—¡Hey, rey león!—escuché como me gritaba e hice una mueca. Pensé que no me había visto, pero claro, yo nunca puedo tener suerte.
Me giré y vi sus divertidos ojos azules viéndome, giré los ojos.
—No me llames así—le dije.
—Entonces no trates de ignorarme—ups.
—¿Por qué tengo que encontrarme siempre contigo?—le dije mientras me sentaba frente a él en la mesa del restaurante de comida china, resignándome a poder escapar de él.
Había ido a comprar comida para todos (sí, de nuevo), pero al entrar en el establecimiento vi su cabello rubio y me di la media vuelta para salir e ir a otro lado. Escuché que decía mi nombre pero aun así seguí mi camino, fue entonces cuando me gritó “rey león” y volvemos aquí.
—Destino—dijo sin dudarlo un segundo.
—¿No me estarás acosando?—le dije mientras le achicaba los ojos. Soltó una sonora carcajada.
Miré hacia mí alrededor, la gente se estaba girando a vernos.
—Sh—le dije—, la gente nos está viendo mal.
—Es tu culpa por hacerme reír—dijo una sonrisa divertida—. Y contestando a tu pregunta: No, no te acoso, pero si quieres…—comenzó a decir cuando lo interrumpí.
—No, no quiero, sea lo que sea.
Me miró con una mueca.
—Que aburrida—me dijo alzando una ceja. Fruncí el ceño y me levanté, ya que estaba aquí iba a comprar—. Oye…
Moví mi mano de arriba abajo, restándole importancia a lo que sea que haya querido decir. Muy madura, Meredith, muy madura.
Fui hacia el mostrador y comencé a ver todos los combos que había.
—¿Qué vas a pedir?—dijo una voz masculina detrás del mostrador. “Vas”, que directo.
—Amm, pediré dos cajas con rollos primavera, dos con pollo agridulce, tres con verduras y una con arroz—dije viendo el menú—. Y nueve botellas de té verde, favor.
Al no escuchar respuesta alguna volteé a ver a la persona frente a mí. Al principio no lo reconocí porque tenía una gorra color verde pasto, pero su mirada perezosa lo delató.
—Creo que te iría mejor si fueras a un buffet—me dijo.
—¿Estás corriendo a un cliente?—le dije en voz alta.
Él abrió los ojos como platos y me miró mal.
—No digas eso en voz alta, me van a correr—dijo comenzando a servir lo que le pedí.
Puse los ojos en blanco.—¿No tienes acaso otro trabajo en la cafetería del otro día?—le dije.
—No más—dijo mientras inspeccionaba el pollo agridulce.
Abrí la boca para decir cualquier cosa cuando sentí que una suave ráfaga de viento en mi cuello, me estremecí. Giré como alma que lleva el diablo y vi que tenía a ricitos de oro a pocos centímetros de mi rostro con una sonrisa coqueta y una mirada intensa. No pude evitar que un ligero rubor se extendiera por mis mejillas, ¿por qué está tan cerca de mí? Me hice a un lado rápidamente y me golpeé en el hombro con el mostrador, evité hacer una mueca.
—¿Q-qué crees que haces?—le dije con un tartamudeo, tonta.
Él rió, una risa suave.—¿Ahora eres una gatita?—dijo burlonamente, apreté la mandíbula.
—Roy, no te pases—escuché decir al chico detrás del mostrador. Así que el nombre del rubio Roy…
—Jack, no te metas—dijo mientras me veía fijamente.
Entré en pánico así que tomé las bolsas que estaban en el mostrador y me fui a paso rápido. Escuché como ambos gritaban algo, no entendía qué pero tenía una idea de qué era lo que Jack gritaba.
—Te pagaré la próxima vez que te vea—dije en voz alta (oh, porque estaba segura de que iba a volver a verlos) y salí como alma que lleva el diablo.
…
—¿Qué te pasa, Artie?—me preguntó Patrick mientras me ayudaba a recoger la mesa. Volteé a verlo extrañada—Y no me eches esa cara, estás extraña.
Me pude a pensar en lo que había estado pensando todo el día: Roy. ¿Qué rayos le pasaba? ¿Quién se creí que era? Nunca había estado tan cerca de una persona que no fuera mi familia, y que él llegara e hiciera eso me había dejado en shock, no me había dado tiempo de reaccionar y decirle todo lo que se merecía. Y luego, ¿decirme gatita? ¿Qué chuchas? Negué con la cabeza. Ahora se me ocurrían tantas cosas para decirle, y sin embargo ya no podría, ¡ay, pero qué coraje!
—Tierra llamando a Meredith, responda Meredith—dijo mi hermano, sacudí la cabeza.
—Perdona, ¿qué decías?
—¿En qué piensas?—me preguntó.
—Ay, Patrick, es que hay un chico…—comencé a decir, pero él me interrumpió.
—Arg, chicos, siempre son los culpables de todo—dijo cruzándose de brazos. Lo miré fijamente.
—Luego preguntas cómo es que sabemos que eres gay—le dije.
Hizo una mueca de indignación mientras se llevaba una mano al pecho.
—¿Cómo te atreves?—dijo, pero al instante se rió—Bueno, dime, ¿qué hay con ese chico?
—No es lo que crees—le aclaré enseguida—, él es un arrogante, pretensioso y presumido, lo supe desde el intente que lo vi. Pero bueno, lo había visto antes cuando iba a comprar comida, desde la primera vez estuvo coqueteándome aunque siempre le daba indirectas de que no estaba interesada, creo que tuve que habérselo dicho directamente… En fin hoy se acercó mucho a mí y me puse nerviosa, tú sabes que yo no suelo relacionarme con la gente, entonces no pude reaccionar, sólo me fui, no pude decirle nada de nada, no pude reclamarle ni decirle que no lo volviera a hacer, y estoy tan molesta por eso, ¿me entiendes? Quedé como una típica chica tonta y lo aborrezco, aborrezco que ahora piense en tantas cosas para responderle cuando en el momento mi capacidad para pensar se esfumó y… ¡Arg!—dije todo rápido y me tapé la cara con las manos cuando terminé.
—Tranquila, lo entiendo. Escucha, Meredith… ¿Meredith?—dijo con un claro tono de preocupación en la voz, pero yo ya no podía escucharlo con claridad.
Mi corazón estaba acelerado por el enojo y me maldije por no controlarme. Mi visión era incierta: a veces borrosa, a veces clara. Mis parpados comenzaron a pesar, y me costaba mantenerme en pie. Di un paso para acercarme a la mesa, pero mis piernas me fallaron y caí, Patrick llegó rápido a mí lado y puso sus brazos a mí alrededor, pude sentir en la vibración de su pecho que gritó, pero no pude escucharlo. Lucha contra ello, Meredith, lucha. Pero ya era muy tarde, mis ojos se cerraron después de ver dos pares de pies llegar a donde estaba, y caí en un profundo sueño.
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¡Hola! Lamento si este capítulo fue muy corto o si están algo perdidos por el final extraño. Pero descuiden en el seguiente todos se explica;)
Diganme qué les parece, ¿qué opinan de Roy? c:
¡Gracias por leer! ¡Comenten!
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RomanceMeredith Cleggs se suele ocultar tras una carcasa de seriedad ante sus compañeros de clase para esconder a Roger, Oscar, Patrick, Felix, Max, Matt, Mark, Lowell y a ella misma de los ojos curiosos y las bocas groseras. Sin embargo, dos chicos entran...