Capítulo 2.
¿Johnson? ¿Ese rubio que quería sentarse con ella sin conocerla? Nada podía salirle peor ese día. Intentó dejar de pensar en cómo sería trabajar con alguien como él, así de “amigable”, hasta que finalmente llegó la hora del almuerzo. ____ dejó que todos salieran antes que ella, y cuando todos estaban fuera del salón, ella salió. En la puerta se cruzó con el rubio insoportable que conoció en la mañana.
-Hola – le sonrió él.
-¿Qué quieres? – ella preguntó cortante.
-Bueno… Tenemos que hacer un trabajo juntos, y quería ver cuándo podíamos juntarnos para hacerlo. ¿Quieres que sea en tu casa?
-No, no creo que pueda.
-Bueno, si quieres ven a mi casa esta tarde…
-Sinceramente, no iré a la casa de un completo extraño - _____ estaba siempre a la defensiva.
-Bueno, entonces podemos comenzar por ir a comer juntos.
-Me da igual – respondió y siguieron caminando en silencio.
_____ prácticamente había olvidado lo que se sentía almorzar con alguien, y más con un chico. No había un momento en que no pensara en “él”, y más aún lo recordaba al momento de cruzar los pasillos de la escuela.
-¿Qué vas a pedir? – preguntó Jack una vez que llegaron a la cafetería.
-Una ensalada – respondió. Se había vuelto vegetariana desde la tragedia.
-Yo pediré lo mismo – sonrió Jack, pero borró su sonrisa al ver que _____ jamás lo hacía.
Pidieron sus cosas y el rubio la guió hasta una mesa donde se encontraban Jack.G y Matt y se sentaron.
-_____, ¿conoces a Jack.G y Matt?
-Sí – dijo ella sin importancia.
-Solíamos ser mejores amigos – añadió Jack.G y a _____ le dolió escuchar eso.
-Yo entré a la escuela el año pasado, con Johnson – sonrió Matt, pero ella no le devolvió el gesto.
-¿Por qué ya no son mejores amigos? – le preguntó el rubio a _____ y Jack.G.
-Porque no – respondió ella cortante y siguió comiendo su ensalada.
-A veces las personas cambias – dijo Jack.G llevándose un bocado de su sándwich a la boca - ¿No es cierto, _____?
Ella asintió con la cabeza y el resto del almuerzo siguió concentrada en comer. Se sentía muy incómoda, y sentía que la estaban “integrando”. Eso le daba náuseas. ¿No podía simplemente seguir siendo invisible como hasta ahora?
-Tengo que irme – dijo terminando su almuerzo.
-¿Por qué? – preguntó Jack y _____ le dirigió una mirada de odio.
-No te importa – se fue del lugar.
Tenía miedo de que ese rubio metido pudiera sacarle una sonrisa. Se juró jamás volver a sonreír, así que no lo haría. Se encerró en el baño y empezó a llorar. ¿Por qué de repente la gente le hablaba? No quería conocer a nadie, ni tener ningún tipo de relación con nadie. El timbre anunció que debía volver a clases, así que se arregló el maquillaje y salió. Entró al salón y dejó que pasaran las dos horas restantes de clase, sin hablar con nadie, como de costumbre. Cuando finalmente terminó su día de clases, no hizo lo que hacía cada vez que se sentía mal. Tomó el colectivo N°568 en la parada que estaba a una cuadra de la escuela y fue hasta el final de recorrido. Al llegar allí, bajó, y caminó las cuatro cuadras restantes hasta la entrada del cementerio y allí compró los jazmines que solía comprar. Esas eran las flores preferidas de “ellos”. A “ella” le encantaba el aroma y a “él”, el blanco color de los pétalos. Caminó con los hermosos jazmines en sus manos y fue caminando por entre las lápidas sobre el pasto, hasta llegar a donde se encontraban “ellos”. Se sentó en el húmedo pasto y repartió las flores entre ambas lápidas.
-Hola – dijo secándose una lágrima mientras acomodaba los jazmines - ¿Cómo están? Los he extrañado mucho – susurró mientras pasaba la mano por el nombre tallado de su madre y su hermano – Los he extrañado mucho, y más hoy. Es el segundo primer día de clases en el que no me acompañan a ese horrible instituto. Creo que lo único “fuera de lo común” de este día es que un chico comenzó a hablarme. No entiendo por qué, ni siquiera soy linda, y mis brazos están llenos de marcas. Eso no es nada atractivo. Me gustaría saber por qué de repente esos tres chicos me hablan. Es completamente raro – suspiró – En fin, sólo venía a recordarles que los amo, y que los necesito mucho. Adiós.
_____ se levantó de ahí y contempló las lápidas una vez más. <<Alexander y Sharlene Ludwig, siempre en nuestros corazones>>. Cada vez que leía eso, el corazón se le achicaba un poco más. Intentaba ser fuerte y seguir adelante, pero al final del día, terminaría por desquitarse consigo misma, como siempre. El dolor que le provocaba que su madre y su hermano no estén con ella, y ella tuviera que vivir con el idiota de su padre, era demasiado. Caminó hasta la salida del cementerio e hizo el mismo recorrido que para llegar al lugar, y una vez que bajó en la parada de la escuela, caminó hasta su casa.