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Morning in America- John Bellion.
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El sabor de los lunes.
Con olor a café amargo por la mañana. La boca seca con pasta dental embarrada en las comisuras de los labios. Ojeras en las ojeras y una carga emocional que lo complementa con el look desaliñado de vagabundo.
Una pizca de estrés recolectado en la semana y zumo de naranja con tostadas más tostadas de lo común (como tu cerebro), huevos tan revueltos, al igual que las fechorías. cometidas el fin de semana; entre recuerdos lúcidos de una borrachera y las terribles noticias matutinas a todo su esplendor.
Esta es la sensación que recuerda a los lunes.
Un desayuno que cae como piedra al estómago y el inicio de un nuevo ciclo monótono.
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Lunes era un hombre de cuarenta y dos años encerrado en el cuerpo de un chico de 17; demasiado viejo para vivir como joven, demasiado joven para vivir amargado. Bebía grasa de tocino en el desayuno con baggel's sobre la mantequilla acompañados de sirope de manzana que bien, podría guardar y trescientos años más tarde, al final de la guerra nuclear contra corea del norte; seguiría tan fresco como el fruto recién cortado del manzano.
Lunes era un examen de matemáticas por la mañana, un resfriado en la plenitud del verano, dolor de cabeza en hora pico, como un quiste, una afta. Cínico e impetuoso.
De esas veces en las que despiertas cinco minutos antes de que suene la alarma, te preguntas ¿Hasta cuándo?
Y te levantas de la cama.
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ⓜonday Ⓑreakfast. 🍳
Short StoryIlustraciones by Lauren Martin. Inspiración para el proceso y creación de esta historia. ¿Qué pasaría si las días de la semana tuvieran una personificación más allá de un nombre? Me pregunto si el lunes sería la amargura encarada o si los viernes...
