Vigesimoquinto Detalle

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         Seokjin escuchó unos suaves toques en su puerta

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         Seokjin escuchó unos suaves toques en su puerta. Sin desviar su mirada de la pantalla del computador, articuló:

         -¿Quién es?~ –alargó la pregunta con voz plana.

         -Namjoon.

         Controló su impulso de querer levantarse e ir a abrir la puerta. Dejó el videojuego en pausa luego de modular un sencillo "entra", escuchando al instante el sonido característico de la puerta siendo abierta. No pudo evitar sentirse expectante a que su amigo llegara a su lado.

         -Hola, hyung –saludó entrando en la habitación-. Traje algo de comer. –anunció levantando la bolsa plástica con comida todavía caliente que colgaba de su mano.

         -Gracias, Joonie –dijo al voltearse en su silla giratoria para poder mirarlo. Namjoon dejó la comida sobre una mesa cercana e hizo lo mismo luego de bajar su tapabocas.

         Namjoon tenía su cabello desordenado con una mirada que Jin consideraba adorable. Sus tiernos hoyuelos se marcaron en ambas mejillas al sonreír y sus ojos se hicieron más pequeños, al mismo tiempo que brillaban tenuemente por la luz del cuarto.

         El pelirrosa en verdad se estaba conteniendo por no decir nada sobre la apariencia del hombre, o por levantarse y enterrar su mano en aquellas suaves hebras para peinarlas o despeinarlas a su antojo.

         Y Seokjin también se veía bastante apuesto a opinión del menor, con su cabello un poco húmedo pegado levemente a su rostro por la reciente ducha, sus labios grandes y rojos resaltando al ser lamidos inconscientemente por su dueño, y su piel blanca y tersa detallando sus clavículas por el cuello amplio de su camisa negra.

         -Te ves muy bien, Jinnie. –alagó sin poder evitarlo, a comparación del que se mantenía sentado. Inclinó su cabeza hacia abajo en un gesto nervioso.

         -Lo sé, no por nada soy mundialmente guapo –contestó con su mirada en alto al estar el contrario de pie. Se giró nuevamente hacia su computadora; no quería que el más alto notara lo mucho que le afectaban sus palabras-... Tú también te ves bien. –Jin aduló al reanudar su juego, tratando de concentrar la mayor parte de su atención en este.

         Namjoon rió apenado al escuchar aquello- ¿Qué estás jugando? –indagó acercando su rostro por encima de la cabeza del mayor.

         -Un nuevo juego RPG que encontré. –Jin respondió sin quitar su mirada del juego y sus manos del teclado.

         -Oh... ¿Puedes contarme sobre eso? –acercó una silla a un lado de su compañero sin borrar la sonrisa de su rostro.

         Jin distraídamente le contó de manera resumida sobre de lo que trataba el juego y de lo que tenía que hacer durante el mismo sin dejar de jugar, en tanto Namjoon ponía toda su atención en lo que decía su hyung concentrado. Aunque a veces se distraía intercalando miradas entre el juego y el pelirrosa, sin que el mencionado se diera cuenta.

         A Seokjin le gustaba sentir que tenía la atención del castaño y que a este de verdad le gustara estar con él, a pesar de las risas que expulsaba el menor cuando cometía errores durante el juego y soltaba sus típicos gritos de frustración. Especialmente en el momento en que perdió y Namjoon empezó a tratar de animarlo.

         -Está bien. Sé que a la siguiente lo harás mejor. –intentaba reanimarlo mientras Seokjin escondía su cabeza en el teclado y sus brazos se desparramaban a ambos lados del monitor.

         Jin giró su rostro para mirar de reojo al de oscuros cabellos, notando como este hacía muecas extrañas a su lado, causando que el mayor soltara una exhalación en forma de risa.

         -¿Qué estás haciendo? –preguntó Seokjin irguiéndose sobre su silla, sus emociones divididas entre la pena ajena y la curiosidad.

          Namjoon hizo ruiditos extraños con su boca. Subió sus manos vueltas puños a ambos lados de su cara en lo que cerraba sus ojos fuertemente, haciendo una graciosa línea con su boca.

         -Por favor, Jinnie, no... no estés triste –agudizó de una manera que Jin pensó que no podía respirar-. Namjoonie quiere que e-estés feliz... ¿sí?

         Seokjin duró unos segundos en silencio hasta que no lo pudo contener más: empezó a reírse a grandes carcajadas en la cara del menor, sin poder asimilar completamente lo que acababa de ver. Le dio mucha más gracia ver la cara apenada del pelirrosa mientras trataba de excusarse sobre el aegyo que había intentado hacer.

         Al mayor en realidad siempre le habían gustado los intentos adrede de ser tierno de Namjoon, a pesar de que a su parecer, pareciese un anciano sufriendo mientras lo hacía. Pero eso solo lo volvía más único, ya que le hacía ver más lindo y gracioso.

         Comieron juntos de la comida que el pelirrosa había traído luego de que Jin lo dejara en paz; justo cuando notó que una acción tan tonta por parte del menor había sido capaz de subirle completamente el ánimo.

         Y sabía que si Namjoon era capaz de lograr eso, entonces también era capaz de causar cualquier tipo de emoción que quisiera en él.

         Y sabía que si Namjoon era capaz de lograr eso, entonces también era capaz de causar cualquier tipo de emoción que quisiera en él

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