El mayor se acomodó sobre su cama, sentado con rostro resignado por ver qué tan lejos estaba el lecho de ella.
¿Por qué tenía que estar tan lejos? ¿Era cosa de comodidad? ¿Acaso las parejas usaban dos camas?
Posiblemente el hotel no sólo era para parejas si no también para amigos, familias pequeñas, compañeros de trabajo y gente de deporte. Esa misma tarde que estaban en el hotel había visto un grupo numeroso de jovencitas de al menos unos quince años con un nombre y logo en el pecho del deporte local, Softball aunque ellas parecían hablar otro idioma.
Ahí recordó que los campos estaban cerca y que posiblemente era una temporada alta de campeonatos internacionales.
Movió su mandíbula en un gesto de idea aterrizada, se levantó midiendo distancias de forma imaginaria con cuidado de no perder delicadeza. Miró la otra cama y qué tan cerca estaba a la otra, hizo unos pasos.
Ahí decidió empujar unos metros hacia la otra acercándose considerablemente y se sintió mejor, sin embargo cuando empezó a relajarse se acostó boca arriba pero no consiguió tranquilidad.
Seguro se tardará, es una mujer y además cansada, iré a recorrer rápido los lares, veré cuál sería el lugar más íntimo para ambos. Pensó, así de rápido como se acostó se levantó.
Salió por el pasillo amplio alfombrado, estaban en el segundo piso, en cada primera esquina había un refrigerador enorme con refrescos y hielo que surtía todo el día pero en ese instante había caído el principio de la noche, cerca de las seis de la tarde y unos cuantos minutos.
Cada pasillo amplio le hacía sentir confortado, le era familiar y le inspiraba a imaginar caminar con ella a su lado. Porque cada que recordaba la manera en que le miraba o la manera en que escuchaba sus ideas, era tener de nuevo esos sentimientos tan frescos de compatibilidad completa, aquella joven mujer era un misterio porque aún no sabía bien quién era y aún así en cada intercambio le palabras sentía que le conocía desde un tiempo pasado lejano.
¿Acaso existía un milagro así? ¿Acaso dos almas nacidas en tiempos distintos podían encontrarse?
Patrick sonreía por recordar que le había dicho "Sí, vamos a Vancouver"
Debía impresionar en esa nueva aventura en medio de un ambiente extraño. Era conveniente dejarlo todo como jamás había imaginado, debería conseguir un par de copas, un vino tinto, una cubeta de hielo para enfriar. Seguro poder comprar en la tienda de recepción.
Tenía que ir al bar, veloz.
Caminó más y más hasta que llegó al primer balcón desde donde se veía una magnífica vista a la piscina, una gran estancia elegante y unas farolas románticas.
¡Wow! ¡Dios esto es Magnífico! Se dijo para tratar de calmar sus emociones a toda revolución.
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RÍO ASCENDENTE - (Alan Rickman)
RomancePersonas de distintas partes del mundo encuentran las mejores vacaciones con tema deportivo llamado "Rafting" en el río Magpie, Ontario, Canadá. Osos, lobos, otros animales silvestres eran la atracción importante en la magnífica naturaleza pero no t...