Amapola

2 0 0
                                    

Aquella vez que llegaste con esa flor rojiza en la cabeza, tu decías que era color rosa, discutimos sobre ello un buen rato, te mirabas bella, tus ojos como dos lunas, aunque lucías tan cálida. Te amo. Sí, eso dije. Te amo. Sí, lo repetí. 

Cuando te besaba me sentía hipnotizado, tanto que evitaba ser imbécil, a veces me imaginaba como esa flor en tu cabeza, simplemente estaba como adorno en tu vida, sin actuar para bien o para mal, estático y lo único que no tenía ni tendré en común con alguna cosa que te haga lucir radiante es que no me veo bien a tu lado. Me vuelvo un estorbo y te comparto de lo opaco que soy. Por eso tus besos me dejaban perplejo, porque al tocar tus labios con los míos y enredarme en tu lengua, por un pequeñísimo momento me contagiabas luz e irradiábamos juntos.

Pero se terminó, lo sé. 

Recuerdo habernos drogado un día - tal vez algunos más - tu estabas muy perdida riendo y comiendo, tenías chocolate en los dientes y con tu lengua jugabas a despegarlo. Yo no sabía qué hacer, estaba más cuerdo que tu y me sentía más idiota, en fin, me dijiste si comería un hongo más o si fumaría el resto de la yerba, tenia dudas, pero terminé por hacer ambas cosas, todo por quedar bien contigo, mujer, qué no haría por ti. 

Al segundo día de perdición tomé una papa con la que decidiste fumar, la tiré y me miraste sonriente - estás loco - dijiste, me besaste. Te amaba, te amaba tanto, luego cuando nos fuimos a recostar me miraste, con tus ojitos cristalinos, tu sonrisa brillante, tu cabello rodeando todo a nuestro rededor, sentí que me llenabas, podría no tocarte y por el simple hecho de estar a un lado tuyo sentirme pleno. Me enamoras, eres algo así como la flor de tu cabello, tu polen me rodea y me llena de paz y tranquilidad. Te amo, sí, aún te amo.

 Te amo, sí, aún te amo

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Hubiera querido tenerte más, mirarte más, decirte más, pero no pude, me detuve, me quedé estancado viviendo de los recuerdos que dejaste en mi memoria, me perdí en mi egoísmo y me di cuenta que ya te había perdido cuando aún te tenía y no era por ti, sino por mi estúpida idea de que los finales son inevitables y ahora sudo, lloro, corro hasta cansarme y poder dormir, para al menos dejar ir el dolor un momento, pero sueño, sueño con volver a perderte, con no mirarte, con nunca volverte a poseer y despierto, amanezco viviendo esa realidad; quisiera que tu cerebro entendiera mi desesperación mujer. 

Cuando te vi con el, observé fuera de la cafetería la manera en que tocó tus ___ y las pellizcó como yo solía hacerlo, fue más pulcro, guiño un ojo y ménos vulgar, me pregunté si en verdad eso deseabas, pero oh nena, yo te vi caer y me acosté contigo hasta estuviste lista para poner pie firme en tierra, lo siento, también lo arruiné y sí, te tiré de nuevo - y no como habría querido - pero te he visto en las peores condiciones y sé que en las mejores también, así que sí, te gusta lo sucio y compruebo que nadie, absolutamente nadie, te tocaría como yo lo hice ¿tienes una idea de lo hermosos que son tus dientes? extraño muerdas mis labios, extraño morder los tuyos. Perdón. 

Ya me cansé de ver cómo nos destruímos, me cansé de sentir que solo siento alivio cuando se de ti, me hagoté de amarte pequeña, pero no puedo detenerme, mis pupilas se dilatan al verte, lloro con mis ojos enrojecidos, ¿sabes qué soy? un maldito adicto a ti..












You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Sep 18, 2019 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

AriadnaWhere stories live. Discover now