¿Tú bajo mi piel? ¡Ja! No resistirías

1. Un mal comienzo

Ya puse la última caja de mudanza en mi nuevo dormitorio. En mi nueva casa. En mi nueva ciudad. En mi nuevo mundo. No que hubiera tenido una vida de cuentos de hadas. Ni tampoco que la valla a extrañar. Solo que no soy de adaptarme. Nop, mis 4 ojos no me ayudan. Aunque no creo que sea tan malo después de todo. Ni que alguien me valla a tirar una caja de leche enfrente de todo el colegio. Bueno, espero que no.

-Enana, ¿terminaste de desempacar?- Mamá grita desde el 1 piso -Si ya lo hiciste, baja, tengo una sorpresa.

Uh si, sus sorpresas son las mejores. Como esa última de: Cariño tenemos que irnos de aquí, no soporto seguir viviendo aquí, sin tú padre. Mi mamá es la persona con las mejores sorpresas del mundo. Salgo de mi habitación, tirando mi puerta detrás de mí. Ella se encontraba en la cocina, haciendo lo que sea que haga para la cena.

-Enana...- hace una pausa mientras suelta una carcajada- Mira como está tu pelo- Empieza a jugar con mi pelo.-No te me acerques que me vallas a contagiar tus piojos.

Ahhh, sí que mi cabello se encontraba hecho una mierda. Agarre un lazo y me lo amarre en una cola de caballo. Mejor.

-¿Para qué me llamaste? – Dije con cara de pocos amigos.- ¿Para qué te burles de cualquier cosa ni bien me veas?

-¿Qué te parece si sales y conoces el lugar?- cambio su voz a seria- Ese era el motivo de mi llamada.

-No lo sé, ¿Que dices tú?

-A mí me parece una gran idea.

-¿Para qué?

-Para que traiga al primer hombre que vea a la casa- Dice divertida

-Eso no da gracia mamá- Rodé los ojos- Aunque... a mí también me parece una gran idea.

-¿Así?- parecía confundida.

-Sí, así que saldré.- di media vuelta y salí de la cocina.- No me esperes despierta.

 No la dejé contestar y salí de la mi casa. Parecía que estábamos a más de 30 grados acá afuera. A no, no era eso. Lo que pasa es que al frente de mi casa, se encontraba el chico más guapo que jamás haiga visto en mi vida. Y, sin camisa.