Boda
Tener el problema era un gran peso para Papancho y más si el peso era más de 70 kilogramos embutidos en un costoso traje blanco, que ahora se encontraba en un sillón acostado de manera inversa.
"¿Cuanto come este niño?"
¨Ese es el problema Pancho; Aristóteles no ha comido por los nervios."
¨¿Qué le dieron para que este asi?"
"Yo sólo le di unas cuantas pastillitas para dormir."-Todos miraron con reproche a Imelda.- "¡Oh pues! Que si no le daba yo algo, a él le hubiera dado un ataque."
"Ahorita lo importante es despertarlo. La cantidad fue mínima, en cuestión de una media hora debería de despertar."- Axel se encontraba vigilando el pulso en la muñeca de Aris.
"¡Pero es que tiene que despertar ya! ¡El tiene que llegar al altar consciente o no!"-Hablo Julieta.
"Tranquila Oppa, todo saldrá bien. Mira. Aprovecharemos que Temo es el primero en llegar para tener más tiempo para despertarlo."
"Todos nos adelantamos, mientras ustedes se quedan a resolver eso. Iré a calmar a todos por si se empiezan a poner nerviosos o sino llega Aris."- Doña Blanca se fue acompañada de la mayoría de la familia. Los único que quedaban en la habitación eran Axel, Robert, Polita, Susana y Pancho.
[...]
Todos estaban en sus puestos. Temo estaba relajado parado en el estrado mientras veía a todos llegar.
"Relájate Temo. Tienes cara de espantado."
"Se supone que es normal ¿no?, es el día de mi boda, los nervios vienen acompañados del espanto."- Diego sólo pudo mirarlo interrogante.
"Todo está bien. Si Aristóteles no llega para cruzar ese camino, juro que yo mismo lo jalo de las patas. Este es tu día, nadie lo va arruinara."
"Tiene razón Tami, todo está saliendo de acuerdo a lo planeado."- Temo sonrío a Yolo. Los años habían hecho florecer entre ellos una amistad muy bonita que se había fortalecido.
Suspiró. "Tienen razón. Nada malo pasará. Porque si Aristóteles me dejará plantado, seré yo quien lo jale de las greñas. A mi no me va a dejar vestido y alborotado."-Se rieron de su chiste entre ellos.
[...]
"¿Y si le aventamos agua?"-Todos voltearon a mirar a Susana. -"Oh, no me vean así. Es lo único que se me ocurre."
Rápido fue Axel a por un poco de agua en un vaso para dejarlo caer en la cara de Aris. Este a su vez se despertó de una sacudida.
"¿Qué?, ¿Qué pasó?"
"Pasa que te casas en minutos y te tomaste unas pastillas para dormir, así que más te vale estar relajado, no pienso llevar a un manojo de nervios al altar."-Habló su madre.
"¿Qué hora es?"
¨Ya casi será la hora que empiece la ceremonia, así que más te vale haber hecho tus votos bien. Mi hijo se merece que le hayas escrito un libro completo. Te voy a dejar lo más preciado que tengo Aristófanes, y más te vale que me lo cuides y me le trates como un rey."
El mencionado sólo logró tragar saliva.
[...]
La música que indicaba los pasos del novio había sonado. Cuauhtemoc no había prestado atención hasta que vio que todos se había parado cuando se fijó en quien caminaba al altar.
El traje blanco de ambos, consistía sólo en una blusa ligera y un pantalon color hueso. Se habían puesto de acuerdo en el hecho de que ninguno se vestiría de negro, pero al ver que incluso sus trajes eran iguales sólo pudieron reír al mirarse. La conexión única que tenía era imposible de superar.
Polita tomaba de su brazo a Aris, mientras éste sólo podía caminar pensando en toda la historia que los había llevado a ese momento. Por un momento, sólo un segundo, deseo tener un superpoder que le hiciera entender a Temo, todo lo que sentía en ese momento.
Al quedar los dos frente a frente, Amapola sólo pudo contemplar el profundo amor que se tenían. Nadie que estuviera en la unión podía ser tan ciego y no darse cuenta de cuánto amor se profesan con sólo mirarse.
"Temo. Te entrego uno de mis más grandes tesoros. Sé que lo sabrás cuidar. Nunca he dudado de su amor y sé que se respetarán. Te pido por todo lo que amo en este mundo. Cuidamelo mucho. Cuídense mucho."-De inmediato les dio un beso en la frente a los novios, permitiéndose disfrutar de ese acto tan maternal que tenían entre los tres. A sus ojos, siempre serían sus niños.
Se tomaron de las manos fuertemente, para poder voltear y ver al juez que los casaría.
Algo que Aristóteles puede agradecer; sin duda. Era que se casaban en una playa privada y el viento la hacía de buen ventilador.
En toda la ceremonia, ninguno pudo despegar su mirada del otro, y tampoco pudieron evitar decir <<te amo>> con frecuencia, susurrando siempre.
"Ahora los votos."
Doña Imelda llegó con los anillos en mano y su bastón en otro. Pese a la edad, ella había insistido en ser madre de anillos y nadie se lo pudo negar. Era una promesa que habían hecho y estaba ahí para cumplirla.
"Gracias abue."
"Vengan aquí mis niños."-Los rodeo en un abrazo a ambos, dándoles de manera afectuosa todo su amor y buscando transmitirlo en ese momento.
"Yo, Aristóteles Córcega, te tomo a ti, Cuauhtemoc Lopez como mi esposo. Para amarte, respetarte, cuidarte hasta que dios me quite la vida, y que aún así; en mi último aliento y lo último que vea en esta vida, sea a ti. Te prometo acompañarte y no dejarte, nunca. Te demostraré mi amor todos los días de nuestras vidas. Jamás faltar a tu confianza y serte fiel eternamente. Hasta que la muerte nos separe. Y si aún después de la muerte se me permite volver a nacer, lo haría sin dudar, sólo si estás tú en otro vida para volverte a amar."- Se miraron con los ojos brillosos. Los invitados que nunca habían dejado de prestar atención, se encontraban conmovidos. Unos cuantos con lágrimas en los ojos.
"Yo, Cuauhtemoc Lopez, te tomo a ti Aristóteles Córcega como mi esposo. Para demostrarte cada día, a cada segundo, que todo lo que soy y lo que tengo siempre será tuyo. Para ser felices juntos y que no nos importa nada. Jamás faltar a tu promesa y tenerte confianza, serte fiel eternamente. Hasta que la muerte nos separe. Y si después de ella, tu y yo nos volvemos a encontrar, volveré; sólo para estar contigo de nuevo."
Los invitados sólo podían estar entre suspiro y llantos de emoción. Era tanto el amor de los novios que entre sus palabras se colaban un te amo sin necesidad de decirlo y entre sus ojos se colaba un te adoro sin necesidad de demostrar más que lo evidente.
"Puede besar al novio"-El juez que en todo el momento había estado ajeno, se dedicó a soltar unas cuantas lágrimas traicioneras y sacar su pañuelo para secarlas.
Aristóteles tomó del mentón a Temo par así, darle un beso con los labios entreabiertos.
Sin duda la boda en la playa había sido la mejor elección.
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Comenzar Pero Juntos/Aristemo
Teen FictionLa vida de casados no es fácil y eso es de conocimiento mundial. Temo y Ari quisieran tener un libro con instrucciones específicas pero al parecer le temen al éxito las editoriales. --------------------------- Pequeños drabbles en dónde veremos a u...