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Los días habían pasado, algunos largos otros pasaban lentos. Kakyoin iba mejorando de su pie poco a poco, el tener una correa le era bastante incómodo; aún así quería ganarse nuevamente la confianza del mayor. Estando en la cama de Jotaro, recostado de lado jugando con su ratón de juguete, movía la cola que salía de la playera. Entre risa y risa, persiguiendo el roedor por la cama sin sentir la noción del tiempo.

Y que tal vez alguien lo observaba en silencio.

JoJo se asomó por el umbral para decirle algo a su amigo pero no pudo evitar quedar por unos instantes hipnotizado observando la peluda e inquieta cola rojiza de largo ya un poco más considerable, era realmente extraño pero hermoso de verla meciéndose suave o rápidamente saliendo por debajo de la remera de Kakyoin.
El primer impulso de Jotaro fue entrar en la habitación y colocar la mano sobre la cabeza del pelirrojo chico sintiendo un escalofrío al notar sus orejas entre medio de su cabello.

Moviendo sus orejas al sentir el tacto del mayor, rodó en la cama quedando sentado frente a Jotaro, teniendo el roedor en su boca le dedicó una sonrisa apenada dejando caer el juguete en la cama
-Hola JoJo.

La mirada fija de Jotaro en Kakyoin se prolongó seria unos momentos hasta que tragó saliva aún con una extraña sensación en el cuerpo para hablar.
-Buenos días. Creo que... tengo que revisarte.
ladeó la cabeza haciendo un gesto de que el pelirrojo chico se debería quitar la camiseta.

La mirada de felicidad de Kakyoin paso a una llena de sorpresa al igual que negación, cruzándose de brazos negó rotundamente con su cabeza
-No, no me vas a revisar.

-Te tengo que revisar para ver que todo en tu cuerpo esté bien, aunque te deba quitar la ropa yo mismo - le advirtió parándose justo delante del chico imitando su posición de brazos cruzados.

No se hizo esperar un bufido dándole la espalda al mayor moviendo la cola dejando que levantará la playera, parecía gracioso que ambos estuvieran en la misma posición en un momento tan serio.
-Jotaro, no eres capaz de hacerlo - mirándolo sobre su hombro le mostró la lengua de manera burlona.

Rodando los ojos con cansancio, JoJo puso las manos en el borde de la camiseta de Kakyoin para levantarla decidido a quitársela.
-¿Quieres dejar de actuar como un niño?

-No - respondió de manera seca, sabía que Jotaro se había cansado de sus juegos, aun así no se arrepentía de nada
-Vamos... No seas tan gruñón.

-Haz silencio, que todavía no me decido en ponerte un bozal -
dijo entre dientes casi arrebatandole la remera para dejarlo desnudo sobre su cama, la vista era sumamente inusual, hasta para un veterinario que todos los días veía orejas, colas, colmillos, pero jamás en un ser humano.

-¡Hey! - gruñió Noriaki cubriéndose con sus manos y piernas quedando recostado frente al mayor
-Si deje que me pusieras una correa fue por lo de hace días... Pero ¿¡un bozal!? ¡¡Jotaro no soy una mascota!! - término gritando cubriéndose con una de las almohadas.

-Pero no puedes negar que no dejas de decir tonterías -
murmuró comenzando a ver primero la cabeza de Kakyoin, principalmente las repentinas orejas entre sus cabellos rojizos, le parecían bastante interesantes aunque un poco escalofriantes.

Mostrando la lengua de nueva cuenta apartando la su vista del mayor -Déjame... - en un momento agachó las orejas cubriéndose con su cola. Decidiendo sentarse soltando un largo bostezo.

-Si no te reviso ahora te revisaré en algún momento, es inevitable Kakyoin - apartó las manos de su cabeza para comenzar a observar su espalda blanca como siempre y su pecho y vientre planos como de costumbre.
Al menos por ahora no encontraba nada fuera de lo esperado por lo que su vista bajó hacia la entrepierna del pelirrojo chico.

~ Reddish Feline ~ ☆JotaKak☆ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora