Tinta y papel I

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"Y entonces miré al cielo tan silencioso, tan tranquilo hasta donde llegaba el borde de la hoja donde fui escrito, y levanté la voz pidiéndole a mi creador, a la mente enferma que me concibió en tinta y papel que me regalara un rostro, que me diera una faz para poder conocerme, cruel e indiferente me lo negó siendo el olvido su único regalo...
Desde entonces porto la máscara de la incertidumbre ya que al carecer de rostro, puedo ser cualquiera y hasta yo me puedo confundir en saber si el del espejo soy yo."


Cuentos de amor, brujería y muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora