Detalles [NamJin]

Vigesimosexto Detalle

         Habían pasado pocas semanas desde que llegaron a Corea del Sur luego de su tour alrededor de Asia. Se les había dado un periodo corto de descanso luego de esto, así que cada uno de los miembros lo aprovechaba a su manera; saliendo, componiendo, practicando, entre otras cosas.

         Por su lado, Jin se encontraba en el estudio de grabación ensayando su vocalización. Los demás estaban ocupados en sus propios asuntos, por lo que aprovechó de ir solo a ese lugar y poder relajarse. Se sentía liberar a medida que entonaba las notas que salían armoniosamente de sus labios.

         Cuando llegó al sitio, uno de los productores se encontraba allí también probando algunas pistas; este se había quedado acompañándolo por un rato dándole algunos consejos mientras lo oía cantar, hasta que se tuvo que retirar luego de recibir una llamada del CEO para un reunión, dejando al pelirrosa en el estudio para que practicara tranquilamente.

         Seokjin se encontraba inmerso cantando Awake luego de mucho tiempo. Sus ojos estaban cerrados al estar completamente sumergido en el sentimiento que transmitía la letra, a la vez que su aliento chocaba con el micrófono simultáneamente al entonar cada verso.

         Tan sumido estaba en su propio mundo donde solo existían él y la música que no se dio cuenta cuando una presencia extra apareció en la habitación, la cual se quedó hasta el final escuchándolo afinar bellamente.

         Finalizó su canto cuando la instrumental dejó de sonar en sus audífonos. Jin se sobresaltó levemente al abrir sus ojos y encontrar con su mirada a un individuo aplaudiendo en la sala, sin poder lograr escuchar el sonido de sus aplausos al estar apagado el audio exterior a su cabina.

         Namjoon se encontraba al otro lado del cristal, aplaudiendo sin cesar con una sonrisa de oreja a oreja y modulando silbidos ocasionales a su persona en forma de halago. En su mirada, resaltaba el más puro orgullo y cariño que Seokjin pudo vislumbrar en ese momento.

         Por un segundo, había pensado que era el productor que había regresado de su reunión, pero se relajó al ver que se trataba del poseedor de sus dolores de cabeza y más tiernos sentimientos quien se encontraba allí acompañándolo y animándolo.

         Sonrió dulcemente al dejar de lado su pequeño estupor. Dejó sus audífonos junto con el micrófono en lo que Namjoon se acercaba al tablero de sonidos que se encontraba enfrente de él y presionaba uno de los botones para que el otro pudiera oírlo.

        -Eso estuvo impresionante –aduló del otro lado del cristal ahora con el mayor pudiendo escucharlo-. En verdad eres fantástico, Jinnie.

         El aludido salió de la cabina al terminar de oír las palabras de su dongsaeng. Normalmente le agradecería y preguntaría en qué cosas podía mejorar. Por eso mismo, odiaba sentirse extrañamente nervioso al escuchar venir eso de los belfos de Namjoon con total sinceridad.

         -Gracias, no hace falta que lo resaltes –trató de restar importancia-. ¿Hace cuanto estás aquí?

         -Llegué poco después de que comenzaras –contestó despreocupadamente mientras se sentaba en una de las sillas al lado del tablero en lo que Jin tomaba asiento en otra-. A penas vi que eras tú y te escuché no pude irme. Me atrapaste. Creo que podría escucharte cantar por horas y no cansarme.

         El castaño bajó la mirada mientras reía algo apenado por lo que acababa de decir bajo la resplandeciente mirada del contrario, que en ese momento se sentía en un estado de placidez por la felicidad que lo embargaba.

          Seokjin sabía que cualquier persona podría decirle exactamente lo mismo, y que de igual modo le gustaría y lo haría sentirse bien. No obstante, jamás nadie provocaría la misma sensación de bienestar y amor que le causaba escucharlo del líder que había logrado tambalear su mundo con pequeños actos, que aunque para cualquiera fueran minúsculos, para Jin significaban mucho.

         -Entonces creo que no me molestaría cantarte por horas si quisieras... -respondió mirándolo a los ojos con una sonrisa adornando sus labios.

         Namjoon sonrió gratamente al escucharlo- Suena como una buena propuesta.

         -Tendrás que pagar. –aclaró en tono serio el más bajo. A los segundos empezó a reír por su propio comentario, contagiando al contrario rápidamente.

         -Si es por escucharte, no tengo problemas con eso –aseguró Namjoon mientras se levantaba de su silla, causando que dentro de Seokjin varias mariposas se revolvieran molestamente en su interior-. ¿Te importa si practico algo en lo que he estado trabajando?

         -Para eso es que viniste, ¿no? –preguntó el mayor poniéndose de pie de igual manera.

         -Sí –caminó hasta adentrarse en la cabina y cerrar la puerta detrás de él. Jin se había quedado del otro lado mirándolo a través del cristal-... La verdad es que no se lo he mostrado a nadie... pero me gustaría que tú lo escucharas; así, cuando quieras practicar y desees que alguien te escuche siempre puedes contar conmigo y viceversa –le sonrió en lo que se colocaba los auriculares por costumbre-. ¿Te gustaría?

         Seokjin solamente le asintió al castaño desde el otro lado. El menor comenzó a rapear sin ninguna pista, simplemente soltando fluidamente las palabras al ritmo con el que se sintiera a gusto. Seokjin lo escuchaba atentamente, perdiéndose completamente no solo en la profunda voz del moreno, sino también en todo el ser que Namjoon representaba a sus ojos.

         Estaba seguro de que podía escuchar a Namjoon por horas cantar sin llegar a cansarse o aburrirse, tal y como el más alto le había dicho a él anteriormente.

        Así como estaba totalmente seguro de que podía estar con Kim Namjoon durante horas, haciendo cualquier tipo de cosa, y disfrutaría cada segundo simplemente estando a su lado.

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