ᴘ ʀ ó ʟ ᴏ ɢ ᴏ

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—¡Cállate Jimin! entiende, ya no podemos cuidarte.

—¡Por favor no me dejen!

—¡No lo hagan! Me portaré muy bien, lo prometo.—el pequeño comenzó a derramar lágrimas.

—Ya cállate niño, entiende. No tenemos ni para comer, estamos nosotros antes que tú.

Jimin no paraba de llorar y sus padres lo llevaban jalando a él centro de adopción.

—Buenos días señorita, queremos dar a este niño en adopción.

—Buenos días, pasen por aquí.—vio preocupada a Jimin y sólo acarició su cabezita.

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—Muy bien, pues eso sería todo. Ya pueden retirarse.

—Muchas gracias, hasta luego.—estaban apunto de salir y Jimin no los dejaba, se aferraba a ellos, no los quería soltar.—¡No me dejen aquí por favor!

—Tranquilo, ven aquí. Ellos deben irse, te prometo que estarás bien aquí pequeñito.

Los padres se fueron y sí, lo dejaron ahí, Jimin no era tan pequeño y eso dolía aún más porque con tan sólo 10 años de edad él podía entender lo que estaba pasando.

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4 años después

Habían pasado 4 largos años y sí, Jimin alguna vez tuvo la esperanza de que sus padres volvieran por él, pero no fue así. Después de que perdió esa esperanza estuvo esperando por alguien que lo adoptara pero tampoco pasó. Nadie se interesaba en él, decían que ya era muy grande, que no podrían educarlo. Él sólo veía como se llevaban a varios pequeños, con los que tal vez alguna vez había cruzado aunque sea una palabra. Por lo menos eso lo hacía feliz, ellos ya tenían una nueva familia que los cuidaría y amaría incondicionalmente. A pesar de todo, de aquél día, él no entendía el por qué lo habían abandonado.

(...)

—Nam, ¿has pensado en adoptar?

—¿Adoptar?

—Sí, ya sabes. Llevamos mucho tiempo juntos, bueno igual no son siglos pero a mi si me gustaría. Además sería bonito darle una familia a alguien que ya no la tiene.

—Pues sí, pero siento que aún somos muy jóvenes para adoptar.—Jin puso carita triste.—Pero si quieres podemos ir a verlos, ya sabes, a los niños que hay.—Jin sonrió victorioso y asintió.

—Hola señorita, buenos días.

—Buenos días, ¿en qué puedo ayudarlos jóvenes?

—Sólo queríamos ver a los niños.

—Pasen por aquí.—la chica los llevó por varios lugares donde había pequeños y todos eran muy lindos pero a decir verdad ninguno les había llamado tanto la atención. Hasta que pasaron por un piso donde habían niños de entre 10 y 15 años, hubo uno en especial que les llamó bastante la atención, se veía tan triste, pero era muy lindo.

Y sí, sin saberlo Namjoon y Jin lo habían visto, de una forma en la que de verdad les había arrebatado el corazón.
Cuando terminaron el recorrido llegaron al piso de abajo una vez más.

—Señorita, yo, tengo una duda.—dijo Namjoon un poco tímido.

—Dígame.

—El chico, el del tercer piso, como de 15 años, es el de la primera habitación ¿Cómo se llama?—lo miró analizando lo que decía y después llegó hasta la respuesta.

—Oh, él se llama Jimin. Lleva 4 años aquí. Tiene 14 años, no 15.—Jin se dio cuenta que estaban hablando del mismo chico que él había visto.

—¿Por qué lo dejaron?

—Sus padres, recuerdo aún ese día. Ellos lo traían jalando y él les pedía que no lo dejaran aquí pero ellos le decían que ya no podían cuidarlo. Cuando se fueron me fue muy difícil calmarlo, él no paraba de llorar. Sus padres fueron muy malas personas, de vedad. Sé que ellos sí podían cuidarlo pero ellos aún eran muy jóvenes, seguramente lo dejaron porque no querían cargar con él, porque querían seguir con una vida normal sin un niño.
Hasta ahora no han vuelto por él, no han llamado ni preguntado por él. Y bueno, las personas nunca se han interesado en él, ustedes son los primeros. Han dicho que él ya es muy grande y que no podrán educarlo a su manera.

Nam sentía la sangre recorrer por todas sus venas, no podía creer lo que había escuchado. Cómo podían existir personas así, que abandonaran a un angelito, lleno de luz.
Por otro lado Jin estaba más que decidido, no quería dejar ni un día más a Jimin ahí.

(...)

—Nam, sólo velo. Es tan lindo e indefenso.

—Dios Jin, es un adolescente. No puede ser tan lindo.

—Nam, por favor.

—¿Por favor qué Jin?

—Hay que adoptarlo.

—Jin, tengo 25 años, tú 26.

—Vamos Nam, por favor.—Nam suspiró pesadamente y se posicionó en frente de su novio.

—Escucha Jin, no estamos listos para esto.

—¿Qué no lo estamos? tú no lo estás.

—¿Estamos listos para dar este paso? ¿Sabes lo difícil que va a ser criar un adolescente?

—Yo quiero y sé que tú también. Él nos necesita Nam, necesita unos padres que lo quieran, que lo cuiden, que le den todo.

—Está bien Jin, daremos este paso.—al mencionado le brillan los ojos y abraza a su novio por la emoción.

—¡Sí! verás que no nos arrepentiremos nunca.

—No puedo creer que lo hayan abandonado.

Pero tú y yo no lo abandonaremos nunca.

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Los dos se habían dado a la tarea de conocer mejor a Jimin, todos los días iban a verlo, hablaban con él, le daban regalos pero lo más importante, mucho amor. Y sin que ellos se dieran cuenta, también se habían ganado el corazón de Jimin, a pesar de que era un adolescente.

—Jiminnie, llegó el día. Hoy te vas a casa con nosotros.—Namjoon lo abrazó con fuerza.

—No sabes cuanto hemos esperado por esto.—esta vez dijo Jin también abrazándolo.

—Yo he esperado mucho tiempo por ustedes.

—No te abandonaremos nunca.

ғɪʀsᴛ ʟᴏᴠᴇ | Namjin, Yoonmin y Taekook. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora