Ethereal #1✧ Yoonkook [Omegaverse]

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Sohyung agitó su manita enfundada en unos guantes blancos que combinan muy bien con su afelpada bufanda nívea, despidiéndose de su papi Nochu quien con una bella sonrisa apoyado perezosamente en el marco de la puerta, lo miraba con una ternura infinita que era simplemente difícil de ignorar; sus ojitos brillaban en su precioso rostro.

Adelantándose a su padre se metió a la parte trasera del vehículo y cuidadosamente abrochó su cinturón de seguridad con ánimo, jugando alegre con el vidrio empañado de la ventana por su aliento de la gélida mañana, dibujando cosas inentendibles pero que en su viva infantil imaginación sí lo eran.

Yoongi al ver ya a su cachorro dentro del auto esperando por él dejó un casto beso en los suaves labios de su esposo con cariño.

— ¿Pasarás tú por él o voy yo?

JeonGguk negó tranquilamente con su cabeza, acariciando con sus manos la solapa del traje negro distraídamente de su pareja pensando si había olvidado ir a dejar algún singular documento a la empresa hoy.

— No te preocupes, yo iré por nuestro príncipe — rió enternecido al escucharse hablar con tanto amor sin poder evitarlo —Quiero llevarlo a ver al tío Tae, no he hablado con él en una semana ya. Estoy preocupado con como está sobrellevando toda la situación.

Al escuchar el nombre de ese odioso Omega Yoongi tuvo que contener agriamente la mueca que se formaba en su rostro al tener a JeonGguk mirándolo fijamente con diversión bailando en sus destellantes orbes negruzcos, hizo un gran esfuerzo por no mostrar cuanto detestaba siquiera la mención de aquella persona que por igual lo odiaba; el sentimiento era mutuo.

Nunca se llevaron bien, sus personalidades eran chocantes y cuando se juntaban parecía que sacaban lo peor del otro agresivamente.

Lo único que los unía, su territorio en común era JeonGguk, si no hace años habrían dejado de soportarse amargamente y arrancarse los pelos.

JeonGguk tuvo que morder sus labios con fuerza para no largarse a reír por la expresión torcida del rostro de su amor, y por compasión decidió no molestarlo más al pobre hombre con su mejor amigo, con un entrañable beso en la frente pálida lo despidó felizmente.

—Nos vemos señor Min, no piense mucho en mí ¿si? —las arruguitas debajo de sus ojos decoraron su etéreo rostro tiernamente al sonreír— No quiero que su jefe lo reprenda.

El beta peñizcó la cintura del travieso omega cariñosamente mirándole encandilado por todo lo que representaba JeonGguk; la miel desbordando en cada delicada y pequeña acción suya que era incapaz de darse cuenta.

—Usted tampoco Min JeonGguk, no quiero que se meta en problemas.

El dulce omega lo apuró empujándole mansamente al auto, Yoongi ya no miró atrás y se entró partiendo rumbo al jardín de su niño y a su monótono trabajo.

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Cuando llegaron a las puertas grandes y coloridas de la escuelita Yoongi sujetó la pequeña y rechoncha mano de su hijo entre las frías suyas con firmeza para evitar que el pequeño no escapara en un frenesí de entusiasmo para encontrar a su querido amiguito.

Que realmente fue acertado hacer, ya que cuando los ojitos destellantes de Sohyung se toparon con un guapo hombre con una gran sonrisa que emanaba paz y tranquilidad en su bonito rostro, en un lugar apartado inclinado sobre un niño arropado entre capas y capas de ropa colorida supo inmediatamente que era su— ahora descubierto —amado Daehyun.

En su emoción por verlo se libró del agarre en su manito enguantada escabulléndose de su padre para lanzarse sin reparos sobre su tímido amigo que se sonrojó por el excesivo contacto, teniendo que abrazarlo también para que ambos no cayeran vergonzosamente sobre el pavimento prácticamente congelado.