que eran esclavos de alguien a quien no conocían,

     Alguien muy malo, ese hombre le dijo a Caddo que para la libertad de ellos tenía que dar a su hijo en sacrificio por todos, a su único hijo por la felicidad y libertad.

     Aún así lo hizo a pesar de ser su gran amor, entregó a su hijo por los demás...

     Así fue el sacrificio que hizo el Padre para que nosotros seamos libres y ya no seamos esclavos de ninguno de nuestros temores.

     Ese fue el regalo de nos dejó, la vida, la libertad, la felicidad, la salvación...