I Parte.

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¡Que comienzo!

     Ya pasado el tiempo luego que la Directora concluyó su emotivo discurso, hubo una sensación en mí, ya no tenía dudas, ni temores, sólo sabía que podía confiar en el Padre del cual nos habló.

     Yo desde hace mucho no he visto a mi padre, mi mamá dice que un día sólo agarró sus cosas y se marchó. Para mí no fue una explicación concreta, sólo he anhelado que algún día ya estando mucho más mayor lo pueda encontrar y pues, preguntarle el por qué de todo lo que hizo.

     Últimamente he estado muy pensativo, siempre mis metas han sido ser un músico profesional y muy reconocido. Unos de mis pasatiempos es escribir, eso me ayuda a desahogarme, simplemente escribo mis pensamientos, siempre he dicho que pienso más que el 75% de las personas, mi cabeza no deja de retumbar cuando sucede algo trágico en mi vida...

     Ya hoy es Martes son las 6:15 a.m, no dejo de pensar en el ser espiritual que nos mencionaron.

8:00 a.m

     — Adelante pueden pasar —dijo el portero—.

     Mi primera clase este Martes es "Lenguaje Musical" esta área se me ha dado muy bien, en estos días han enseñado sobre pentagramas.

     — Hola, ¿entiendes eso? —me preguntó una chica de cabello muy abundante que estaba a mi derecha—, lo siento, mi nombre es Micaela.

     — Hee.. hola— contesté sorprendido ya que nadie me hablaba—, ¡si!, tanto pero he intentado prestar atención ya que mi mente es muy influyente, mucho gusto Micaela, mi nombre es Nashel, no te rías de él —. Concluí muy avergonzado por mi reprobada respuesta.

     — Que interesante tu nombre, la verdad no veo la razón por la cual burlarme. Soy nueva y pues me pareces muy amigable — Impulsando su mano hacía la mía para estrecharla—.

     — Ee.. supongo que lo soy —me reí de forma tímida—, la verdad no tengo amigos acá, y tú has sido la primera persona en hablarme, también me pareces muy amigable —estrechando mi mano con la suya—, ¿Puedo decirte Mica?

     — Cómo quieras —. Susurró

     Volví a prestar atención a la clase tratando de entender lo que ya el profesor había explicado.

     — ¿Cuantas líneas dijimos que tenía el pentagrama, Nashel? — preguntó el profesor observándome—.

     — Eee... siete, profesor —le contesté dudando porque la verdad estaba perdido —.

     Todo el salón estaba dando carcajadas por mi insuficiente respuesta.

     — Son cinco líneas, Nashel — dijo el profesor muy serio—, por favor, presta atención y has silencio.

     — Está bien profesor, disculpe no volverá a pasar —respondí con el rostro mirando el piso—.

     Primera vez que me habla una persona y primera vez que me echan el regaño más vergonzoso, que ironía.

     Ya prestaré más atención de la que ya prestaba, quiero ser uno de los mejores alumnos de esta academia.

     — Chicos, investiguen y estudien Clave, Alteraciones y Notas, tenemos evaluación la próxima clase, pueden salir —concluyó el profesor Wert —.

     Ahora yo bien, perdido, y el profesor manda prueba para la próxima clase, ¡que injusto! — exclamé —.

     — ¡Nashel! — gritó Micaela desde lejos —, espera.

     — No Mica, estoy molesto hablamos luego —le respondí indiferente y me fui.

     Ya alejándome me hacia la pregunta de que si fui muy duro con Micaela.

     — ¡Soy un tonto! —dije en voz alta —.

     La verdad es que me molestó que el profesor haya mandado prueba para la próxima clase, correcto sería que lo fuera explicado en la clase.

     — Mañana se lo digo —dije subiéndome al taxi—.

     — ¿Cómo dijo, joven? — preguntó el conductor —.

     — Discúlpeme señor, no fue mi intención, hablaba sólo — le dije cerrando la puerta —, ¿Podría llevarme al Centro de la ciudad?, Por favor.

     — Claro joven, no te preocupes —concluyó el conductor colocando una música en el reproductor —.

     Llegué a mi casa lo único que me dio por hacer fue bañarme e ir a dormir, hasta el hambre se me quitó.

     Ya son las 9 :00 am y estoy en clases de Instrumento cada alumno va al área del instrumento por el cual ingresó, hay variedades cómo: Guitarra, Batería, Teclado, Trompeta, Flautas, Violín, hay variedad, incluso hasta Canto.

     Ya saliendo de mi clase de guitarra venía Micaela por el pasillo y me dio por esconderme.

     — ¡Nashel!, ¡Hey! —dijo la voz desesperada siguiéndome—...

Un día a la vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora