Ya paso una hora desde que salí corriendo de ese estúpido chico. El cual, no abandona mi cabeza. Coño, ese chico vino para quedarse. Lo peor es como me comporte. No, ha sido toda su culpa. Pero, ¿qué se yo? No creo que haiga salido de su casa sin camisa a propósito. ¿O sí? Mierda, porque siempre tengo que actuar a la defensiva. Pero ahí me encontraba yo, encerrada en mi cuarto. Sentada en mi cama, sin saber muy bien que hacer.
-Sabine, cariño…- la inoportuna de mi mamá, aunque, llamo en buen momento, pues, ya me iba a volver loca.-Baja. Solo te quiero quitar un segundo de tu preciado tiempo- y ahí vamos de nuevo…
Me dirigí a la cocina donde se encontraba mi mamá. Pero, después me percaté de que no estaba sola. Gautier Conelly se encontraba sentado al frente de ella. Pero… ¿a qué hora este entro a mi casa?
-¿Se puede saber qué hace el aquí?- sonrió, en son de burla al oír mi voz, como si disfrutara mi sufrimiento.
-Creí que podíamos hablar un rato y…
-No tengo que hablar nada contigo.
-Yo creo que si- como siempre, amo cuando mi mamá se mete en lo que no le importa.-¿Por qué no salen un rato? Envés de que estés encerrada todo el día en tu cuarto.
-Pero mamá…
-Es una orden Sabine- dijo, levantando un poco la voz.
Lo único que pude hacer es asentir. Me dejo boquiabierta que mi mamá haiga reaccionado de esa manera, pues, ella es más de las personas calmadas. Me dirigí hacia la puerta de salida, sin percatarme que detrás mío se encontraba Gautier.
-Que se diviertan- dijo mi mamá, con una voz alegre, como si nada hubiera ocurrido.
Le enseñe una sonrisa ignorante y salí de esa casa.
-Bueno ya que estamos solos…
-No se te ocurra decir ni una sola palabra.
-Pero si salimos para conversar.
-Solo ve al grano, ¿quieres?-soltó una carcajada. ¿Se está burlando de mí? Solo quiero que esto se termine, me valla a mi cuarto, y tratar de no cruzarme con él nunca más. ¿Por qué? No me gusta estar junto a él, me hace sentir incomoda, aunque tenga su camisa puesta. No se si alegrarme o no por eso.
-Creo que alguien merece una disculpa.
-¿Qué esperas para dármela?- o no, si se refiere a que la que tiene que disculparse soy yo. No ni que se lo crea.-¿Qué esperas? No tengo tu tiempo.
Soltó como siempre, una carcajada.-Yo creí que la que se tenía que disculpar eras tú.
Ya se pasó de listo este imbécil.
-Por lo mal que me trataste ase un momento.
-¡Solo a un imbécil como tú…!- me tape la boca con la mano, pues me di cuenta que estaba gritando.-Espera un segundo…-dije, pues me había dado cuenta que estaba caminando, y no sabía exactamente a donde- ¿A dónde vamos?
-A dar una vuelta.-se encogió de hombros.- pero todavía no e escuchado lo que quería oír.
-Y no lo vas a oír.
-Vamos…, si ni siquiera sabes que es lo que quiero oír.
-¿Qué me disculpe?-dije, con voz de boba.
-Nop.
-¿Entonces… que quieres oír?
-Quiero que te declares.
-¿Qué declare que cosa?
-Lo que sientes por mí.
-Ja. Te aseguro amigo que no siento nada por ti, más que odio e ignorancia-dije la última palabra recalcándola.
-No me digas que no estuviste pensando en mí.
Rodé las ojos.-A lo mejor tal vez tu haigas sido el que no hayas dejado de pensar en mi ¿no?
-Síp, yo no he dejado de pensar en ti.-me miro y luego alzo su mano y agarro mi mejilla y lo apretó un poco fuerte.
-Au…-dije cuando al fin me soltó.- No te pases, niño bonito-frote mi pobre cachetito que se sentía adormecido.
-Me pareció raro de que no se te han puesto rojas, así que… las ayude un poco- me volvió a mirar y volvió a alzar su brazo tratando de volver a agarrar mis mejillas pero se lo impedí.-Au…- dijo, frotando su mano, la cual acabo de golpear-Que mala eres.
-Mira quién habla- dije, volviéndome a frotar mi cachete, aunque, ya no me duelan.
-Entonces…- dijo, poniendo posando sus manos la parte inferior de su camisa.-me la quito para que se pongan rojas.-me guiño un ojo, y mierda, sí que se veía sexy asiendo eso.-Ya que no quieres que te apreté los cachetes.
En ese momento, sentí mis mejillas arder. Mierda, no le den el gusto.
-Ja, lo conseguí- ay no.-Bueno, ahora que conseguí algo que quería, quiero escuchar lo otro.
-No me atraes papito.
-¿A no? Sabine
-Nop- trate de mirar a otro lado, pero no me gusto lo que vi así que me enfoque de nuevo en el imbécil.
-¿Escuchaste hablar del amor a primera vista?
-Si, en los cuentos de hadas.
-¿No crees que existe?
-¿Tú crees en eso?
-Es tu caso, se que aparte de estar completamente ena...- ya no podía escuchar mas asi que me detuve. Se dio cuenta de que no le seguía el paso y también se detuvo.-¿Vas a volver a correr de…?- no lo deje terminar, y salí corriendo, otra vez.
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HOLA PEQUEÑAJAS DE MI CORAZON...
QUE LES PARECIO, AL PARECER SABINE ES DE LAS CHICAS QUE LES GUSTA HUIR DE LOS PROBLEMAS.
CORRE SABINE, CORRE QUE EL COCO TE ALCANZA...
SABINE, SOY GAUTIER, SOLO ADMITE QUE TE GUSTO Y TE DEJARE.
NOOOOOOOO
ESPERO QUE OS GUSTE LA HISTORIA Y VOTEN, LAS QUIERO.
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¿Tú bajo mi piel? ¡Ja! No resistirías
RomanceSi crees que tu vida apesta, entonces compárala con la de Sabine. Ella sí que tiene una vida de locos. Que con solo 16 años, su vida le jugara bien feo, y la hará hacer cosas aun peor. Los cuales Sadie, aunque la distancia las separe, siempre estará...