Cap 2: Qué inicie el show

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Llame por mi celular a México para contarle del plan y acepto casi de inmediato y dijo que enseguida sacaba el pasaje y apenas sobrevuele el territorio argentino se lo informaría para proseguir con el operativo.Pasadas algunas horas le llego el mensaje de que se acercaba la hora de aterrizaje,era el momento de la fase dos del plan.

Para que esto funcione tienen que actuar de manera acaramelada pero no demasiado,la idea es hacerla enojar pero sin que sospechara sobre la verdad de su cometido,repasaba eso en mi cabeza para que todo saliera de acuerdo al plan.Cuando finalmente él llegó con una mochila al hombro lo abraze de tal manera que lo levante unos centímetros del piso  —¿Ella está cerca?—le pregunté susurrando al oído.

—Por fortuna y desgracia si. —me dijo mirando discretamente a una dirección con algo de molestia.—Yo digo que nos apuremos o valdremos verga.

Sonriendo con entusiasmo le respondí.—Vamos entonces,tengo una gran idea para que ella misma venga a la boca del lobo.

Juntos salieron de Aeroparque y tomaron un taxi hacia los bosques de Palermo,una vez llegado a su destino compraron unos helados para después rentar un bote a pedal para dos y pasearán por el lago en el centro de este bosque.

 Por un momento se llegaron a olvidar del plan y solo se la pasaron hablando de cosas triviales como su trabajo y situación con sus vecinos, no saben si era por el cielo despejado,la temperatura agradable o tal vez los gansos blancos que nadaban en ese lago pero el ambiente se volvió  más romántico.

Rusia hablaba de un acto al que asistió con su presidente hasta que llego a notar que Alejandro no decía nada,solo lo miraba su rostro,siendo más exactos sus labios.Lentamente se acercaron llegando a rozar sus narices y sentir el respirar del otro en su piel que,como otras veces, los cegó del mundo a su alrededor, si solo los tortolitos hubieran puesto atención habrían notado como Jason Voorhees ,es decir Bielorrusia,se acercaba por debajo del agua para emboscarlos y voltear su pequeño navío junto con ellos al agua.

Ella,como cualquier asesino de thriller de terror, emergió de las aguas para tomar a Alejandro del brazo,este ni lento ni perezoso pronuncio unas disculpas para despues darle un codazo en el esofago para si liberarse.Ambos nadaron con rapidez para salir, tomaron una bicicleta para dos que al igual del barco fue alquilada estando México al frente,que no tuvo mejor idea para tirar leña al fuego que gritar lo siguiente.

—Hey intento de yandere— exclamó con burla—Quieres a tu hermano,ven por el.

Tomaron carrera por la bicisenda.Cruzaron varias calles y avenidas a todo lo que daban sus piernas, esquivando de vez en vez tanto peatones como conductores vislumbrando a la joven corriendo cada vez más cercana a su encuentro (que chingados,pasamos de Viernes 13 a Terminator pensó México).

Luego de minutos que parecían eternos llegaron por fin a la casa de Argentina abandonando la bicicleta en medio de la vereda entraron al hall del edificio,ella ya estaba muy cerca.Corrieron al ascensor y por poco fueron alcanzados de no ser por que,de manera algo cómica además de conveniente,la puerta se cerro a pocos metros de ser interceptados lo que a la perseguidora se le fue imposible frenar y al cerrarse las puertas se alcanzó a oír el fuerte ruido de su impacto con las puertas metálicas.

Al llegar al noveno piso descendieron, no seguros si aquel golpe le llegó a dejar fuera de combate a la bielorrusa se acercaron a las escaleras para oírla, sus zapatos hacían un eco cada vez más audible en el suelo de madera de esa parte del recinto.Ambos se miraron mutuamente,solo faltaba el último toque final y saltar al paso 3.

—Fue una suerte perderla abajo no crees—comenzó a actuar la nación rusa ya notando su sombra en la pared.

—Viste Ivan,te dije que esa loca con el madrazo que se dio con la puerta quedaría noqueada la muy tonta.—secundo México al ver que ya había llegando jadeante por la exhaustiva persecución y subir los 9 pisos sin parar,seguramente.

Caso Natasha.ODonde viven las historias. Descúbrelo ahora