Buscando un milagro / Capítulo 4

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Sakura meditó un poco las palabras de su captor ─ Sí me quisieras muerta, ya lo hubieras hecho.

Eso hizo que Sasuke sonriera de lado sin que ella notara ─ Cierto, pero aun así te podría causar daño y no precisamente físico.

Su comentario sencillamente le pareció gracioso, porque en estos momentos su sola presencia le hacía un daño no cuantificable en el alma y su corazón.

Además con esas palabras no había replica de nada, así que fue obediente y lo siguió para saber qué era lo que realmente quería.

Al llegar al comedor, un lugar poco ostentoso pero cómodo la invitó a sentarse para poder degustar la comida preparada por uno de los tantos sirvientes que atendía la casa.

─ Siéntate ─ Ordenó sin reparos al ver que la cortés invitación no había sido escuchada.

La chica pensó en rebelarse, aún era un manojo de sentimientos que quería gritarle, golpearlo, pero sería mejor escuchar lo que tenía que decirle y ser paciente hasta no tener la oportunidad de escapar, enfrentarlo así sólo complicaría las cosas.

Por lo que sin más ceremonia caminó hasta la silla que le había señalado ─ Bien, ya me senté ─ Dijo cruzando los brazos ─ ¿Qué quieres?

─ Antes de hablar, come ─ le ordenó. Sakura lo retó con la mirada y el repitió la orden con mayor énfasis ─ He dicho que comas.

Al ver la renuencia de la chica lo entendió ─ No está envenenada, como te dije no te quiero muerta, aún.

Cuando vio que la chica comenzó a comer, él hizo lo propio; la comida transcurrió en silencio, Sakura miraba su plato si emitir ni una palabra que pudiera indicar en qué estado se encontraba.

Después de unos minutos más, los platos fueron retirados por los sirvientes.

─ Déjennos solos, no quiero interrupciones.

Los sirvientes asumieron la orden y se fueron en seguida de terminar la labor de dejar la mesa impecable.

─ No regresaré contigo, una vez confié en ti y me traicionaste ─ La chica se adelantó un poco a los hechos.

Sasuke la miró a los ojos ─ No estás aquí por eso, en ese sentido tú no eres nada para mí, quiero que te quede claro.

La pelirrosa miró hacia otro lado ─ Entiendo, entonces, ¿qué hago yo aquí? ─ Controlando su voz que ahora sonaba entrecortada.

Con sus palabras supo que había humillado a la chica y eso no ayudaba mucho a su causa.

─ Necesito tu ayuda ─ Dijo sin dar mayor explicación.

La chica se levantó de golpe ─ ¿Ayuda? Tú no necesitas mi ayuda, ¿esto es un truco, verdad? ¿Qué es lo que quieres en realidad?

─ Ya te lo dije, necesito tu ayuda, en específico tu habilidad como ninja...

─ Pues no, no te ayudaré ─ cruzando se de brazos, sin siquiera oír lo que tenía que decir ─ Además exijo que me dejes en libertad seguramente todos estará preocupados por mi ausencia y no quiero ser nuevamente sospechosa de traición; estoy quebrantando la orden que me dio la Hokage y el comité.

─ ¿Exigir? Tú no estás en posición de exigir nada, tú solo eres una prisionera más, y harás lo que te pida, porque tú tienes que curarlo y si no lo haces devastaré Konoha con todo lo que hay en ella y de paso destruiré a Naruto y te mataré a ti.

Sakura bajó la mirada porque sus palabras la hicieron enfurecer ─ Quieres mi ayuda y solo te dedicas a amenazarme, no creo que sea lo correcto, tú no has cambiado nada ─ Su voz fue belicosa, dando a entender que no la intimidaba, aunque por dentro era una manojo de nervios.

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