🐾4🐾

449 63 50
                                    


Luego de haber recuperado el roedor, al igual que leer las cartas Noriaki se preocupo más llenando su cabeza de pensamientos ¿podría morir? ¿se quedará como un gato para toda su vida? ¿Jotaro se aburrirá de el?, una pregunta tras otra atormentaba su mente dándole lugar a abrazar sus piernas, sintiendo impulsos de llorar.

Callando eso decidió levantarse para volverse a estirar, pasando una de sus manos por su cabello mirando de manera tranquila al mayor

-¿Tienes hambre? Puedo hacer el desayuno, ¿qué quieres comer?  Tu dime, mandas, además sería un agradecimiento por dejar que me quede en tu casa.

-Cálmate, una frase a la vez - se cruzó de brazos apoyándose en la pared con una expresión de igual duda que la del menor, también por su mente pasaban miles de preguntas pero todas rondaban en si Kakyoin querría o no quedarse con él -Sólo hazme un café, quiero fumar y pensar un rato.

-¿Estas seguro que solo un café? -
aún teniendo una tempestad en su cabeza, sonrió de manera dulce queriendo quitar la tensión del momento y lugar.

Saliendo de la habitación llegando a la cocina, poniendo sus manos a la obra se dispuso a hacer el desayuno al igual que el café.

Aún con su imperturbable y cerrada posición, JoJo siguió a su amigo a un metro tras suyo hasta la cocina, entonces se sentó en la silla junto a la mesa.
Sus ojos no podían evitar estar constantemente en la figura de Kakyoin, sentía algo bastante extraño al no saber qué podría sucederle.

Y más raro aún era poder ver que esa especie de cola sobresalía marcandose en su ajustado pantalón, notaba que le crecía rápido y presentía que el día en que pasara la mano por el rojizo cabello de su amigo y encontrara orejas simplemente no sabría cómo reaccionar.

Una melodía suave salía de los labios de Kakyoin al estar sirviendo el café en dos tazas, terminando de preparar el desayuno empezó a servir en la mesa, delicadamente dejaba el plato y taza frente a Jotaro
-¿Jojo? ¿te sientes bien? - fue lo único que dijo poniendo su desayuno en la mesa.

-Sí, sólo estaba pensado en que... creo que tengo miedo de la rapidez con la que tu columna vertebral se alarga - respondió bajando la mirada hacia la cadera de su amigo, pero de inmediato la apartó.

Miro su cadera sonriendo maliciosamente, hizo un pequeño movimiento logrando que la cola respondiera -Mira! Creo que ya la puedo dominar - olvidándose del miedo del mayor y tratando de quitar la tensión tomó un sorbo de su taza de café lleno de felicidad aunque su cola fuera creciendo lentamente.

-¿por que tienes miedo? ¿temes que me salgan orejas? Podría ser demasiado adorable.

-No hagas eso, me da cierta... cosa - cerró los ojos tomándose el puente de la nariz, luego trató de hablar con cortesía
-Tengo miedo de lo que pueda pasar, ¿no entiendes la magnitud del peligro que esto conlleva?

-Si, veo el peligro... aun así quiero animarte un poco, no quiero verte molesto o preocupado -
empezando a comer de manera silenciosa teniendo una idea en mente

-Hey JoJo ¿Recuerdas esa vez que use una pijama de gato? Y tuve que actuar como uno para quitarte el enojo por lo de tu gorra.

Jotaro sonrió levemente negando con la cabeza, luego bebió el café tratando de calmar sus nervios.
-No podía creer que por no verme enojado accedieras a tantas estupideces.

-Y lo haría nuevamente, sinceramente me gusta pero me da miedo tu seriedad -
término por admitir mirando con tranquilidad a Jotaro

-No importa lo que fuera,  haría lo que sea por mantener tu sonrisa JoJo.

~ Reddish Feline ~ ☆JotaKak☆ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora