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tercera parte: después de la boda

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-Creo que tienes mucho de que pensar, -Había dicho Jimin y Jungkook lo miró con el ceño fruncido, no entendiendo a que se refería. -yo estaría así si mi mejor amigo se me declara en mi boda a gritos.

Todo en esa absurda situación se veía mal. Se acababa de casar con Jimin y parecía que ahora quería terminarle.

-Jimin... -soltó, tembloroso. Suspiró, angustiado. -Te amo.

-Lo sé, -lo tranquilizó, sonriendo suave. -también te amo. Pero creo que necesitas tiempo para pensar si quieres seguir casado y lastimar a Taehyung, o incluso, -Suspiró. -dejarme.

-No -aclaró, sintiéndose pequeño de repente. - Te quiero a ti. No quiero que nos separemos.

-Solo un tiempo, Jungkook,-Bajó la mirada. -para que ambos podamos pensar ¿si?

-Está bien -contestó sin remedio, suspirando temblorosamente.

Le dolía la cabeza como la mierda y lo empeoraba el hecho que era una persona de mierda. Hace tan solo unas horas le había arruinado la boda a su mejor amigo; una boda en la que había pensado y comenzado a planear cuando era un adolescente. Fue egoísta y estúpido. Puede que lo que haya hecho confirme que lo que siente no es amor, sino un capricho o una obsesión bastante masoquista. De ser amor, hubieran estado los sentimientos de Jungkook por encima de los suyos, o, por lo menos, eso suelen decir. También cree en el amor propio, pero si se amará, mínimo, no seguiría como idiota enganchado a Jungkook desde hace años.