Capítulo II (Alice)

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Su nombre no dejaba de sonar en la cabeza de Logan, parecía que su cerebro no se encargaba más que de evocar una y otra vez aquellos efímeros instantes vividos con tan enigmática chica.

-Sé que tu estado normal es estar taciturno, pero estoy empezando a preocuparme, no has dicho más que monosílabos en dos días, dime que ocurre- Lorence se sentó a su lado en el sofá donde veían películas todos los viernes hasta la madrugada.

La relación con su madre había sido entrañable desde siempre, ella era la mejor madre del mundo y él un chico demasiado extraño para su edad, o eso solían decirle todos a su alrededor. Aun así el tema era difícil de tratar, como se suponía que iba a contarle a su madre que estuvo a punto de suicidarse y que en el intento había conocido a una chica de la cual al parecer se había enamorado porque estaba tan falto de atención que no le importo besarla a la primera oportunidad. No, aquello no tenía una explicación que su madre pudiese aceptar.

-Conocí a una chica- se limitó a decir y al parecer fue todo lo que su madre necesito. Una pequeña chispa resplandeció en sus ojos y una sonrisa que Logan no supo interpretar se formo en sus labios. -No es lo que crees, mamá-

-Viniendo de ti, eso demasiado, llegue a pensar que eras gay y tenías miedo de salir del closet- Logan y Lorence se miraron unos segundos antes de estallar en carcajadas.

-Creo que hubiese sido preferible a mi situación actual-

-Oh, oh, ya me asuste- Logan dio un profundo suspiro y relato a su madre lo sucedido hace dos días. Claramente omitiendo el hecho de su desesperado salto al vacío.

...

Aunque no era Viernes y los dos tenía que madrugar al día siguiente no les importó quedarse en la mesa de la cocina, jugando cartas y discutiendo cálidamente sobre las trivialidades de la vida.

Logan amaba estar así con su madre, se sentía tan afortunado de tenerla en su vida, por ella seguía adelante, por ella no dejaba que el gran agujero lo consumiera, por ella se levantaba todos los días y se impedía hacer algo que lastimara a su madre de manera irreparable.

Madre es madre y cuando Lorence recapacitó de la hora y que aún no era fin de semana, mandó a Logan a su habitación y ella lo siguió.

Le fue imposible consiliar el sueño esa noche, aquella chica de dulces facciones no dejaba de evocarse en su cerebro una y otra vez y cómo sí su propia mente le estuviese jugando una mala pasada, cuando por fin logró quedarse dormido, entro en un mundo de fantasías donde solo ellos dos existían.

Aún no entendía cómo aquella frase de "tengo novio y no lo voy a dejar por tí" lo había hecho sentir tan miserable, se la imaginaba una y otra vez en los brazos de un cualquiera, simplemente Alice se le clavó en el corazón irremediablemente y no sabía como aquello fuese posible.

-Estas horrible- La voz de su madre lo sacó del trance en el que había quedado, la taza de chocolate caliente que Lorence le sirvió, ya estaba fría y llena de natas. Logan no solo se veía horrible se sentía horrible. No le parecía justo que una simple desconocida lo tuviera tan mal... bueno... al parecer no tan simple.

-Es muy alentador escuchar eso de tu parte- responde con voz queda, Lorence quien está terminando de lavar los platos se acerca a él con las mano aún mojadas salpica gotas de agua en su cara y le toca el cuello a la vez que dice.

-Mayday mayday, tierra llamando a Logan, esto no es un simulacro, repito, esto no es un simulacro- pone su mano en puño como si fuese un radio y cuando acaba se ríe tanto que contagia su buen humor a Logan.

Lorence calienta el chocolate de Logan nuevamente.

Es extraño porque aquel chocolate le recuerda los cautivos ojos de la desconocida, su brillo, su calidez, la perfección en cada uno de sus gestos, en cada una de sus palabras, en sus suaves labios y se permitió en ese instante sentir un odio incandescente hacia el mundo, ¿cómo es que tal corrupción de este llega a lastimar tanto a un persona como Alice, hasta llevarla al punto de querer acabar con su vida? Odió a su novio, sea quien fuere por no estar pendiente de ella y evitar una tragedia, odio a su familia de la cual no sabía si existía por no darle la importancia y el cariño que ella necesita, pero a quién odió más en ese momento fue a sí mismo por tener tantos sentimientos hacia alguien de quien no sabía algo en absoluto y que tal vez jamás fuese a volver a ver en su vida.

Logan volvió a su cuarto, se duchó, se vistió, cepillo sus dientes, cogió su maleta, se despidió de su madre, salió de la casa y empezó a caminar hacia el colegio, para empezar nuevamente su tediosa rutina, mientras se mentalizada para ello de camino.

Alice Garrelson, suspiró.

-Paula-

¿Contigo?Hasta el finWhere stories live. Discover now