La primera noche fue bastante extraña, aunque suene raro, echaba en falta el ruido de los coches y todas las luces en la calle. Además de que no voy a negarlo, tanto silencio me asustaba. Cuando vi entrar la claridad por la ventana, me desperté, me levanté de la cama y me puse la ropa. Un pantalón marrón largo y una camiseta negra con una cinta de piel en diagonal. En el cinturón, dos pequeños bolsos en los que podía guardar una daga que me regaló Mitsu, unas vendas y unas pociones. Una vez equipado, cogí la espada y salí de casa. El clima era perfecto, un día soleado y soplaba un pequeño viento fresco.
"Bien, ahora ha llegado el momento, veamos cuál es mi primera misión." –Me dije mientras salía de casa y cerraba la puerta-
La ciudad estaba tranquila, a esta hora únicamente había algunas personas dirigiéndose al mercado, leñadores en el bosque o granjeros ordeñando a sus vacas. Bajé todas las escaleras de la ciudad para llegar a la zona inferior, donde me esperaban Mitsu y Rao. Pero una vez llegué, no había nadie.
"Llego pronto como me pasa siempre en el mundo real, algunas cosas no cambian."
"Nanashi, siento llegar tarde ¿Llevas mucho esperando?" –Mitsu vino corriendo despeinada y sin el báculo- "Me entretuve con mi hermano y por eso he llegado tarde, siento haberte hecho esperar"
"Tranquila, llegué hace cinco minutos."
"Menos mal..."
"Oye, por cierto. ¿Y tu báculo?"
"Ay... Creo que con las prisas lo olvidé."
"Onee-chan, te dejas esto."
Koichi saltó desde un árbol con el báculo de Mitsu en la mano y se lo dio, tras eso se giró y se puso delante de mí.
"A ver lo que haces con mi hermana."
"Koichi, por favor, no me dejes en evidencia más."
"Mitsu... Vamos a llegar tarde y Rao va a enfadarse con nosotros."
"Cierto, debemos darnos prisa."
Tras esperar una hora sin que viniese nadie, Mitsu y yo decidimos ir al embarcadero de barcos voladores, era el mejor sitio en el que podíamos preguntar por Rao, ya que él dejó su nave en esta zona.
Al llegar, Mitsu se acercó a un hombre muy alto que llevaba unas grandes cajas hacia la nave de Rao.
"Disculpe, ¿Ha visto a Rao?"
"¿Rao? El capitán se marchó en dirección a la aldea Sanyo, decía no sé qué de un cargamento de piedras mágicas y que volverá en dos o tres días. También dijo "Si vienen dos críos preguntando por mí, diles que vayan hacia el Bosque de Aika sur".
Salimos de la ciudad y estuvimos andando por una pradera alrededor de hora y media, transcurrido ese tiempo, llegamos al Bosque de Aika Sur. Era un bosque con árboles enormes y pequeños arbustos con hojas de color morado. Algunos árboles tenían enormes frutos
"Mitsu... Creo que alguien nos está siguiendo."
"Entonces tú también te has dado cuenta... Pensé que era imaginación mía."
En los arbustos se podía oír caminando a alguna persona de teniéndose en pequeños intervalos de tiempo, como si estuviese esperando a que bajásemos la guardia para atacarnos.
"No puede ser..."
Mitsu miró a un arbusto y vio lo que parecía ser parte de una bufanda, se acercó sigilosamente y tiró de ella.
"¡QUE ME AHOGAS!"
Tras el tirón, salió Koichi de los arbustos empuñando una pequeña daga de madera.
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Isekai no maho to bōken: Zaga
AdventureUn chico de 26 años es transportado a un mundo de fantasía mientras duerme, un mundo en el que existe la magia y tiene otra identidad.