segunda parte: durante la boda

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A penas Jungkook había cerrado la puerta de un golpe, se sintió mierda

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A penas Jungkook había cerrado la puerta de un golpe, se sintió mierda. Deberías haberlo seguido, pero también se supone que no te deberías haber enamorado de él a los dieciséis, deberías solo tenerle cariño como amigo, hermano si se quiere. Haber estado feliz con su boda como todos los demás y apoyarlo. Haberlo ayudado y no haberte follado a alguien que odiaba por rencor, se dijo a si mismo. Pero había tantos deberías que ya daba igual. Ahora solo quedaba disculparse decenas de veces por lo que hizo y esperar que en algún momento Jungkook lo perdone, que sean amigos nuevamente, no tan cercanos y pasar el resto de lo que dure el matrimonio sufriendo. O, por otro lado, tener la suerte de que nunca lo perdone, se aleje de él y poder olvidarlo con el tiempo, aunque dudaba que eso pueda llegar a pasar. No había podido dejar de amarlo de esa forma por años, no creía que sea capaz de lograrlo a este punto y de la nada, aún considerando el hecho de que no lo perdonara y fueran a separarse. Un amor tan profundo, caprichoso como el que sentía Taehyung por Jungkook no se iba de la noche a la mañana.

Cualquiera pensaría que en su lugar, el preferiría quedarse al lado de Jungkook, como amigo aunque sea, y sufrir, importándole más los sentimientos de Jungkook, su felicidad, que los de él mismo, pero no era así. Estaba cansado de verlo ser feliz con alguien más y tener que sufrir por ello. Por años lo único que había era quedarse a un lado, cuando Jungkook tenía novio o cuando le comentaba sobre personas ocasionales en su vida con las que salía o simplemente follaba. Quería dejar de tener esos sentimientos por Jungkook y poder querer, incluso, amar a otras personas.

Desvió la mirada del rostro de Yoona, ignorando la estupidez que había gritado y que Jungkook seguramente había escuchado, encogiéndose en su lugar en la cama.

-Tae? -le llamó la atención Yoona, mirándolo con el ceño fruncido.

Ya no estaban abrazados, Taehyung la había soltado casi con asco cuando escuchó a Jungkook hablar y luego solo se quedó allí, pensando, enojado consigo mismo, con la situación. No había sido mucho. Para Taehyung los últimos minutos había sido como una horrible cámara lenta.

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