Para tu entretenimiento

Live fast while your young honey

Limpié el resto del maquillaje que tenía en mi cara. Miré mi reflejo y miré mis mejillas y nariz ahora rojas. Los efectos de tener brillo en tu cara.

Suspiré y pasé mis dedos por mi cabello. El Sr Stark parecía más cansado hoy. Me pregunto qué pasó. Tal vez la compañía finalmente esté llegando a él. Maldición, Peter, se supone que no debes pensar en los clientes después de las horas.

Además de que es Tony Stark, ¡no se preocupará por ti! Es lo que me dije. Pero Tony es un hombre de sorpresas.

El elegante automóvil en el callejón me habría aterrorizado si no hubiera notado quién estaba detrás del volante. Toqué suavemente la ventanilla del pasajero del elegante coche negro. - Sr. Stark? - Me pregunté cuando la ventana bajó.

Por favor, dime que no está borracho.

- Ah, Peter. Lo siento, no quise quedarme tanto. Probablemente esto parezca extraño. Dijo con una sonrisa nerviosa. –

- ¿Qué estás haciendo? - Pregunté levantando una ceja. -

- Normalmente me estaciono aquí. No puedo llenar tu club con reporteros que quieren hablar conmigo ahora. - Tony explicó.

- ¿Qué sigues haciendo aquí entonces?

- Mala migraña. - Él informó. Metí la mano en mi bolsa y saqué algunos analgésicos.

- Aquí, toma tanto como necesites. - Le dije mientras le entregó el frasco de pastillas.

Tony me dio una mirada cuestionable. Me reí. –

- A veces los disfraces y el humo me dan un dolor de cabeza desagradable. - Le expliqué inclinándome un poco más hacia el coche. –

- Ah. - Tony asintió. Lo observé mientras sacaba dos pastillas y las ahogaba con un líquido claro.

- ¿Estas bebiendo? - Yo pregunté. -

Tony sacudió la cabeza.

- Agua. Tratando de reducir el consumo de alcohol. Hace frío, puedes entrar si quieres. - Él ofreció.

- ¿Estás seguro? No querría importunarte. - Le dije con una leve sonrisa.

- Estoy más sorprendido de que realmente lo estés pensando. Podría ser un asesino en serie o algo así. - Tony señaló.

- Ok, ¿lo eres? Le pregunté.

- No, pero pareces demasiado confiado. - El hombre de pelo castaño señaló.

Abrí la puerta del auto y me senté en el asiento del pasajero con una sonrisa en mi cara.

- Solo con mis clientes favoritos. - Respondí. -

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